30. Carta a Shinzo

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Amaneció tan sereno como siempre. Tomaron un delicioso desayuno, tan sabroso como el de la mañana anterior y charlaron un rato antes de que la madre de Esmeralda se despidiera, pues debía partir al trabajo.

Las muchachas decidieron salir un rato para mostrarle Lizonia a su amiga y de paso, escribirle una carta a Shinzo. Así que tomaron un par de cosas, entre ellas papel, pluma, un sobre y la nota que les dio Dimitri, y partieron muy alegres.

Comenzaron a caminar con la tranquilidad de haber terminado con todo el estrés que conllevaba estudiar en el Coralli. Lizonia tenía montones de bosques llenos de vida y flores; el sol se colaba por cada esquina, el aire incluía una sensación de ligereza al respirarla incomparable que, en conjunto con el enorme cielo azul, te hacía sentir tan libre como un ave.

Nereida admiraba maravillada cada uno de los detalles de aquel hermoso paisaje. Sus amigas decidieron llevarla a «El bosque de las estrellas» para que conociera el lugar que vio nacer la amistad de Esmeralda y Kimiosea. Aún recordaban aquel día, las únicas niñas recolectoras con el mismo sueño se encontraron por azares del destino. Ya había pasado tanto tiempo que volver a recorrer los mismos caminos que transitaban todos los días para ir a trabajar, se volvía algo muy extraño.

Al llegar, la muchacha abrió aún más los ojos para admirar un bello paisaje con millones de cerezos que se extendían a lo largo y a lo ancho del lugar. Se pasearon entre los árboles, reían muy fuerte y las recolectoras las miraban extrañadas. Aquel bosque poseía un toque diferente al resto del paisaje, como si de cualquier estación te transportaras a la primavera, la frescura que se respiraba desde aquel rinconcito de Lizonia era muy especial, porque incluso el viento poseía un ligero aroma a cerezas.

Nereida se comenzó a imaginar a sus amigas recolectando los pequeños frutos, jamás pensó en lo mucho que se habían esforzado por llegar hasta donde estaban. Recordó a su padre y se quedó pensando un minuto que si algo bueno podía mencionar de él, es que le había permitido, sin querer, conocer amigas fantásticas y un mundo sin igual.

Comenzaron a avanzar más allá del bosque, ahora se dirigían a la cascada de Imsuro.

Se sentía la brisa de la cascada y el aroma lleno de paz y pureza- Las amigas llegaron y se sentaron en la orilla, aquel lugar era indescriptible, en cuanto llegabas tu mente se despejaba por completo. Nereida dio un suspiro, las chicas sacaron el papel y la pluma y comenzaron a escribir por turnos, en la misma hoja.

Querida Shinzo:

¡Amiga! No sabes cuánto te extrañamos, nos quedamos muy preocupadas desde lo que pasó en el Coralli, espero que Dimitri nos haya dado bien tus datos, si no lo hizo estamos haciendo el completo ridículo con alguien más.

Estamos las tres en Lizonia, Nereida ya conoció a mi madre y al parecer le ha gustado demasiado nuestra región de origen. Dice que no volverá más al Coralli, que piensa quedarse por siempre aquí comiendo cerezas. Bueno ya sabes lo loquita que está, así que sólo le tejeremos una manta y la dejaremos aquí.

Te mando muchos abrazos y los deseos de que te pases unas buenas vacaciones.

Atentamente, Esmeralda.


Estimada Shinzo:

Como te habrás dado cuenta, volver a Lizonia afectó bastante a nuestra amiga Esmeralda, ¡ahora delira todo el tiempo! Muchos me dicen que me aleje de ella, pero como soy una persona buena y noble, tengo que quedarme con ella todo el día. No sabes cómo te hemos echado de menos, Kimiosea, como siempre, es una perita en dulce que siempre está alegrando el día, pero Esmeralda, hace que te extrañe mucho. Espero que te hayas recuperado pronto de tu lesión, aguardaremos por tu respuesta con paciencia.

Que tengas las mejores vacaciones.

Con cariño, Nereida.


Mí querida Shinzo:

Después de los ocurrentes párrafos de mis amigas, no me queda más que desearte lo mejor para estas vacaciones, ojalá que te diviertas mucho en compañía de tu familia y de tus amigos. Esperamos que nos extrañes tanto como nosotras a ti.

Mándale un saludo de mi parte a tu familia.

Tu amiga siempre, Kimiosea.

Cuando terminaron, Nereida leyó todo en voz alta y comenzaron a reírse de sus incoherencias. Metieron las hojas en el sobre y escribieron los datos que les había dado Dimitri. Comenzaron a caminar de regreso a la casa de Esmeralda, de camino, pasaron al pueblo de Imsuro a dejar la carta en el servicio postal.

El camino para regresar fue muy divertido, charlaban todo el tiempo, jugaban, se aventaban y reían muy fuerte. Si la señora Nerzo las estuviera viendo, las reprendería de inmediato, pero como eso no iba a suceder continuaron divirtiéndose a montones.

Comenzaba a caer la tarde, cuando se aproximaban al hogar de la chica de ojos verdes, venían riéndose a todo pulmón. Esmeralda abrió la casa y, entre las tres, prepararon algo de comer. Hicieron un festín enorme, terminaron tan llenas que fueron a recostarse en la habitación de Esmeralda para charlar.

—¿Creerían que soy muy patética si les digo que ustedes han sido las primeras amigas que tengo de mi edad? —dijo Nereida mirando el techo.

—Nereida, de cualquier manera creemos que eres patética —contestó riendo Esmeralda y Nereida le dio un empujón.

—Ustedes también son el primer grupo de amigas que tengo —continuó diciendo Kimiosea.

—El mío igual —dijo Esmeralda colocando las manos bajo su nuca—. Me agrada tener amigas como ustedes. Cuando comencé a soñar con el Coralli, jamás imaginé encontrar personas como tú Nereida, o como Shinzo.

—Ni yo. Pensaba que todas las chicas de Lizonia eran amables, hasta que te conocí —contestó Nereida riéndose.

—Parece que alguien tendrá que quedarse a dormir en el bosque —rió Esmeralda y Nereida sólo le hizo una mueca.

El manto de la noche cubrió a Lizonia. La madre de Esmeralda llegó muy cansada, se sintió aliviada de que su hija y sus amigas ya hubieran preparado todo. Se sentó en el comedor, Esmeralda le sirvió un rico plato de sopa y las demás cooperaron para que la mujer se uniera a ellas en la reunión que sostenían en el cuarto de Esmeralda.

—Me alegro de que todas sean tan amigas —comentó Mim sonriente.

—Gracias señora y gracias por prestarnos su casa para quedarnos en las vacaciones —agradeció Nereida.

—No es molestia, Nereida, verán que nos la pasaremos muy bien las cuatro.

Después de un tiempo, el sueño las venció y todas se quedaron tranquilamente dormidas. Estar en aquella región era como asistir a un retiro delicioso y relajante, se la pasaban de lo mejor.

Comenzó a fluir una semana, que no fue para nada aburrida, ya fueran un poco más lejos o se quedaran en los alrededores de la casa de Esmeralda, todo siempre era una aventura.

Comenzó a fluir una semana, que no fue para nada aburrida, ya fueran un poco más lejos o se quedaran en los alrededores de la casa de Esmeralda, todo siempre era una aventura

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-Sweethazelnut.

Imperia: Corazón de Esmeralda  | Primer libro ✨Kde žijí příběhy. Začni objevovat