¡Una Gran Familia!

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04 de Noviembre, 1985, 11:12 am.

—Repíteme por qué estoy haciendo esto en mi día de descanso.

—Porque amas a Harry y deseas que sea un niño feliz.

Remus le palmeó la espalda antes de acercarse hasta Molly Weasley y recibir un gran abrazo de su parte. Severus se movió hacia un lado, viendo la cantidad de cabezas pelirrojas que reinaban en el salón destartalado de La Madriguera, hogar de los Weasley. El lugar olía a comida casera, amor y mucha diversión; Severus hizo una mueca ante tanto color y felicidad del lugar, mientras el mocoso se encontraba aferrado a su túnica, aunque miraba con diversión como dos gemelos le gastaban una broma a uno de sus hermanos mayores, que trataba de evitarlos mientras protegía su libro.

Arthur Weasley se acercó hacia ellos con una sonrisa amable, aunque Severus veía perfectamente que el hombre estaba bastante tenso, sin saber precisamente cómo actuar a su alrededor.

—Severus. Cuánto tiempo ha pasado.— Ambos hombres se dieron la mano con muecas tensas.

—Señor Weasley. Agradezco su invitación a su... colorida morada.

—Eh...— Arthur asintió un poco confuso, aunque decidió que sería mejor tratar con Harry que con Severus. Se inclinó hacia Harry con una sonrisa.—Tú debes ser Harry, hola. Soy Arthur Weasley.

—Hola.— La voz del mocoso había sonado ahogada mientras se mantenía pegado a la pierna de Sev, dejando medio cuerpo a la vista. Había estirado su mano hacia el hombre aceptando el saludo, sonriendo de medio lado.— Un placer conocerlo, señor Weasley.

—Pero qué niño tan educado.— Arthur asintió, sonriendo grande.— Puedes llamarme Arthur si lo deseas, pequeño.— Se incorporó, mirando divertido a Severus.—Rogaría porque mis hijos sean aunque sea el cinco por ciento de lo que es tu muchacho, Severus.— Volviendo hacia el niño, le tendió una mano y lo animó a salir.— Vamos Harry, deja que te presente a mis hijos. Sí, son muchos, pero son amables, no te preocupes.

Severus ignoró al comentario cínico que se atascó en su garganta sobre la cantidad de hijos y su debido comportamiento, sabiendo que debía comportarse. Observó hacia el niño que lo miraba con duda y asintió brevemente. Había hablado con Harry antes de llegar a la casa de los Weasley, y había dejado en claro que si quería irse o se sentía incómodo, tranquilamente podría avisarle a él o a Remus, y se volverían a Hogwarts. Cuando Harry se alejó, siendo guiado por Arthur hacia los demás niños, Remus y Molly se dirigieron hacia él y el lobo le ofreció un vaso de jugo de calabaza, que aceptó con un escueto "gracias".

Molly lo observó en silencio unos minutos, antes de tomar aire.

—Severus, no voy a negarte: estuve en desacuerdo total con Albus desde el momento en que decidiste adoptar a Harry, creyendo que habías logrado lanzar un Imperius hacia el hombre para lograr su aprobación.— Remus se atragantó con su bebida viendo a Molly, aunque Severus sólo levantó una ceja, divertido.—Pensé que cuando viera a Harry, él estaría en un ataúd o sería un partidario de el-que-no-debe-ser-nombrado.

—Molly...

—Espera, Remus. Ya llego a mi punto.— Molly suspiró y observó al niño de ojos esmeraldas, rodeado de sus propios hijos.—Realmente no sé qué era lo que esperaba ver este día, Severus, pero he estado hablando con Remus hace bastante semanas, como seguramente sabes, y estoy muy contenta al saber que Harry tiene un padre tan cariñoso y dedicado como tú lo eres, Severus. Confío en la palabra de Remus, y me encantaría darte la bienvenida en mi familia y en mi hogar, que estará siempre disponible cuando necesites.

Bien, Severus se esperaba cualquier cosa, menos eso.

—Yo... en realidad no soy el padre del niño.

Remus rodó los ojos y Molly frunció el ceño.

—¿Sigues en negación, Severus? ¿Después de cuatro años?— Molly negó con la cabeza, y antes de que pudiera detenerlo, Severus estaba encerrado en los brazos gentiles de la señora Weasley. El pocionista miró con los ojos bien abiertos a Remus, quien sólo le guiñó un ojo.—Eres el padre perfecto que Harry necesita, Severus, y como me entere que lo sigues negando...

La amenaza quedó en el aire, mientras Harry se acercaba con una gran sonrisa hacia Severus, quien (para su suerte) ya había sido soltado.

—Sev, Ron dice que él puede prestarme una escoba para jugar Quiddicht con sus hermanos y él, y el señor Weasley dijo que no había problema.— Harry miró entre él y Remus, colocando un puchero y uniendo sus manos debajo de su barbilla, con sus ojos brillantes de felicidad.—¿Puedo jugar con ellos, por favor?

Severus entrecerró los ojos y dirigió su vista hacia Molly, que sonreía hacia el mocoso con cariño.

—¿He de suponer correctamente cuando digo que las escobas tienen un límite de altura y que los niños saben del límite de las protecciones?— Cuando una Molly divertida asintió, Severus volvió a mirar al niño.—Adelante, pero hazle caso al señor Weasley y mantente seguro. Te mantendré vigilado.

Harry abrazó rápidamente las piernas de Severus antes de seguir a los otros niños hacia el jardín, quienes eran vigilados por Arthur. Molly guió a Remus y a Severus hacia unos gastados sillones en el salón, aunque bastante cómodos. Cuando los tres adultos se encontraban cómodos, Molly miró con diversión a ambos hombres.

—Me ha llegado un pequeño rumor con el viento, y me he enterado que están casados. ¡Felicidades!

Severus cerró brevemente los ojos, escuchando la vaga y nerviosa explicación de Lupin sobre el tema, mientras lamentaba el momento en el que había tratado de salvar al lobo debido a su maldición. Se preguntó cuántas serían las veces hasta que todos se olvidaran de su supuesto matrimonio, aunque se resignó rápidamente, sabiendo que tardaría mucho tiempo.

Para su suerte, el almuerzo había pasado rápidamente entre los gritos y risas de los niños y las conversaciones de Remus con los señores Weasley, mientras Severus solamente escuchaba y comía tranquilamente, dándole el crédito a Molly por la increíble comida.

Antes de volverse para Hogwarts, Harry estaba siendo totalmente mimado por Molly, dejándolo sonrojado y con una gran sonrisa en su rostro. Arthur se despidió de ambos hombres con una sonrisa más relajada que la del principio, y Molly volvió a abrazarlos con una sonrisa. Cuando abrazó a Remus, susurró algo que logró avergonzarlo mientras sonreía suavemente y negaba con la cabeza.

—Severus, ya lo sabes: si necesitas cualquier cosa, estamos aquí.

Severus asintió, y luego cargó a Harry para dirigirse hacia el flú, con un extraño sentimiento en su pecho mientras Harry se recostaba sobre él, suspirando felizmente.

si pudieran ver mis dos últimos anuncios en mi perfil y me dieran algún consejo, lo agradecería(?). En otras noticias, ¡Harry ya tiene cinco años! el tiempo pasa volando: hoy Severus consuela a su mocoso luego de una pesadilla y mañana ya estará dándole "la charla" (¿se lo imaginan? sería lo más).

Una Historia Diferente [Severitus]Where stories live. Discover now