Un hermano es...

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20 de Diciembre, 1993, 17:33 pm.

Harry sonrió con fuerza mientras apretaba el brazo de un malhumorado Tom y revolvía el cabello de Teddy. Esa tarde, Harry se encargó de preparar la mejor de las tardes para hermanos del universo, y nada ni nadie detendría sus planes.

Excepto, claro, sus propios hermanos.

Luego de dos horas de ellos tres jugando a diferentes juegos y comiendo muchos dulces, Teddy logró convencer a Tom de enseñarle algunos hechizos defensivos y ofensivos, y Riddle estuvo la última media hora en modo profesor con Teddy, quien absorbía todo como una esponja, mirando maravillado al mayor. Harry sólo suspiraba con aburrimiento mientras recargaba su cabeza sobre su mano, mientras que pasaba su mano libre sobre la alfombra negra, generando un leve calor en su mano. Así no se suponía que iba a pasar su tarde: él quería que Tom se enojara por no poder ganar en juegos de mesa muggles que papá Luni alguna vez les había traído, quería ayudar a Teddy a ganarles así ganar aún más cariño por parte del pequeño y todas esas cosas que los hermanos hacían cuando estaban esperando que sus padres volvieran del trabajo o lo que sea.

Harry no quería una maldita clase de defensa. Si lo hubiese sabido, habría pasado su tarde con Draco y no aquí, sinceramente. Sonrió tontamente al pensar en su mejor amigo y el hecho de que, realmente, no fue rechazado por él. En Nochebuena le tocaba entregar el segundo regalo de su cortejo, y aunque no era lo habitual no empezar con éste, Harry quería hacerle entender a Draco que él era especial: Harry le regalaría un ramo de flores, y aunque tenía una idea, aún no sabía muy bien cuáles podrían ser. Además, tenía que tener cuidado; sus padres no sabían que él estaba cortejando a Draco, y mucho menos Lulu y Cissy, y Harry no iba a decirles hasta que sea obligatorio en el cortejo.

Aunque eran familia, Harry conocía a su tío, y sabía que no aprobaría que su único hijo llevara adelante el apellido Malfoy casado con un mestizo o mucho menos, así que decidió usar lo que el propio Lulu le enseñó: si Draco aceptaba todos sus regalos y lograban llegar a los dieciocho, Harry sólo tendría que pedir la bendición del padre, en este caso Lulu, y luego Merlín sabe qué pasará. Pero algo era seguro: Lulu era un hombre de costumbres, y si había algo que respetaba más (un poco más, aunque sea) que a Narcissa, eran las costumbres sangre pura.

Claro, en caso de que se negase, podría desheredar a Draco (cosa que no sucedería), o Draco podría abandonarlo (cosa que posiblemente sucedería) para seguir el apellido Malfoy con una hermosa mujer, teniendo hermosos y malcriados niños...

Pero claro, ¿quién piensa en el futuro, verdad?

—... por lo que creo que volver a ser Señor Oscuro es el mejor plan ahora mismo, en especial cuando mate a Severus con un complicado ritual y quitarle todo su poder— Tom terminó con una mueca pensativa, y simplemente levantó una ceja cuando la punta de la varita de Harry rozaba levemente su manzana de Adán. Teddy rió bajo detrás de él, recuperando el aliento luego de un pequeño pero cansador duelo con Tom—. Ahora que tenemos su atención nuevamente, oh gran señor, ¿qué demonios sigue en tu lista para hoy? Prefiero llevar a Malfoy de compras que seguir en esta sala.

Harry bajó su varita con un parpadeo y frunció el ceño hacia el mayor. Aunque la sala de los Menesteres en realidad era espaciosa y todo lo que deseaban podría aparecer allí con sólo pensarlo, Tom al parecer no tenía buenos recuerdos allí, en especial cuando veía las esquinas de la gran habitación. Harry sonrió cuando una idea se le vino a la mente, viendo cómo Tom se sentaba en el almohadón a su lado, suspirando mientras veía a Teddy recorrer el lugar por tercera o cuarta vez.

Se inclinó hacia Tom con una sonrisa pícara.

—¿Por qué tanto odio a la sala, Tommy?— Harry aumentó su sonrisa cuando Tom lo miró mal—. ¿Invitaste aquí a una linda chica en tus días y te rechazó?

