Capitulo 46- Lucha.

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Todos nos habíamos bloqueados. No entendíamos la situación. Los larchos se miraban los unos a los otros buscando información pero nada sucedía.
La mirada de Minho seguía puesta en la chica. Su cara carecía de expresión, no parecía saber cómo reaccionar. La chica también hacía contacto visual con el, pero por el contrario a este ella tenía una sonrisa burlesca en la cara.

No sabíamos muy bien lo que estaba pasando. ¿La chica había huido de repente y después volvía con una manada de penitentes? ¿En serio? Eso obviamente no era normal y algo muy gordo estaba pasando ahí.

—Minho. ¿Que pasa?—le susurré—sabes que es lo que ocurre ¿verdad?

—Mierda...—oí como decía Chuck.

A pesar de mis intentos Minho parecía no escucharme, ni a mi ni a ninguno de los demás larchos.

Por un momento pareció que el tiempo se había detenido, nadie hablaba y parecía que ni siquiera quisieran respirar por miedo que eso molestara a los penitentes. Todos estábamos desconcertados, yo que debería hacer algo en esa situación tampoco sabía que era lo que estaba ocurriendo y eso solo hacía que la frustración y el miedo de los demás creciera. A decir verdad prefería no sacar mis concluciones, siempre solían irse más allá de la realidad. Sería ridículo que hubiera tenido algo con Minho y le hubiera engañado para huir. Eso. Seguro no era así.

—Maldito estupido...—escuché como susurraba el asiático, con un brillo de tristeza. Me dolía verlo así, esa había sido la mirada que había tenido después de que Lyla escapara, la diferencia era que en ese momento la tristeza estaba combinada con decepción.

Bien, algo tenía que hacer.

—Recordemos lo entrenado y todo el trabajo que hemos hecho. No importa la chica. Al parecer es de otro bando—dirijí mi mirada un momento hacia Minho, el cual la seguía mirando sin decir nada—Recuerden, fue como un destierro, desterrar y olvidar. No creo que ella venga a hacer amistades. ¡¿Entendido?!

Todos asintieron. Minho, que ya parecía haber vuelto a la realidad, asintió también cogiendo las armas con más fuerza.

Miré hacia el frente para observar la expresión de Lyla, pero nada había cambiado. Su sonrisa cada vez se ensanchaba más y supimos que era el momento en cuanto se puso en modo ataque. En un segundo y con solo una señal por parte de la chica todos los penitentes parecieron reaccionar y se abalanzaron para empezar a luchar.

—Suerte a todos...—susurré. Lo único que sentía era miedo. Tal vez ellos estaban acostumbrados, pero para mí no era normal de repente ver a algún compañero mío sin vida. No quería que le pasase nada a nadie—Chuck, recuerda, siempre detrás mío o de Minho. De quien sea, pero no estes solo.

—Está bien—asintió el niño asustado.

Vamos allá.
Con un último suspiro empezamos a correr para llegar hasta los monstruos esos. La pelea empezó.

Habíamos practicado mucho como para saber por donde atacar y cómo manejar bien las armas, o bueno, más o menos.

Lyla no movía ni un músculo. Seguía en el mismo lugar del principio y solo se limitaba a observar. Parecía estar buscando bien a su víctima.
Me distraje en el momento en el que uno de esos bichos se abalanzó contra mi. Con un movimiento rápido conseguí colocar la lanza que tenía entre mis manos para impedir que me picara ni me mordiste. Chuck, solo le tiraba piedras detrás mío, logrando en una de esas meterle dos en la boca y haciendo atragantar al animal.

Aprovechando su momento de debilidad y más rápido de lo que creí que lo haría, ensarté la lanza directo a su corazón, si es que ahí estaba su corazón... Sin lograr ningún mérito. Su piel o lo que fuera que tuviese era demasiada dura como para atravesarla así por así con una lanza de madera. Estaba claro que los de CRUEL no dejarían que algo así destruyera a una de sus más ingeniosas creaciones.

¡¿Yo en The Maze Runner?!Where stories live. Discover now