Vigésimo Séptimo Rugido

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- ¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESTA COSA?! - Exclamó Aria justo antes que el extraño gusano gigante se abalanzara sobre ellas. Lionna Rouge empujó a la joven con fuerza, lanzándola a varios metros de distancia a la vez que ella esquivaba por los pelos el ataque del monstruo que se hundió en el suelo increíblemente rápido.

Tras rodar unos metros, Lionna Rouge se incorporó tan rápido como pudo, aunque esto le provocó náuseas.

- ¡¿Chicas, están bien?! - Gritó por encima de las nubes de escombros que había dejado la criatura. Al no obtener respuesta, la heroína empezó a olfatear el ambiente hasta que logró captar con su nariz dos esencias de personas vivas a su alrededor. Eso la alivió un poco, por lo que comenzó a correr y alejarse de ellas.

- Quedarme con ellas las pondrá en riesgo. ¡Debo salir de aquí! - Se dijo mientras seguía corriendo, pero pronto se percató que las vibraciones no la estaban siguiendo.

- ¡¿Qué...?!

...

Aria tardó unos segundos en incorporarse tras el golpe. Apenas y veía a través de la enorme polvareda, y sonrió al notarlo pues esto era perfecto para ella.

- ¡Con toda esta tierra alrededor no tengo de qué preocuparme! - Exclamó alegremente mientras metía la mano bajo su flequillo para tocar directamente su frente. Pero una sensación que no esperaba la dejó fría por completo. Volvió a palpar dicha zona, deseando haberse equivocado... Pero no fue así.

- No... No... ¡NO ESTÁ! - Gritó aterrada justo antes que la tierra se rompiera a sus pies y el gusano volviera a aparecer rápidamente, algo que ella esquivó a duras penas. El gusano se alzó por encima de las copas de los árboles para luego abalanzarse sobre ella.

Aria apenas y evadió el ataque de la bestia, pero esta comenzó a arrastrarse por la superficie del suelo persiguiéndola. La chica corría tan rápido como podía, pero apenas y podía ver a dónde iba.

¿Por qué, de todos los días, debía olvidarse justo hoy?

De pronto, tropezó con una roca y cayó al suelo, volteando justo a tiempo para ver al gusano acercarse a ella con notoria dificultad.

- ¡Demonios! - Gritó Aria tratando de levantarse, pero estaba demasiado cerca para esquivarlo. Entonces vio cómo una figura se paró entre el monstruo y ella, usando una boken para bloquearle el paso.

- Parece que... Arrastrarse en el suelo... Te cuesta mucho trabajo, ¿Eh, lombriz gigante? – Dijo una sucia y levemente herida Ryuuko mientras mantenía al monstruo a raya sólo con su fuerza física, algo que hasta a la misma criatura sorprendía.

- Wow. - Murmuró Aria.

- ¡No te quedes ahí sentada! ¡Levántate y corre! - Gritó Ryuuko mirándola sobre el hombro mientras presionaba los extremos de su boken, separándolos y mostrando el filo de una katana oculta en su interior, la cual con un solo movimiento lastimó los tres ojos del lado derecho de la cabeza del animal, causando que chillara y retrocediera, hundiéndose en el suelo adolorido y muy enojado.

- ¡Eso fue increíble! - Exclamó Aria aun tratando de procesar lo que vio. - ¡No puede ser que tu boken en realidad sea una katana!

- No fue increíble, ¡Fue patético! Ese corte debió bastar para cortarle el cerebro, pero apenas y lo rasguñé. - Aclaró Ryuuko malhumorada mientras guardaba la espada. - Y esto no es una boken, es una Shirasaya(*). Es más fácil andar en Manhattan con esto en lugar de una katana o un florete.

Aria aún trataba de entender todo lo que dijo, pero no tuvo tiempo para pedir explicaciones pues Ryuuko empezó a correr fuera de toda la polvareda que se había formado, por lo que tuvo que seguirla.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now