—Mira, maldito mocoso desagradable...— el tono bajo y peligroso de Tom habría puesto a cualquiera de rodillas, implorando con su vida, pero a Harry lo dejó boquiabierto, en especial al ver el fuerte sonrojo que cubría sus mejillas y bajaba con rapidez hacia su cuello. ¿Tom Riddle, ex Señor Oscuro, estaba...?—... no hubo nunca nadie en este mundo a quien le debiera explicaciones, y tú no serás el primero. Métete en tus malditos...

—¿De verdad te rechazaron? Es decir— interrumpió Harry, una sonrisa sorprendida en su rostro—, eso sí es una sorpresa. O...— Harry abrió grandes los ojos, en especial cuando Tom giró su cabeza hacia otro lado, ocultando su mirada y su cada vez más sonrojado rostro—... ¿nunca has tenido una pareja, verdad?

Harry definitivamente no podía dejar de ver el rostro rojo del adolescente frente a él. Sabía que estaba siendo injusto: Tom tenía sólo dieciséis años antes de encerrarse en ese diario, pero aún así, siendo lo guapo que es, le sorprendía, honestamente. Aunque el hecho de querer convertirse en un Señor Oscuro ocupaba la mayor parte de sus pensamientos, también podría ser un factor en el hecho de que Tom no haya tenido pareja. En realidad, muchas cosas aparte de su belleza e inteligencia podían ser factores en contra de una pareja para Tom, pero eso no importaba.

Harry estaba molestando a Tom, y Tom estaba sonrojado. Harry seguía vivo.

Harry lo sabía, pero se sentía bien confirmar que este Tom no era el despiadado y sin sentimientos humanos como lo era Voldemort. Verlo avergonzado le recordaba que era humano, como él o como Teddy, y lo hacía sentir cálido por dentro al saber que su hermano mayor tenía una nueva oportunidad de vida.

Por supuesto, eso no le quitaba diversión al asunto.

—¿Quién iba a decirlo?— continuó Harry con una sonrisa cada vez más molesta, según el mayor—, el gran Tom Riddle es virgen. ¿Acaso has dado tu primer beso?

—¡Mocoso infernal!— Tom lo miró con furia y vergüenza, pero sus manos aún no se movieron para sacar su varita de su túnica—. ¡Lo dices como si tú supieras algo! ¡Tienes trece años, no te creas mejor que yo sólo porque estás cortejando a Malfoy!

—¿Y no te interesa nadie? Puedo ayudarte a conseguir a quien quieras, ya sabes. Soy adorable— Harry le guiñó un ojo a Tom de manera exagerada, sacándole un bufido, aún con el sonrojo visible en su rostro.

—¿Quién demonios me va a interesar, niño imbécil? Todos son imbéciles y no merecen mi preciado tiempo en tontas relaciones que pueden llegar a terminar mal.

Harry rió mientras negaba con la cabeza, y volteó a ver a Teddy, quien leía uno de los libros que Tom le había dejado, sentado en el suelo frente a una gran estantería que había aparecido cuando Tom había explicado la importancia de saber manejar los hechizos sin decirlos en voz alta. Escuchó un pequeño suspiro y se volteó nuevamente hacia Tom, encontrándolo con el ceño fruncido y cabizbajo. Harry lo miró unos segundos antes de empujarlo levemente por el hombro.

—Hey— sonrió de costado cuando Tom lo miró de reojo—, sólo bromeaba. No tiene nada de malo que, eh, nunca hayas estado con nadie ni nada. Ahora tienes mucho tiempo para tener tu primer beso, ¿sabes? Ahora eres Tom Riddle, el futuro Ministro de Magia, no el futuro y muy imbécil Señor Oscuro.

—Eso ya lo sé, imbécil, y no me importa— y aunque lo dijo enojado, la tensión parecía haber desaparecido levemente de su cuerpo. Harry parpadeó, sorprendido.

—De verdad— murmuró, negando con la cabeza—, no puedo creer que alguien como tú haya logrado convertirse en una máquina de matar— cuando Tom lo miró, levemente confundido, Harry se encogió de hombros—. Sólo mírate, estás avergonzado y preocupado por no haber tenido una pareja nunca. Eres todo un adolescente con inseguridades, y eso que en realidad tienes, ¿qué? ¿Ochenta años?

Harry se levantó corriendo, logrando escapar del agarre de Tom justo a tiempo, y escuchó la risa de Teddy y las maldiciones de Tom mientras éste lo perseguía por toda la sala.

Bueno, al final sí fue una buena tarde.

HPSS

extremadamente random, pero quería escribir algo uis,,,,,

Una Historia Diferente [Severitus]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu