Capitulo 47- Descontrol.

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Amy:
Mierda no no no no.

No sabíamos que era lo que les sucedía a los penitentes, esto no era nada planeado, estaban descontrolados y parecían no atacar ni siquiera las órdenes de Lyla. Cosa que no entendíamos el porque era ella la que los guiaba.

Todo estaba más o menos controlado hasta que tres penitentes eran demasiado para Alby, que aparte de intentar salvarse a sí mismo tenía que proteger a Chuck.

Era una estupida, anda que dejar a un niño con tan poca protección.

Lyla parecía una loca, no dejaba de cogerse del pelo y retorcerse. Parecía pasarlo mal y sus gritos de dolor no ayudaban en absoluto prácticamente se podría decir que era más bonito ver a un penitente que a ella en esos momentos. Con un grito desgarrado finamente se tiro al suelo de rodillas sin hacer nada más.

En el momento en el que un grito de dolor de Newt nos alteró a todos fue cuando los penitentes aprovecharon la ocasión para atacarnos. Siendo incapaces de poder ayudar a Alby y a Chuck el cual parecía estar a punto de echarse a llorar.

De un momento a otro uno de los penitentes totalmente descontrolado consiguió tirar a Alby al suelo, que a pesar de estar así intentaba con todos los medios que estos no llegasen al niño.

—¡Vete a alguna de las cabañas!

Chuck sin poner objeción obedeció al mayor y salió corriendo lo más rápido que pudo. Le habría ayudado de no ser porque tenía uno de esos monstruos casi encima mío. Eran cada vez más fuertes y descontrolados.

Otro grito.
Otro larcho tirado al suelo.

Ya iban cinco. Justo lo que nadie quería. Sabíamos que alguien moriría, era algo de lo que todos estábamos seguros, pero era demasiado perturbador ver a un compañero con el cual habías estado hablando al día anterior tirado en el suelo sin vida.

Aún faltaban horas para que el sol saliera, la oscuridad no ayudaba demasiado. Era buena a la hora de escondernos pero no a la hora de ver a los penitentes. Ellos tenían mejor visión que nosotros y todo era muy arriesgado. Un paso en falso y eso podría cobrar la vida de muchos de nosotros.

Con un movimiento final le ensarte una de las lanzas a mi contrincante y seguí hasta donde se encontraba Newt. Se le veía de lejos lo cansado que estaba,por no hablar de que su cojera no era de mucha ayuda en ese momento. Ya tenía varias heridas tanto en los brazos como en las piernas y algunos rasguños en la cara. Afortunadamente no lo suficientemente graves como para alarmarse.

—¡Cuidado!—le advertí en cuanto vi cómo uno de los penitentes intentaba insertarle la aguja por la espalda.
Por suerte este fue más rápido y consiguió esquivarlo, dándome así mas posibilidades de ensartarle dos lanzas al animal.

Estaba cansada, todos lo estábamos, habíamos mejorado mucho a la hora de defendernos pero aún seguíamos siendo unos completos inexpertos comparados con unas máquinas fabricadas especialmente para matar.

Me asusté inmediatamente al ver al pequeño Chuck caerse al suelo y ver como uno de los penitentes lo cogía en punto de mira.

No, no, no. Eso sí que no.
Saqué las lanzas del cuerpo ya inerte de uno de los monstruos y corrí hacia el niño. Le había faltado poco, ya casi estaba llegando a la cabaña y de no ser por ese pequeño tropiezo ya estaría seguro.
De todas formas no era la primera vez que nos dábamos cuenta de que la suerte no estaba de nuestra parte.

¡¿Yo en The Maze Runner?!Where stories live. Discover now