Recuéstate sobre mi hombro || 𝒀𝒐𝒐𝒏𝒈𝒊 𝒚 𝑻𝑵 [EN EDICIÓN]

016| Nuevo trabajo.

[...]

Sábado por la mañana.

Toda la semana estuve evitando a Dayon, pero no ayudaba que todas las mañanas amaneciera con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar las noches anteriores. Yoongi no se daba cuenta gracias al cielo, o eso creo.

[Mamá💘] *llamando...*

—¿Hola?—me respondió algo rápido en español.

—Hola mami. Tengo pensado buscar empleo.—

—Ay hija, ¿cuándo creciste tanto?—estaba emocionada por contarle esta nueva etapa.—

—Sólo quería saber cómo estabas, tengo que ir temprano.

—¿Pero dónde será tu nuevo empleo?—

—En una cafetería, sé que no es la gran cosa pero siento que me puede ir bien, además me han dicho que la paga es muy buena.—

—¿Y Yoongi, también irá a postularse?—

—No.—dije seria.

—¡Obviamente que irá hija! Tiene que ir contigo, para que así trabaje y te pueda cuidar al menos porque es tu primer trabajo y no quiero que te pase nada con un viejo verde de por ahí.—

—¡No mamá! Por favor, yo sé cuidarme sola, él puede conseguir trabajo en otro lugar.—

—Nada de "No", irá contigo, ahora pásamelo, quiero hablar con él.—

—Yo le digo.—mentí.

—Te conozco, obviamente no le dirás.—regañándome.

—Ya voy, ahora te lo paso.—dije desganada.

Silencié la llamada y busqué a Yoongi.

Según mi instinto, estaba en su habitación.

—Te habla mi mamá.—hablé a la puerta de su habitación.

No tardó mucho, y salió de su habitación muy sudado.

¿Qué mierda estaba haciendo para salir así de "sudado"?

Pero se veía un poco más atractivo sudado, su pelo algo alborotado pero húmedo por el sudor, y su ropa algo más pegada de lo normal. Él mismo me sacó de mis pensamientos cuando lo dejé de examinar con la mirada.

—¿Qué pasa?—se notaba exhausto, quiero creer que se estaba ejercitando.

—Que ella te lo diga.—dije esto le di mi celular no sin antes quitarle la opción de silencio.

Mi mamá le habló acerca de lo del empleo, y él se oía muy amable que parecía otra persona, accedía y hasta le decía a mi madre que era una perfecta idea.

...

—Vamos.—me dijo amablemente, al parecer ducharse lo calmaba y le quitaba lo amargado que a veces tenía, fui la primera en salir y tomé las llaves. 
Caminamos juntos unas tres cuadras, había un silencio hasta que él decidió hablar,

—¿Estás molesta conmigo?—dijo con su mirada al frente.

Lo ignoré por completo.