06. Viejas Heridas.

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En cuanto Derek se fue, Stiles se metió a su casa, encontrándose a su padre sentado en el sillón viendo televisión en la sala.

-¿Qué tal tu cita, hijo? -preguntó apagando el televisor.

-Bien, a decir verdad -respondió fríamente y sin mirarlo.

.¿Aún estás enojado conmigo? -preguntó pero Stiles no respondió- Hijo, por favor, ¿Es que no volverás a hablarme nunca?

-¡Es que no puedo creer que valga tan poco para ti! Que no me quieras ni tan siquiera un poquito, ¡Hasta que parece que no soy tu hijo! -gritó dolido.

-Stiles, por favor, sabes que eso no es más que una mentira, yo te quiero y mucho- respondió John abrazando a su hijo, quien le correspondió sorprendido, su padre jamás le había dado un abrazo, ni siquiera en en navidad o en su cumpleaños.

Sin embargo, Stiles ignoraba que, mientras él disfrutaba del abrazo que su progenitor le brindaba, John ponía los ojos en blanco y una mueca de disgusto.

Obviamente no había nada de cariño en sus acciones, no obstante tenía que hacer toda esa clase de cursilerías y tratar a Stiles con amor para que así fuese más fácil su tarea de manipularlo para que aceptase casarse con Derek.

"Todo sea por el bien de mi empresa" resopló el mayor de los Stilinski, aunque bien podía hacerse pasar por un suspiro y no un gesto de fastidio total.

-¡Pero nunca me lo demuestras papá! ¡Nunca me dices que me quieres! -exclamó Stiles rompiendo a llorar en el hombro de su padre- Nunca me abrazas ni me dices que estás orgulloso de mí, al contrario, ¡Te la has pasado culpándome de la muerte de mi madre toda la vida, desde que tengo memoria!-reclamó Stiles mientras los dolorosos recuerdos invadían su mente:

Todavía recordaba todo aquello como si hubiera sido ayer: Su padre borracho, gritándole que él sólo era un error, un bastardo asesino, culpable de la muerte de su madre, que no merecía ser llamado hijo, una escoria que no merecía haber pisado este mundo, una basura que lo único que se merecía era arder entre la llamas del infierno, recordaba cada vez que le decía que él hubiera preferido ser padre de cualquier basura y escoria no valiosa posible, que padre de un asesino como lo era él.

¿Qué clase de niño de tan sólo seis años se merecía escuchar toda esa clase de insultos? Un niño de seis años que solamente merecía recibir amor, cariño, mimos y abrazos, no aquellas palabras hirientes que le hacían doler su corazoncito, rompiéndoselo por primera vez.

-Por favor papá, no quieras hacer como si nada hubiese pasado porque ambos sabemos perfectamente que no es así -sentenció Stiles y corrió escaleras arriba rumbo a su habitación, donde se encerró colocándole pestillo a la puerta, no quería verlo ni tampoco oírlo.

Se tiró en su cama y empezó a llorar todavía más, abrazó al lobo de peluche, aferrándose a él como si su vida dependiera de ello.

Se odiaba a sí mismo por ser tan débil, por seguir mendigando migajas del amor de su padre, por permitir que siguiera humillándolo más en razón de que le permitía ver las lágrimas derramándose por sus mejillas.

"Tú nunca aprenderás Stiles, nunca dejarás de ser un idiota, capaz de perder su dignidad a la primera de cambio, y todo por amor, un amor paternal que seguramente no te mereces ni merecerás nunca..." Se reprochó a sí mismo, estrujándose los mechones de cabello entre sus manos.

Estaba inundado en un mar de lágrimas justo cuando su celular sonó, era una llamada de Derek, estaba pensando seriamente en no contestar pero, extrañamente, sintió que si oía su voz podría llegar a olvidar su tristeza.

Llamada.

-¿Hola? -dijo Stiles en cuanto respondió.

-¿Stiles? ¿Stiles qué te pasa? ¿Estás bien? ¿Acaso estás llorando? -preguntó Derek preocupado- ¿Quién fue? Dime quién fue para ir arrancarle la garganta con mis dientes -exigió con tono furioso.

Casado Con Un Extraño (EDITADA) ¡FINALIZADA!Where stories live. Discover now