59. La mejor noticia

1.6K 189 33
                                    


Aquellos dos meses comenzaron a irse muy rápido. El invierno le dio de nuevo paso a la primavera y ahora estaban cada vez más cerca una serie de eventos que ninguna de las chicas hubiera esperado. 

Dimitri e Iniesto se encontraban en su habitación, éste último, más inquieto que nunca. Sentía que su estómago se revolvía, se paseaba de un lugar a otro de la habitación, como esperando que su ansiedad fuera calmada por arte de magia; su amigo se encontraba realizando una tarea en su escritorio y era constantemente distraído por la inquietud de su compañero.

—Iniesto, de verdad, para ya.

—¿Crees que sea lo correcto? —preguntó el muchacho confundido.

—Sí crees que lo es, entonces sí, es lo correcto —afirmó Dimitri.

—Creo que... Me da un poco de incertidumbre cómo vaya a reaccionar —confesó el muchacho y su amigo giró los ojos.

—Ya lo compraste, Iniesto. Ya relájate, mañana en la tarde sabrás —tranquilizó el chico y se sintió feliz de haber terminado su tarea.

—Tienes razón... Pero estoy muy nervioso.

—No ganas nada poniéndote así, mejor duérmete y, como ya dije, mañana sabrás. —Dimitri se acomodó en su cama después de guardar sus libros

Su amigo hizo lo mismo, se fue a dormir más que preocupado, tenía esa idea en mente dándole vueltas en la cabeza una y otra y otra vez. Cuando amaneció, el chico casi no había dormido nada, tomó sus clases normales y se dispuso a tratar de poner la mayor atención posible.

Comenzaron a pasar las horas y las horas, pero para el chico no pasaba nada, estaba totalmente ansioso. Al fin, llegó la hora de comer, se había quedado de ver con todos en el kiosco, también iría Dimitri. Volvieron a repetir lo mismo que antes, cada quien llevó un plato diferente para poder compartir.

La plática inició normal, todos estaban pasándola muy bien, Iniesto desde un principio de mostró bastante distinto ante sus amigas, lo cual las extrañó bastante, pero después de todo, lo dejaron pasar. De pronto, el muchacho se levantó y se colocó frente a Nereida.

—Tengo algo que decirte —indicó el muchacho y se le quedó mirando nervioso.

—No me asustes, ¿qué sucede? —preguntó Nereida.

—Escucha, cuando nos graduemos, ya no podré verte más —comenzó a decir el muchacho y la chica sintió como si el mundo se le terminara—. Y... Sólo faltan unos meses para la graduación de Dimitri y mía.

—Lo entiendo, entonces, no quieres que nos veamos más —dijo la muchacha destrozada.

—No, no, todo lo contrario —corrigió el muchacho, puso una rodilla en el suelo—. Nereida... ¿Quisieras casarte conmigo? —propuso el muchacho nervioso mientras abría la hermosa caja que traía y mostraba un hermoso y enorme anillo de diamantes que estaba hecho de plata fina—. Sé que es muy pronto, pero me encantaría compartir el resto de mi vida contigo, además de que eres una chica demasiado especial. No quiero perderte por estar en el ejército, podríamos tener una casa juntos y crear a nuestra propia familia. ¿Qué piensas?.... Por favor dime algo —pidió el muchacho al notar que la chica no decía absolutamente nada.

—Iniesto... ¿Cómo pudiste dudar? ¡Por supuesto que sí! —respondió al fin la chica abrazando a su nuevo prometido.

—Deja que te ponga la sortija —pidió el chico sonriendo y le colocó la hermosa sortija de compromiso para darle después un tierno beso.

—¡Felicidades, chicos! —les dijo Esmeralda que estaba más que feliz por el nuevo compromiso de sus amigos.

—Sí, muchachos, felicidades —expresó Shinzo sonriente, Naudur y Kimiosea se abrazaron y Dimitri sólo los miraba con alegría disimulada.

Imperia: Corazón de Esmeralda  | Primer libro ✨Where stories live. Discover now