69. La respuesta de Iniesto

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Pasó un mes y medio, era una hermosa mañana en la que la luz apenas se asomaba por la ventana de las muchachas. Esmeralda fue despertada repentinamente por el ruido que estaba haciendo Nereida, desde hacía un tiempo que el despertador matutino era eso: las nauseas de la muchacha. Su amiga se levantó de la cama y fue hacia el baño.

—¿Estás bien, Nereida? —preguntó Esmeralda bostezando.

—Sí, estoy bien —respondió la chica saliendo del baño. Ya tenía su vientre ligeramente abultado, pero no lo suficiente como para demostrar que se encontraba embarazada—. No puedo creer que Iniesto no me haya contestado aún.

—No te preocupes, una carta tarda mucho tiempo en llegar desde Nitris hasta Cristaló, recuerda que les dan primordial importancia a las de la realeza y a las de los adinerados —aclaró Esmeralda acomodando el uniforme que usaría aquel día.

—Claro, ahora que saben que Iniesto ya no es rico.

—Si mis cálculos no me fallan e Iniesto escribió la respuesta el mismo día que recibió tu carta, entonces debería llegar hoy —tranquilizó Esmeralda a su amiga.

—Tal vez tengas razón, esperaré —comentó sonriente Nereida eligiendo también su uniforme.

Las chicas terminaron de arreglarse y se encontraron con sus amigas para después caminar juntas hacia la escuela en donde tendrían sus clases de siempre, las cuales se volvían cada vez más pesadas y ricas en contenido. Los profesores habían cambiado de una u otra forma, todos eran mucho más estrictos que antes, las tareas necesitaban estar completamente perfectas o eran rechazadas por los educadores.

A la hora de la comida decidieron ir hacia las caballerizas para montar un poco, ya no estaban ni Ánimus, ni Trinity, era una tristeza que los muchachos que por tanto tiempo habían sido sus amigos, ahora ya no estaban. Las muchachas tomaron a Damina, Situani y Armania para dar un paseo por los alrededores antes de tener que regresar a tomar las materias del segundo periodo, el cual resultaba ahora muy corto. Nereida no podría acompañarlas, debido a su condición, así que mejor se fue a dar un paseo a pie. Las demás chicas comenzaron a recorrer el hermoso bosque por el que también pasearon alguna vez con sus amigos. Reían a todo pulmón al sentir el viento en sus rostros, de pronto, vieron a Naudur parado cerca de un árbol y se detuvieron junto a él para charlar un rato.

—¿Cómo estás, Naudur? —preguntó Shinzo sonriente.

—Hola, muchachas —saludó el chico—. Hola, Kimi —dijo y la chica se sonrojó.

—¿Qué haces aquí tan solo? —interrogó Esmeralda extrañada de que estuviera parado en medio de la nada.

—Espero a que abran la bodega de los Encinel —explicó el chico cansado—. Llevo mucho tiempo esperando, creo que de nuevo perdieron la llave.

—¿De nuevo? —preguntó Kimiosea.

—Sí —rió el muchacho—. Digamos que mis profesores no son los más responsables, pero aún así son los mejores.

—Me imagino —comentó Esmeralda—. ¿No quieres venir a dar una vuelta en lo que encuentran las llaves?

—Claro —contestó contento el muchacho acercándose al caballo de Kimiosea—. ¿Puedo subir con usted, señorita?

—Por supuesto —accedió la chica y subió a su alegre novio.

—¿No debería ser el príncipe con la princesa detrás? —comentó Shinzo sonriente.

—La princesa está aquí, pero el príncipe se cayó y dejó al bufón como reemplazo —respondió ingenioso Naudur causando risa en las chicas.

—Vamos —dijo Shinzo halando de Damina y todas la siguieron.

Nereida se encontraba muy aburrida, ya había caminado demasiado y estaba cansada, así que regresó a los dormitorios. Trató de relajarse en ese momento que tenía para ella, pensaba en varias cosas, una de ellas era que no podía creer la historia que tenía con Iniesto. Qué hermoso es cuando alguien corresponde un amor tan grande como el que ella le tenía. Comenzó a abrir la habitación, al entrar, encontró justo lo que quería ver: la respuesta de su esposo, la abrió con desesperación y comenzó a leer.

Mi preciosa Nereida:

¡Seremos padres! No te preocupes, yo nunca te dejaré sola, informé a mi General que estamos esperando un bebé, me dijo que tenía permiso de ausentarme un tiempo cuando dieras a luz. Tuve mucha suerte, es una persona bastante difícil, pero ya te contaré después. Estoy muy emocionado y Dimitri, que me tocó en la misma división, también está contento e insiste en que lo nombremos padrino.

No dejes que me pierda ni un instante de todo esto, por favor, te mando muchos besos a ti y a ese bebé que llevas contigo.

Te ama, Iniesto.

De inmediato su rostro se iluminó por completo, sonrió al enterarse de que Iniesto estaba tan feliz como ella con la noticia, inmediatamente tomó una hoja y una pluma y comenzó a escribir ansiosa la respuesta. Le contó lo extraño que se sentía saber que había alguien dentro de ella, también que soñaba con cómo sería al nacer y que no le importaba si fuese niño o niña, ella sólo quería ver a su bebé.

Las muchachas y Naudur habían ya recorrido una distancia considerable galopando, así que se detuvieron un momento a que los caballos descansaran. Después de graduarse sus amigos, Firos, Damina y Situani, irían junto con ellas al lugar al que se fueran, así que no sentían esa nostalgia que ahora sentían con todos.

—¡Qué divertido! —comentó Naudur sonriente—. Además, no hay mejor jinete que mi Kimi.

—Sería perfecto si Nereida nos acompañara —comentó Shinzo soltando un suspiro.

—¿Y por qué no vino?

—¿No lo sabes? —cuestionó sorprendida Shinzo.

—¿Qué? —dijo Naudur confundido.

—Nereida está embarazada —contó Esmeralda y su amigo abrió los ojos.

—¡Qué alegría por ella! —expresó contento el muchacho—. Le deseo lo mejor, yo creo que va a ser un niño tan exitoso como sus padres.

—Tienes mucha razón, hablando de ella, creo que tenemos que volver, no podemos dejarla abandonada —recordó Esmeralda—. ¿Te llevamos de regreso?

—Estoy bien, caminaré a los dormitorios, no creo que hayan encontrado esa tonta llave de todos modos —rió el muchacho y se despidió.

Las chicas regresaron sonrientes a sus habitaciones, encontraron a Nereida contenta por haber recibido la respuesta de su marido. Todas se despidieron y Esmeralda se quedó un rato charlando con ella, después de un tiempo ambas cayeron en un profundo sueño. 

Nereida se quedó soñando cómo sería su pequeño bebé, si sería igual a ella o a su esposo, cerró los ojos arrullada por la risa que se imaginaba de su bebé y el tranquilo sonido de una noche llena de paz.

Nereida se quedó soñando cómo sería su pequeño bebé, si sería igual a ella o a su esposo, cerró los ojos arrullada por la risa que se imaginaba de su bebé y el tranquilo sonido de una noche llena de paz

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-Sweethazelnut.

Imperia: Corazón de Esmeralda  | Primer libro ✨Onde histórias criam vida. Descubra agora