Diecinueve.

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Yoongi

Escuchaba un sonido a lo lejos, estaba entre dormido y despierto. Recordé que Tami estaba conmigo, así que me di la vuelta y la vi sentada con las piernas cruzadas, llorando pero intentaba no emitir sonido. La habitación estaba iluminada levemente por una lámpara, cuando ella dormía aquí yo la dejaba encendida ya que iba al baño seguido y era para evitar que se tropezara con algo.

–Tami, ¿qué pasa? –Me reincorporé, mirándola preocupado, ella me observó mientras se secaba las lágrimas. –¿Te sientes mal? –negó con la cabeza– ¿Entonces?

–Tengo un antojo. –Respondió afligida.

–¿Y por qué lloras? –No comprendía el motivo de su llanto, aunque la mayoría de las veces no tenía motivos para llorar y aún así lo hacía.

–No es algo que tengamos aquí, no quería molestarte.

Ya estaba entendiendo, y sabía que cuando de antojos se trataba había que cumplirlo. Mi madre siempre me decía que papá tuvo que salir varias veces de madrugada para comprarle lo que ella quería.

–¿Qué quieres? –ella me miró indecisa– tranquila, puedes decirme, iré a comprarlo.

Busqué mi celular y vi la hora, eran las tres y cuarto de la mañana, algunas tiendas de conveniencia estarían abiertas ahora. Y si era algo que podía conseguir ahí no me importaría ir a comprarlo.

–En serio no quiero molestarte.

–Solo dime.

–Pues... quiero chocolates.

–Te da asco el chocolate. –Señalé.

–Si, pero quiero los bombones de chocolate blanco, los que tienen el empaque azul y plateado ¿sabes? –Estaba siendo muy específica y si, sabía cuáles eran.

–Lo tengo. –Me levanté para meterme al baño, cuando salí ella me veía avergonzada.

–Lo siento, Yoongi.

–No te preocupes, tonta –le sonreí de lado– recuéstate, en un rato regreso.

–Ten cuidado. –Dijo antes de que yo saliera de la habitación.

Me coloqué mis zapatos en la entrada, una chaqueta por encima de la franela de algodón y tomé mis llaves.

Mientras bajaba en el ascensor revisé mi celular y vi que Nam me había escrito hace unas horas y se encontraba en línea justo ahora.

Siento no haber respondido, me quedé dormido.
3; 28 am

¿Qué haces despierto?
3; 28 am

RM Kim

No te preocupes. Estoy saliendo del estudio ahora. ¿Qué haces tú?
3; 29 am

Saliendo a comprar chocolates.
3; 29 am

Lo leyó, pero de inmediato entró una llamada, era él. Salí al estacionamiento, caminado hasta mi auto.

–¿Cómo que estás yendo a comprar chocolates a esta hora?

–Tami. –Respondí en medio de un bostezo.

Oh, ¿tiene antojos?

–Si.

Me subí al auto y arranqué, coloqué la llamada en altavoz.

UNEXPECTED. |MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora