Harry necesita... bueno, primero: un compañero.

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05 de Agosto, 1992, 22:33 pm.

—Así que, me estás diciendo que tú, es decir... , ya sabes, ¿destruiste tu alma en pedazos? ¿Para vivir por siempre?

—Sí, así es.

Harry miró al atractivo adolescente sentado en su cama pulcramente, mirándolo serio y con la satisfacción brillando en sus ojos. Levantó una ceja y luego comenzó a reír mientras negaba con la cabeza. Tom Riddle lo miró frunciendo el ceño.

—¿Y realmente tú crees que eso funcionó?— Harry volvió a reír, aunque trató de detenerse mientras se mordía el labio. Tom lo miró ofendido.

—Estoy aquí, ¿no es verdad?

—Estás aquí porque yo mantengo el diario abierto y porque no te he dejado en el sótano. Ni siquiera tienes un cuerpo físico, oh gran Tom.

Harry se dió la vuelta mientras se dirigía a su baño para prepararse para la cama. Hace dos semanas estaba en su hogar, Mansión Prince, y aunque estaba feliz de poder estar con sus padres, sinceramente extrañaba a Draco y a Ron. El diario negro que había encontrado en el sótano de sus tíos lo había seguido, guardado en su bolso, y ni sus tíos ni sus padres se habían dado cuenta. Draco no lo sabía, porque aunque Harry quisiera contárselo, sabía mejor que un secreto dejaba de serlo cuando se lo decías a alguien más.

Tom lo siguió al baño, cruzándose de brazos y mirándolo por el espejo mientras se cepillaba los dientes. Harry frunció el ceño. ¿Lord Voldemort era igual de insistente con sus seguidores de adulto o...?

—Pero algún día volveré, Harry Po-

—Soy Snape. Harry Snape.— Harry habló luego de escupir la espuma en su boca. Tom lo miró con asco, pero a Harry no le importó. Él lo siguió al baño.—De verdad, como te lo repita una vez más...

¿Qué?— Tom habló con burla en si voz, inclinando su cabeza levemente hacia un lado—¿Qué me hará un niño como tú?

—Buscaré una forma de destruir el diario, y como ya me has dicho qué es, no será muy difícil hacerlo.— Harry encogió un hombro mientras se secaba la boca, y traspasó el fantasma de Riddle mientras se dirigía a su cama, ignorando el diario abierto en la mitad sobre la misma. Se acomodó sobre las mantas, cruzando un tobillo sobre el otro. Tom se sentó en el borde, mirando con precaución el diario, casi con cariño.—De todas formas, ¿cómo sabes que volverás? ¿No se supone que deberías de saber todo hasta el día de tu, eh, concepción?

—Sólo soy un trozo de mi alma, niño, y mientras existan, puedo comunicarme fácilmente con el resto. Por supuesto, hay que tener un excelente control de magia-

—Sí, sí.— Harry rodó sus ojos, harto de escuchar al adolescente malvado muy-poderoso-mágicamente con el mismo discurso de siempre desde que se dió cuenta que su "plan de inmortalidad" había funcionado. Harry no lo veía así, pero no sería él quien se lo dijera directamente. No era tan tonto.—Eso quiere decir que yo ya he destruido una parte de tu alma, ¿verdad? ¿Cuando destruí a Quirrell?

Riddle abrió la boca para responder cuando la puerta de la habitación de abrió inesperadamente. Riddle no tardó en volver al diario, y Harry lo ocultó bajo su cuerpo casualmente antes de dirigir su mirada a la puerta, donde Severus observaba toda la habitación fríamente y luego su vista caía en Harry. Los ojos negros de su padre siempre habían sido cálidos para el niño, pero ahora mismo eran tímpanos de hielo, aún bajo el marco de la puerta y sus brazos inmóviles a su lado.

Harry evitó tragar saliva y simplemente levantó sus barreras en su mente, mientras inclinaba su cabeza hacia un lado y sonreía con curiosidad a su padre.

Una Historia Diferente [Severitus]Där berättelser lever. Upptäck nu