Treinta y cinco.

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–¿Estás molesto conmigo? –Le pregunté.

–No, estás siendo muy madura para tomar una decisión así, te dije que te apoyaría. Es sólo que ese tipo no me agrada.

Estaba con Yoongi en mi apartamento, el día anterior le había contado, luego de ver a Jungkook, que hoy me vería con Taehyung. La conversación que él y yo tuvimos por teléfono fue muy breve.

De inmediato Yoongi dijo que me acompañaría, y había llegado una hora antes de la hora acordada pero estaba más serio de lo normal y pensé que quizás estaba molesto y que lo que había dicho días atrás sólo había sido para hacerme sentir bien. Entendía que no quisiera verme cerca de él por todo lo que había pasado.

Esperábamos a Jungkook ya que él también iría con nosotros, ambos serían como mis guardaespaldas. Había quedado con Taehyung en vernos en un parque cercano a una cafetería. Los chicos se mantendrían cerca con Malú, porque sí, la llevaría. Él no la vería, dependiendo de cómo resultara todo.

Pasó un rato y Jungkook llegó, él no estuvo muy de acuerdo con la idea de ver a Taehyung pero de igual forma me apoyaba y por eso quiso acompañarme también.





Llegamos al sitio indicado, ellos se mantendrían cerca pero sin dejar que Taehyung pudiera ver a la bebé. Ella se había dormido en el camino y estaba en su coche cubierta con una manta.

–Ya está aquí. –Dije, viendo en mi teléfono el mensaje que me había llegado.

–Dile sus verdades a ese imbécil, no te guardes nada. –Exclamó, Jungkook, sentado en una banca.

–Ten cuidado, Tami. –Dijo, Yoongi quien tenía el coche frente a él.

Asentí.

–Me llaman si empieza a llorar. –Miré por última vez a Malú y comencé a caminar hacia donde estaba mi ex novio.

Lo vi en unas mesas de madera para hacer picnic, estaba junto al sendero por dónde caminaban varias personas. Tenía dos vasos frente a él y miraba algo en su teléfono.

Llegué a la mesa y alzó la cabeza al notar mi presencia.

–Hola.

Los nervios me recorrían pero tomé una respiración profunda, para tranquilizarme, y me senté frente a él, lo primero que noté fue que su cabello había dejado de ser oscuro para pasar a un castaño, se escapaban los mechones por los bordes de la gorra que llevaba. Sabía que tenerlo de frente ahora iba a remover ciertas cosas, vino a mi mente el día que le dije que estaba embarazada. No debía dejarme llevar por el enojo que sentía, tenía que mantenerme serena para hablar como dos personas civilizadas.

–Hola, compré un moca para ti. –Extendió el vaso de plástico hasta mi, recordaba mis gustos. Bueno, habíamos estado juntos por casi dos años.

–Gracias. –Tomé el vaso entre mis manos.

–Me sorprendió que me llamaras. –Su expresión era seria, igual que la mía.

–Seguirías insistiendo en hablar si nos llegábamos a encontrar de nuevo. –Me encogí de hombros.

–Tienes razón. –Sentenció.

El amor que llegué a sentir por Tae ya no estaba, lo veía y no sentía absolutamente nada más que enojo por todo lo que me había llegado a decir y por su actitud tan cruel hacia mi persona. Aunque tampoco era como si esperaba sentir algo más después de todo.

–Te escucho. –Le di un sorbo a mi bebida. Me estaba felicitando mentalmente por demostrarme tan segura y decidida.

Noté que su semblante cambió notablemente, su expresión se desencajó en una mueca que denotaba culpa y vergüenza.

UNEXPECTED. |MYGWhere stories live. Discover now