Extra #5

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Taehyung




Vi como Malú se despidió de sus compañeritas quienes estaban con sus madres junto a la entrada del colegio. Aquellas mujeres se despidieron de ella y de mi con una gran sonrisa, yo simplemente hice una leve inclinación.

Mi hija llegó a mi, pero su semblante ya no era el mismo que segundos atrás. Me agaché para quedar a su altura.

–¿Qué pasa, girasol?

–Las mamás de mis compañeras siempre que vienes a buscarme dicen lo guapo que eres.

No pude evitar reírme, Malú hizo un mohin. Esta niña tenía mucho carácter y también era muy celosa conmigo.

–¿Eso te molesta?

–Si, porque tú eres mi papá, sólo mío... bueno, te tengo que compartir con Taeha, pero es diferente.

Reí de nuevo y la atraje a mi para abrazarla, con cualquier cosa que hiciera derretía mi corazón. Me levanté con ella en brazos y nos dirigimos al auto.

–No te tienes que preocupar por eso, cariño. –Piqué su nariz, haciendo que ella la arrugara y riera luego.

–Está bien. ¿Podemos ir por un helado antes de que me lleves con mamá?

–Sabes que a ella no le gusta que comas tanto helado.

–Por favor... Por favorcito. –Insistió, poniendo esa expresión suplicante a la que no podía negarme.
Cuando me miraba con esos grandes ojos color chocolate no podía negarme a nada, por eso eran las discusiones con Tami. Ella decía que yo la consentía demasiado y que no podía ser siempre así, pero por esta vez no le haría caso.

Suspiré y asentí.

–Pero será un secreto entre ambos, ¿de acuerdo?

–¡Siii! –Exclamó emocionada, y me dio un beso en la mejilla.








Nos encontrábamos caminando por un parque, ambos con un cono de helado de vainilla y fresa, esos eran nuestros sabores favoritos. Yo llevaba su bolso colgado en mi hombro, mientras ella tomaba de mi mano.

–A Hayi le gustó mucho el cuadro. –Le comenté, mientras caminábamos entre los árboles y arbustos con distintas flores. Ella tenía una cayena rosada en su oreja derecha.

–¿De verdad? Creí que le parecería un fracaso.

–¿Por qué dices eso, girasol? Es genial.

–¿Crees que a mamá le guste? ¿Y a Hayi?

–Claro que sí, ambas amarán lo que hiciste.

Malú había hecho un cuadro para Tami y para Hayi por el día de las madres, ella los hizo en mi casa porque era sorpresa y además allí tenía mi estudio. El de Hayi lo teníamos oculto, ésta sólo vió el de Tami y ni sospechaba que Malú planeaba darle uno también.

Cuando ella se quedaba en casa, a veces pasábamos casi todo el día allí, pintando, comiendo o jugando, pero la pintura nunca faltaba. Hayi decía que nosotros nos encerrabamos en nuestra propia burbuja y cuando era así no nos interrumpía a no ser para avisarnos que la comida estaba lista o traernos bocadillos.

Ambos teníamos una gran conexión a través de la pintura. Para tener casi siete años era muy perfeccionista, cosa que me impresionaba al ser tan pequeña aunque al mismo tiempo me resultaba fascinante y cada día aprendía algo nuevo con ella a mi lado.

–No lo sé. –Hizo un puchero.

–Van Gogh creía que era un fracaso y que sus pinturas lo eran, y ahora...

UNEXPECTED. |MYGWhere stories live. Discover now