Capítulo 40.

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Han pasado cinco días desde que los intocables y las chicas han permanecido en ésta casa. Y... han sido los peores días de mi vida. Con tan solo decirles que tuvimos que llevar a George al hospital para enyesar su pierna debido a que las escaleras estaban llenas de algún aceite resbaloso. Las chicas y yo no estábamos en casa ese día, sino que nos encontrábamos haciendo los últimos ajustes de los vestidos que usaríamos en exactamente dod semanas. ¿Se imaginan la sorpresa de nosotras al ver a los chicos tratando de meter a George en el auto?

A parte de la pierna de yeso de George, la mente malévola del grupo, y si, hablo de Louis—que sea tierno no significa que sea el más inocente—, colocó un poco de harina en todos los secadores de cabello existentes en la casa, por consiguiente la única que cayó fui yo luego de haber salido de un buen baño; tuve que repetirlo para quitar la suciedad de mi cabello.

No podemos olvidar el como Gaston ha sido el blanco de bromas. Pincharon uno de los neumáticos de su auto, maquillaron su rostro cuando desafortunadamente se quedó dormido en el sofá de la sala, pusieron pica pica en sus zapatos, colocaron algunos gusanos en su hamburguesa y el más icónico, su cabello ahora está verde. Si, está verde como el Grinch. No estamos seguros si la pintura se irá antes de la boda.

Por último, pero no menos importante, hemos visto la distancia que Bart y Amy han tomado, incluso Daisy dice que nunca los ha visto así. Según lo que me han contado, Bart Taylor ha estado pasando mucho tiempo fuera de casa y obviamente Amy piensa que le está siendo infiel. Cuando ella lo encaró el solamente se río y desde estonces la ha evadido a ella y a sus sospechas.

—¿En que piensas?—susurra Gaston en mi oído aún recostados sobre su cama.

Vale, tal vez me harté el día de ayer cuando Louis colocó la harina en mi secador de pelo, de hecho me molesté mucho, tanto así que le lancé un zapato de tacón al que consideró mi intocable favorito. En fin, grité a los cuatro vientos que me iría a dormir a un hotel, Connor se rió diciendo que no tenía dinero para eso y pues, Gaston salió a mi rescate ofreciéndome refugio en su apartamento.

Podrán imaginar como reaccionó mi hermano. Con tan solo decirles que le gritó a mi novio usurpador de hermanas.

—Recordando ese momento en que Connor gritó a los cuatro vientos que eres un usurpador de hermanas—digo entre risas.

Gaston palidece por mi comentario.

—Si, al igual que estarás recordando como después me amenazó con matarme.

—No seas exagerado.

—¡¿Exagerado?! Hanna, me advirtió que tratara de estar siempre con alguien porque si me encontraba solo no iba a sobrevivir para contarlo—masculla muy asustado—. ¿Eso no es una amenaza de muerte?

—Es Connor siendo Connor—explico mientras acaricio su suave cabello verde. Aunque es una lástima, lo más seguro es que cuando vuelva a su color original éste se ponga como un nido de pájaros.

El amoníaco es malo para el cabello, chicos.

—¿Estás listo para el viernes?

—Sinceramente... No. No quiero pasar mucho tiempo al lado de la persona que amenaza mi integridad—Río por su respuesta.

—Pues yo tampoco estoy lista. No me quiero ni imaginar esa despedida de soltera, no quiero cuidar a dos mujeres embarazadas

—¿Ya sabes a donde iran?

—No lo sé, según Eli iremos a un tranquilo restaurante con vista a la Torre Eiffel. ¿Y ustedes?

—Creeme, petite fleur, no quieres saberlo.

***
¡Lancen sus apuestas! ¿A donde irán los chicos en la despedida de soltero?

Capítulo 40 en linea y saben lo que significa... Cada vez estamos mas cerca del final *llora*

Capítulo dedicado a Yalispa, espero que te haya gustado :)

En el trascurso de la tarde voy a decidir si subo otro capítulo, eso depende si tengo ánimos de escribir xD

Nos leemos.

Entre campanas de boda| Los Intocables #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora