Doce.

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Han pasado dos semanas y media desde que había ido al hospital de emergencia, durante este tiempo Yoongi casi no permitió que me moviera, contrató a una mujer para que se encargara de cuidarme y ayudarme, ya que estaba ocupado. Pasaba mis días acostada o hablando con ella, se llamaba Leila, casualmente también era de Hawái, pero vivía desde hace muchos años en Corea. Leila venía todos los días temprano y se iba por las noches. Me agradaba mucho esa mujer, tenía una buena vibra y me daba consejos sobre el embarazo y los bebés, ya que había cuidado de sus hermanos menores desde pequeña.

Ella pensó, al principio, que Yoongi y yo éramos pareja, pero le conté mi historia. Aún así, decía que él y yo teníamos una conexión muy fuerte sólo que no nos dábamos cuenta. Yo pensaba que si teníamos una conexión, pero no romántica o algo así, sino que nos hacíamos bien como amigos, él me trataba como su hermana menor, aunque quisiera dar una imagen fría y nunca lo fuera admitir en voz alta.

Afortunadamente ya estaba fuera de peligro, mi bebé se estaba desarrollando muy bien, de igual manera tenía que seguir cuidándome. El sangrado y los dolores habían cesado, aunque seguía sin saber el sexo, no se dejaba ver, en una semana iría nuevamente a la cita con la Doctora y esperaba que pudiera decirme que era. Estaba muy ansiosa por saber si sería niño o niña y comenzar a buscar un nombre. En estos días sentía que se movía mucho más.

Como ya estaba bien, Leila dejó de trabajar en casa, aunque solía llamarme todos los días. Mis padres y mis abuelos nunca se enteraron de lo que había pasado, no quería que se preocuparan por mi. Mi madre sólo me había llamado una vez en éstas dos semanas, y no hablamos mucho. Sabía que ella se dejaba llevar por las opiniones de papá. Mis abuelos en cambio, se comunicaban conmigo casi todos los días por videollamada.

La Doctora me había recomendado caminar por ciertos períodos de tiempo o hacer ejercicio, así que, algunas tardes salía a dar vueltas sola o con Yoongi cuando podía. Justo ahora volvía de caminar por alrededor de la residencia, el día no estaba tan caluroso, por eso decidí salir. Entré al edificio, Matt estaba cambiando de turno con su compañero, Kwang. Tenía unos días que no lo veía, porque estaba de permiso, su padre había enfermado.

–¿Cómo estás, Tami? –Saludó.

–Bien, ¿y tú? ¿Tu padre como está?

–Estoy bien, él se siente mucho mejor, gracias por preguntar. ¿Y el bebé?

Antes de que saliera de permiso, le había comentado sobre mi embarazo, se sorprendió un poco cuando se lo dije.

–Está bien. –sonreí– hablamos luego, tengo hambre. –Por eso me había regresado. Soltó una risa divertida.

–Claro. –Me despedí de él.

Subí al apartamento, cuando salí hace como veinte minutos, Yoongi no había llegado. Abrí y no esperé conseguirme con dos chicos, bueno uno era Jimin y el otro sorpresivamente lo conocía bien. ¿Qué hacía él aquí?

Terminé de entrar y en ese momento, el pelinegro salió de la cocina.

Los otros dos chicos, me miraban con los ojos abiertos más de lo normal y alternando la vista hacia mi abdomen. Era un poco tonto que ocultara el embarazo de los amigos de Yoongi, como él dijo una vez, eventualmente se enterarían. De hecho, Jimin me había enviado un mensaje al día siguiente que salí del hospital, preguntando como estaba, le había pedido mi número a Yoongi, pero al parecer él sólo dijo que me había sentido mal y no dio detalles.

–Hola...–saludé un poco incómoda. Aún sentía cierta inseguridad porque lo supieran. –Jungkook. –Sonreí emocionada, estaba sorprendida de verlo pero él parecía no creer que yo de verdad estaba ahí.

UNEXPECTED. |MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora