Capítulo 11.

26.2K 2.6K 825
                                    

Luego de que llegamos a casa de mi hermana solo pude pensar en darme un baño reparador. Corrí dejando a todos en el salón aproximándome al baño de invitados. El agua artificial caía en mis hombros haciendo que el momento fuera increíble.

Para cuando salí del baño, ya vestida con una cómoda ropa de casa, caminé hasta el salón, solo estaban Tristan y Gaston sumergidos en una plática. Fue cuando decidí entrar a la cocina y es el lugar en el que he permanecido unos cuarenta minutos. Afortunadamente había bajado conmigo un libro de mi autora favorita y podía confirmar que esa cocina al estilo americano era mi nuevo lugar para leer. Silencioso y acogedor, en pocas palabras maravilloso. Lastimosamente mi paz y tranquilidad se fue en el momento en que el castaño cruza el umbral de la puerta. Sus ojos me encuentran en poco tiempo y de ahí no se van, no deja de mirarme. No quería iniciar una de esas repetitivas guerras de miradas que leía en mis libros, así que dejo caer mi rostro nuevamente sumergiéndome en mi libro.

Cariño mío había sido leído por mí en treinta y seis ocasiones, no miento, cuento cada vez que me releo los libros de Ann Phillips. Ustedes pensarán que son muchísimas veces, pero no, me he sobrepasado con otros libros. Precisamente con el libro de cubierta de piel que Gatson me dejó cuidar, Luces de Paris había sido mi libro más leído, ciento cincuenta y tres ocasiones y nunca me aburría de él, sabía que era capaz de interpretar cada dialogo en una obra de teatro, recitarlos una y otra vez, saber en qué página se encontraban los momentos más increíbles de la historia, así de obsesionada estaba con ese libro.

Petite fleur.

Levanto la mirada, Gaston todavía sigue mirándome con atención, pareciera que hubiera dicho aquel apodo como un instinto porque luego no dijo más nada. Mi ceja derecha se arquea invitándolo a que diga algo más, cuando no lo hace yo decido mascullar una de mis nuevas reglas hacia él.

—Mi nombre es Hanna, no flor, ni pequeña flor.

Ya no soporto ese apodo.

—Sé que tu nombre es Hanna. Un nombre maravilloso, por cierto, pero eres como una preciosa flor. Hermosa y especial, tanto así que podrías alegrarle el día a una persona con una sola sonrisa tuya.

Me quedo sin palabras, ¿de dónde habrá salido eso? Él al ver la sorpresa grabada en mi rostro sonríe de lado.

—Te extrañé un montón.

—Pues no lo parece—digo sin poder evitarlo. Muerdo mi lengua para evitar decir palabras mucho más mordaces.

Tratando evitar seguir aquella conversación vuelvo mi atención al libro aunque fallando estrepitosamente, leí la frase seguir avanzando una decena de veces.

—Lo lamento.

Sin levantar la mirada de mí libro siento como Gaston se acerca a mi terminando frente a frente. Ahora no puedo evitar mirarlo.

—¿Qué es lo que lamentas?—cuestiono.

—Lamento haberte fallado.

Holaaa, Simy hace su aparición en este mundo naranja xD

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Holaaa, Simy hace su aparición en este mundo naranja xD

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Amenazas de muerte hacia mi persona? Todo lo pueden dejar por aquí xD

Capítulo dedicado esta vez a Vale :) Espero que te guste <3

Recuerden que si quieren dedicación solo deben estar comentando ;)

Nos leemos.

Nos leemos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre campanas de boda| Los Intocables #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora