Primer Rugido

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Llámenme Daniel.

Estudiante de preparatoria. Piel morena, ojos color miel, cabello castaño oscuro, contextura delgada, 165 centímetros y unos sesenta y tantos kilos... Ya saben, alguien normal. He vivido en el movido barrio de Brooklyn durante toda mi vida y apenas y he viajado solo dos veces fuera del país. Estoy cerca de cumplir los 17.

Y en todo el tiempo que llevo vivo es la primera vez que siento verdadera emoción y tristeza a la vez.

¿Cómo podría olvidar el inicio de estos tres días endemoniados? El lunes por la mañana bajé las escaleras listo para llenarme la boca de cereal con leche; pero me detuve al encontrar en el comedor a mi familia muy tensa y cabizbaja. Yo me lo veía venir, pero antes de poder preguntar qué pasó... Mi padre, haciendo uso de su gran sutileza al hablar, espetó:

- Tu abuelo ha muerto. Dijeron que su última voluntad fue que no asistiéramos a su funeral. Las pertenencias que nos heredó llegarán en dos días.

Mientras mi hermana levantaba la cabeza con curiosidad (y hasta podría jurar que con alegría en su rostro) mi madre no pudo evitar pasar su mano por mi hombro y susurrar un pequeño "Lo siento... Sé que lo querías más que ellos". Y por suerte lo hizo en español, su lengua nativa, la cual sólo ella y yo manejábamos; pues mi hermana y padre lo veían como una pérdida de tiempo.
Y era verdad. De todos en esa sala, yo era el único que parecía llevarse bien con mi abuelo N'Like. Tanto que hasta pude ir dos veces hasta su hogar en África.

Él allá era un empresario minero que nunca había amasado mucha fortuna ya que gran parte de sus ganancias iban a la ayuda humanitaria de muchas de las tribus del territorio donde estaba. Mi abuelo era un héroe para sus vecinos y compatriotas... ¿Y cómo lo recompensó la vida? Un hijo único con quien apenas hablaba , dos nietos a los que apenas veía y que solo uno parecía sentir algo por él... Y una enfermedad degenerativa que lo mató lentamente...

Una alarma del celular me sacó de mis pensamientos. Una alarma muy familiar.

- Nanna. 17:05
¡Oye, Daniel! Sabes que no soporto que te desaparezcas por tanto tiempo. 😡 ¿Dónde andas?

Nanna. Mi amiga de la infancia. Por muy insistente e irritante que fuera a veces; debí agradecer que estuviera mandándome memes y chistes durante los dos días que llevaba el luto. Recién había notado que durante toda la mañana me mandó decenas de vídeos de basket; una pasión que compartíamos de muy niños.

Jugábamos todas las semanas aún después que ella se mudó a Manhattan, y los demás días usábamos todas nuestras redes para hablar. Claro que se había puesto súper sobreprotectora desde que murió mi abuelo y hacía escándalo si yo no daba señales de vida en más de dos horas; pero igual se las arreglaba para hacerme reír más que nunca.

- Simba 17:06
Perdona por no contestar. Estuve esperando el paquete del abuelo toda la tarde. No sé cuánto más tardará.

- Nanna 17:07
Bueno, si el cartero no lo trajo hasta ahora, lo más probable es que vendrá hasta mañana. Tiene sentido que un paquete desde África tarde más de dos días... Y no creo que tu hermana sea capaz de ocultártelo, ¿O si?

- ¡Bonjour, Tonto! ¿Estás ahí?

No pude ni responder antes de ver la puerta de mi habitación abierta de golpe. Una chica delgada de cabello tan castaño cono el mío pero más ondeado, de piel un tanto más oscura que la mía y de ojos marrones apareció en la entrada. Ella era Sally, mi hermana mayor, quien entró con una caja de madera bajo el brazo; y sin decir nada más la lanzó hacia mí, apenas y dándome tiempo de tomarla con las manos antes de que me rompiera la nariz.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now