Capitulo 48- Pelea.

1.1K 112 26
                                    

Lyla:

—¡NO QUIERO! ¡SUÉLTAME!
—¡Chuck calmate!
—Quiero ir donde Alby–lloraba.
—¡No dejaré que te maten niño insolente!—lo cogí de los hombros— de una vez entiende  que  te estoy ayudando.

Corrí aún cogiéndolo de la mano hacia una de las cabañas que más cerca estaban.
Entré y cerré lo mejor posible. No sería para nada bonito que de repente uno de los penitentes entrara a matarnos ahí dentro. En un lugar de cuatro paredes, sin escapatoria, sin ningún sitio a donde ir.

Al asegurarme que la puerta está bien cerrada me giré hacia Chuck para comprobar que estuviera bien, encontrándome con este mismo tirado en el piso y hecho un bolita.

—Chuck tranquilo todo va...
—¡No me mientas!—me sobresalté— no me vengas con que todo va a estar bien cuando ya he perdido a un gran amigo y estoy a punto de perder a todos los demás ¡Y TODO POR TU CULPA!—lágrimas resbalaban por sus mejillas y se veía el miedo que le causaba estar en esta situación.

—Yo solo... AH—grité.

No...
Un inmenso dolor me atravesó por todo el cuerpo llegando como destino a mi cabeza. Incapaz de soportar el dolor que eso me estaba ocasionando me tiré al suelo gritando, era lo único que podía hacer.
No...

Antes de poder gritar otra vez, el dolor desapareció tan rápido como vino.
Me levanté, quedando en frente de Chuck.

—Mira estupido niño, no todo es de color de rosas, hay personas que preferirían estar en tu lugar, porque aunque no lo creas peores cosas están pasando fuera de este maldito lugar—me fui acercando haciendo que este se encogiera más en su sitio por cada paso que daba— Intento ayudarte y lo único que haces es quejarte. ¿Pero eso hacen todos no? Nuca ven cuando uno los intenta ayudar.

El niño solo me escuchaba aún con lágrimas en los ojos.
—Así que ahora mismo te quedarás calla... AH—de nuevo el dolor.
Mierda, mierda, mierda.

¡No más !—grité de nuevo encogiéndome de dolor— ¡No más!

Sentí un dolor aún más fuerte.
Lágrimas empezaban a descender por mis mejillas.

Esto no es justo.

Aún con dolor en el cuerpo volví a mirar a Chuck, que me miraba confundido y con miedo a la vez.

—No...—lloré—No quiero...
Otra ráfaga de dolor.
—No me dejaré...—volví a decir.
Otro grito.
—¿E-estás bi...?
—¡ALÉJATE DE MI!

Chuck retrocedió.

Minho:

Otros dos muertos.
Esto era una catástrofe.

Los penitentes parecían no tener ganas de tomarse ningún descanso, su ganas de matarnos parecían ser mucho más fuerte al cansancio. En cambio nosotros no podíamos aguantar mucho más, porque aunque lo más que quisiéramos fuera terminar con todo esto nuestros cuerpos parecía tener otros planes.

Todos tuvimos que ignorar el hecho de que en solo segundos habíamos perdido a nuestro gran amigo y líder. Y por las circunstancias habíamos tenido que pasarlo por alto y seguir peleando, dejando su cuerpo en el suelo ya sin vida.

Lo peor era que no sabíamos donde estaba Chuck y eso nos estaba carcomiendo por dentro pensando en que cualquier cosa le podía haber pasado. Nadie se lo perdonaría. Y aún y cuando queríamos correr a buscarlo entre todos había algo tan simple como un monstruo con ganas de matarnos, así que era algo casi imposible de hacer en esos momentos.
Eso era lo más frustrante,  cualquier paso en falso sería otro muerto más, algo que no nos podíamos permitir ahora mismo

¡¿Yo en The Maze Runner?!Where stories live. Discover now