¡¿Yo en The Maze Runner?!

Capitulo 63- Thomas parte 1

Thomas:

"Aguanta, aguanta"

No pasaron ni diez minutos cuando sentí que alguien me arrastraba. Únicamente oía una palabra que se repetía en mi mente.

"Aguanta"

Para cuando abrí los ojos mi entorno era completamnete distinto. Seguía en CRUEL, sí, pero no en el mismo pasillo de la sección médica. Esta vez no habian guardias, ni doctores, ni enfermeros. Ni siquiera estaban mis compañeros.

Ante mí se encontraba una gran sala circular. Una sala totalmente vacía a excepción de una mesa y una silla de madera que había en el centro, en esta estaba sentado un niño. Vestía totalmente de blanco y estaba tieso como una piedra, como si temiera mover un solo dedo. Su mirada no se apartaba del frente, cualquiera que lo hubiera visto se hubiera asustado de lo pálido e inexpresivo que se encontraba. Me giré para ver a qué miraba y al hacerlo tuve ante mi vista una gran pantalla la cual no entendía como no había visto antes. De pronto supe en donde estaba, y con los ojos bien abiertos del asombro me volteé a ver al niño. Un pequeño de no más de cinco años, de pelo moreno y ojos castaños, flacucho y de estatura media para su edad.
Pocas veces llegaban ciertas escenas a mi cabeza con las cuales recordaba un poco de lo que era de mi vida antes de llegar al área. Recordaba no poder dormir a las noches por pesadillas y a los chicos despertando y preguntándome quien era "Ava" o más extraño todavía "Stephen". Llegué a ver a ese niño varias veces, pero nunca de esa manera, esta vez parecía consumido por el terror y lágrimas descendían de su mejilla. Decía algo casi imposible de escuchar y no dejaba de repetirlo, como si temiera olvidarlo.

Di tres pasos, ni uno más, acercándome cuidadosamente al niño, sin ninguna intención de asustarlo. Este no pareció darse cuenta de mi presencia, su mirada no se apartaba de la gran pantalla y de pronto de alguna manera me sentí inútil, invisible. La lágrima que descendió por la mejilla del pequeño me hizo salir de mi trance y con mirada preocupada intenté tocarle el brazo para ver si este reaccionaba. Apenas sus dedos tocaron la piel del niño, desaparecieron por entre esta tan rápido como la exhalación de sorpresa que solté. Miré mis manos con los ojos exageradamente abiertos del asombro y volví a fijarme una vez más en el menor que ni siquiera se había inmutado.

Todo estaba en completo silencio, no escuchaba ni mi propia respiración, ahora más agitada debido a la impresión de antes.

–Hey, niño–sacudí su mano en frente del crío pero nada ocurrió. El pequeño seguía moviendo la boca sin detenerse, diciendo aquello que mis oídos no llegaban a escuchar.

De pronto, el sonido apareció de la nada, una gran ola de ruido que me consumió e hizo que mis manos se dispararan hacia mis oídos. Soltó una maldición. Cuando me pude acostumbrar otra vez al sonido me giré hacia la pantalla, de donde provenía la voz de una mujer, una voz que me resultaba extrañamente familiar. Fruncí el ceño, confundiéndome todavía más cada que la mujer hablaba y decía: "Thomas"

No dejaba de repetir el mismo nombre, cada dos segundos y sin ninguna intención de parar, en la pantalla se podía divisar mi nombre escrito en negro, con un fondo totalmente en blanco. Eso no estaba ahí antes. Inmediatamente me acerqué de nuevo al pequeño y esta vez si que pude oir lo que decía, un nombre que se me hacía demasiado conocido.

"Stephen, Stephen, me llamo Stephen"

Claro que lo conocía. Había escuchado ese nombre miles de veces desde que llegó al área, entre sueños extraños y visiones como cuando veía al mismo niño que tenía en ese momento en frente. Traté de recordar, de verdad que lo hice, pero parecía no ayudar en nada. Mi cabeza empezó a doler de pronto.

"Mierda"

Una gran punzada de dolor hizo que me encogiera y soltara un quejido. Un quejido que al parecer fue lo único que pudo hacer que el niño despejara la mirada de la pantalla y de repente empezara a gritar, a chillar como si le estuvieran quemando la piel o algo todavia peor.