Veintisiete.

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Había decidido hablar con mis padres pero sin que vieran a Malú por el momento, quería escuchar lo que tenían para decir primero. Quedamos en vernos en una cafetería.

Estaba sacándole los gases a Malú, ella estaba durmiéndose en mi hombro según Yoongi, estábamos en la sala. Él estaba comiendo, era su día de descanso por lo que sólo había salido de su cueva para comer. Leila ya venía en camino, trataría de no tardarme tanto, sería la primera vez que estaría lejos de Malú, aunque tendría que acostumbrarme. Eso sería lo más difícil cuando empezara a trabajar.

–¿Estás segura de regresar al Luxury? - Preguntó, Yoongi, quitando la atención de la pantalla de su tablet.

Sabía que lo iba a preguntar en algún momento. Yo le había comentado hace unos días que mi ex jefe me contactó a través de Lis, dijo que si estaba interesada en volver podía hacerlo. Necesitaba trabajar aunque el horario sería algo agotador, pero todo lo hacía por Malú. Mientras consiguiera algo mejor, esa era mi opción por el momento.

–Si.

–¿Cuando comienzas?

–En dos días.

–Tami, sabes que no es necesario que lo hagas –sonreí, sin que él me viera porque sabía que iba a decir eso– Lulú está pequeña.

–Ya hemos hablado de esto –volteé a mirarlo– soy una madre soltera, esa es la realidad y tengo que ser responsable por mi hija. También debo dejar de invadir tu espacio.

–No me parece que sea una buena decisión. –Dijo, seriamente.

Antes de que pudiera decir algo, sonó el timbre y fui a abrir, era Leila. Ella me saludó y sonrió al ver a Malú ya dormida, saludó a Yoongi y éste le respondió pero era obvio que estaba molesto. Aunque Leila no le prestó atención, ya lo conocía.

Acosté a Malú en el coche, que estaba a un lado de Yoongi, y me fui a la habitación para buscar mi teléfono, Leila me siguió.

–¿Qué le pasa al señor amargado? –Preguntó, en cuanto cerró la puerta.

–No quiere que empiece a trabajar. –Suspiré, mientras acomodaba algunas cosas que estaban tiradas sobre la cama.

–Yo tampoco quiero, pero es tú decisión y puedo entender por qué lo haces. –Comentó.

–Me hace sentir como una mala madre –me senté a su lado en la cama– esto lo hago por ella y creo que cualquier madre en mi situación haría lo mismo.

–Yoongi se preocupa por ti y quiere lo mejor para ambas, no quiere que tú o la bebé se vean afectadas por lo que vas a hacer.

–Eso lo entiendo, pero siento que me ha ayudado demasiado y es hora que yo haga las cosas por mi cuenta.

–Tienes que estar consciente de que no todas las madres solteras tienen una ayuda así. ¿Que tal si lo piensas mejor? Puedes esperar un poco más, aunque igual yo te apoyo y siempre será un placer para mí cuidar de Malú.

Asentí, y ella me abrazó. Sentir el aura maternal de Leila me reconfortaba. Me preguntaba por qué ella aún no tenía hijos, era soltera y no es que estuviera mal pero la mayoría de las personas aquí ya tienen una familia a sus treinta o ya están casados. Nunca le pregunté acerca de su vida amorosa pero me daba curiosidad.

Salimos de la habitación. Malú no se despertaría por el momento a menos que ensuciara el pañal.

–Trataré de regresar lo más rápido posible. –Le dije a Leila.

–Tranquila, sabes que Malú está en buenas manos.

Me acerqué al coche y dejé un beso en la frente de mi pequeña.

UNEXPECTED. |MYGOnde histórias criam vida. Descubra agora