Capítulo 27.

26.2K 2.6K 949
                                    

Si, puede que haya sido la mejor cita que he tenido en toda mi vida. Gaston es tan atento, siempre estuvo al pendiente de mí y los cumplidos que salían de sus labios... No pude evitar emocionarme en cada oportunidad.

Primero fuimos al cine, afortunadamente escogió una película americana subtitulada en francés, asi que pude disfrutarla con mi idioma natal. Luego nos acercamos a un arcade, jugamos durante una hora en la mayoría de las maquinitas de juegos, incluso perdió en muchas ocasiones y estoy segura de que lo hizo a propósito para darme un poquito de felicidad y de restregarle en la cara que había sido la ganadora.

Ahora estamos en la última fase de la mejor cita de mi vida, o eso dijo él. Nos encontramos en su apartamento comiendo pizza en el sofá mientras vemos en la televisión la última entrevista de Ann Phillips y su nuevo libro.

El apartamento de Gaston es cálido y acogedor, algunas de las paredes de color beige se encuentran decoradas con cuadros de fotografías hechas por él mismo. Además, tuve la oportunidad de ver una que otra foto de él cuando era un niño junto a su familia.

—¿Te vas a comer ese pedazo?—pregunto al ver como el último pedazo de pizza en la caja me pide a gritos que la coma.

—Puedes tomarla, Hanna—contesta él cuando ve como yo miro el pedazo. Una sonrisa se posa en sus labios, yo en arqueo mi ceja de forma inquisitiva.

—¿Qué?

—Me impresiona que tú siendo una cosita tan pequeña puedas comer tanto.

Me sonrojo por aquello. Vale, tal vez he comido de más, pero es pizza, soy capaz de comerme una de tamaño familiar y aún querría más.

—¿Te molesta que coma de ésta manera?

—Al contrario, es...

—Es...—le insto a hablar pero el niega con la cabeza.

—Olvidalo—Se levanta para colocar la caja en la isla de la cocina. Volviendo a mí sentándose en el sofá posa un brazo sobre el espaldar del mismo y yo sin poder evitarlo me acerco más a su cuerpo—. ¿Te gustó nuestra cita?

—Fue genial, me divertí muchísimo.

—Eso es lo que quería escuchar—dice con una sonrisa de satisfacción.

—No te creas la gran cosa. Es cierto que mi cita con Fran no fue lo que esperaba, pero también me divertí con él —mi lengua quema por la mentira.

Gaston me mira incrédulo.

—¿En serio piensas que te voy a creer? Hanna, tu rostro decepcionado en la entrada de aquel restaurante me dijo que esa cita fue un fiasco.

—¿Así que me invitaste a salir porque pensaste que la pasé mal con Fran?

Me duele pensar aquello, pero es lo mas lógico.

—No, Hanna. Te invité a ésta cita improvisada porque quería; porque me nació del corazón. Quise compartir un momento agradable contigo... Y fue más que agradable, fue magnífico.

Nos miramos fijamente a los ojos y no se si estoy loca pero creo que su rostro cada vez se acerca más al mío hasta que el estridente sonido de mi celular lo detiene. Con las mejillas ardiendo contesto la llamada sin ver quien es.

—¿Si?

—¿Hanna, dónde estás? Son las once de la noche—El tono preocupado de Eli me hace retorcerme.

—Lamento no haberles avisado, pero estoy con Gaston.

—¿Con Gaston?¿No estabas con el chico del restaurante?

—¡¿Cómo que estaba con el chico del restaurante?! ¡¿El francesito del aeropuerto?! ¡¿Y que  coño hace mi hermana con Gaston?!

Vale, Connor esta furioso. No puedo evitar rodar mis ojos.

—Eli, por favor, no dejes que a Connor le de algo mientras estoy en camino.

Sin esperar a que responda le cuelgo. Vuelvo mi mirada a Gaston quien ya se encuentra de pie con las llaves de su auto en la mano.

—Vamos, te llevo a casa.

El camino hacia la casa de Sophie es silencioso. Es un silencio denso pero irónicamente cómodo. No pasan más de quince minutos cuando Gaston estaciona frente a la casa. Al ver que no hace ademán para bajarse le pregunto si no entrará conmigo.

—No, tengo trabajar y esta casa es una verdadera distracción—  emboza una pequeña sonrisa—. Gracias por vernir a esta cita conmigo.

—No, Gaston, gracias a ti por hacer mi día mas divertido.

Lo peor es que no sé como pasa, pero... sucede. Gaston acerca su rostro y me besa.

Vale, mi cerebro se desconecta, no puedo sentir más nada aparte de los labios de Gaston sobre los míos.

Vale, mi cerebro se desconecta, no puedo sentir más nada aparte de los labios de Gaston sobre los míos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yo solo dejaré esto por aquí y me iré lentamente.
Buenas noches, intocables xD

Ah y capítulo dedicado a zyykks :)

Entre campanas de boda| Los Intocables #8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora