El peligro, la amenaza.

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12 de Febrero, 1986, 19:44 pm.

Cuando Draco había decidido por primera vez acompañar a Severus hacia el laboratorio, rogándole para ver cómo preparaba aunque sea una sola poción, Harry se esperaba absolutamente cualquier otra cosa, en vez de ver una pequeña sonrisa en el rostro de Sev y un pequeño asentimiento, antes de que ambos se dirigieran hacia el laboratorio, dejando a Harry jugando con Remus.

En ese momento Harry no le había tomado mucha importancia, pero ahora, cuando fue Sev quien buscó a Draco, y luego de muchísimas veces desde que Draco le había pedido por primera vez, a Harry le comenzó a molestar en el pecho cuando veía a su amigo y a Sev yéndose juntos.

La última vez que Harry le había pedido a Sev ir su laboratorio, había recibido un "no" rotundo antes de que siquiera terminara la pregunta, que ni su mejor cara de niño bueno había logrado convencer a que cambiara a un "sí"; le habían dicho que el laboratorio era un lugar peligroso y que los niños no debería estar allí.

Entonces, ¿por qué Draco sí y él no? ¡Draco tenía su edad! Aunque si lo pensaba un poco mejor, era unos días mayor...

Harry suspiró frustrado mientras derribaba una de las torres que había estado armando con ladrillos de plástico junto a Draco, observando cómo caía y se desarmaba con un molesto ruido. Remus levantó la vista del libro que estaba leyendo y lo observó curioso, aunque al niño de ojos verdes no le importó. No le gustaba el sentimiento que le dejaba cada vez que su Sev se iba con Draco, al parecer eligiendo la compañía del rubio antes que la de él.

Simplemente no era justo. Y si lo pensaba mejor, ¡era Harry quien tenía más derecho a estar con Sev que Draco! ¡Harry era quien vivía con él, y ni siquiera así lograba pasar tanto tiempo con el pocionista como Draco lo hacía!

Los visión de Harry se volvió un poco borrosa cuando las lágrimas lo asaltaron, enojado con la situación y triste porque Sev, a pesar de que se lo había dicho, no lo quería tanto como quería a Draco. Se limpió las lágrimas con su puño rápidamente, echando un vistazo hacia donde se encontraba Luni, sólo para descubrir que el hombre ya no estaba ahí, y al parecer en ningún lugar de los aposentos de Severus a su vista.

¡Nadie quería estar con él!

Movió los ladrillos de plástico vagamente con su mano sobre el suelo, mientras en su otra mano se apoyaba su cabeza y las lágrimas corrían por su rostro, llorando en silencio.

- - -

—¿Y por qué no simplemente los aplastas? El jugo saldrá igual.

—Sería como aplastar sueños, Draco.

Remus golpeó la puerta dos veces, aunque ésta se encontraba parcialmente abierta. Tanto Draco como Severus lo observaron desde el escritorio donde ambos estaban, y Draco colocó una mueca triste.

—¿Ya vinieron a buscarme?

—Aún no.— Remus le guiñó un ojo al aliviado niño, y observó serio a Severus.—Necesito hablar contigo.

Cuando Severus salió, Remus cerró la puerta y luego mandó un hechizo de silencio a su alrededor, y se cruzó de brazos viendo molesto a Severus. Ante la ceja levantada en incertidumbre del pocionista, Remus rodó los ojos.

—Deja de ser un grandísimo idiota e invita a Harry a estar contigo y Draco. Sé que- no, déjame continuar.—Cuando Severus se cruzó de brazos con una mirada fastidiada y la mandíbula apretada, Remus dejó caer los hombros, suspirando.—Sé que no quieres que Harry se lastime, pero él ve cómo tratas a Draco y que a él sí lo dejas entrar, y no se siente para nada bien con ello. Cuando me fui del salón, Harry estaba al borde del llanto. Ahora, ve a buscar a Harry, dile cuánto lo quieres y dile que puede estar contigo y con Draco pero sin tocar absolutamente nada que no le des tú personalmente, ¿entendido?

—Primero, tú definitivamente no me dices qué hacer lobo, y segundo...— Cuando Severus observó fijamente los ojos de Remus, que estaban cada vez más amarillentos, recordó rápidamente con quién hablaba y en qué tiempos hablaba realmente. Se mantuvo tranquilo, a pesar de querer volver sobre sus pasos.—... Harry no ha demostrado interés por las pociones en sí. Lo llevaré ahora, porque lo creo conveniente sin embargo, y ya verás que no querrá volver a estar en las pequeñas clases que le doy a Draco.

- - -

—¿Mocoso?

Sev habló a sus espaldas, sorprendiéndolo, y se limpió rápidamente las lágrimas de su rostro. Antes de que se restregara los ojos con sus puños, Harry fue alzado repentinamente y en el momento siguiente se encontraba en los brazos de Sev, acomodado sobre su cadera. Harry se avergüenza ante la ceja levantada del hombre, y esconde su rostro en el cuello del mismo.

—Mocoso...—Severus suspira, palmeando suavemente su espalda.—¿Sabes? Esta manía de llorar y arruinar todas mis ropas no es una materia en la escuela. Podrías probar el no hacerlo.—Cuando Harry rió ahogado en su cuello, Severus rodó los ojos.— ¿Ahora qué sucede?

—Quieres más a Draco.

Severus sonrió de lado, viendo el revoltoso cabello del niño con sus orejas sonrojadas, señal de que estaba avergonzado.

—¿Lo dices porque a él lo llevo al laboratorio y a ti no?— Cuando Harry no contestó, Severus amablemente levantó su rostro y lo miró a los ojos, con el ceño fruncido.—Eso no significa que lo quiera más a él, niño, sólo que le he prometido a Lucius que comenzaría clases particulares con Draco de Pociones, ya que él se mostró bastante interesado. Puedes venir si quieres con nosotros, pero entiende que es peligroso y que no debes tocar nada que Draco no toque y que yo no te dé. ¿Entendido?

Cuando Harry asintió con una gran sonrisa, Severus dejó al niño en el suelo con el presentimiento de que su laboratorio privado se convertirá en poco tiempo en un lugar terminantemente prohibido para cualquier niño.

Tomando la mano de Harry, regresa a su laboratorio, ignorando la sonrisa satisfecha del lobo cuando pasó por su lado.

Mientras veía a Draco explicar a Harry lo que él mismo le había explicado minutos atrás, Severus pensó (casi resentidamente) que en realidad debería de prestar más atención a su protegido y sacar menos conclusiones basadas en pocas actitudes, y sonrió brevemente ante el rostro de asco y fascinación en Harry cuando Draco señaló el pus de bubotubérculo, explicándole con duda lo que recordaba.

Una Historia Diferente [Severitus]Where stories live. Discover now