Capítulo 21 | Luciérnagas.

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— No puedo creer que esté haciendo esto— comenta Augustus con la mirada fija en la carretera.

Estamos de camino a la dirección que me dio mi futuro amigo, que, según Augus, es un bosque. Un profundo, oscuro y peligroso terreno lleno de flora y fauna a estas alturas del día. Así que, si no me mata un posible asesino, puede que lo haga un animal o que los árboles tomen vida y me entierren con sus raíces.

— Aun no entiendo cómo me convenciste para que te acompañara. Primero, me despertaste de mi sueño de belleza y segundo, vamos camino hacia una dirección que te dio una persona desconocida— dice Augus levemente asustado y con un toque de pánico— ¿Qué tal si es un asesino en serie?, ¡En este pueblo hay muchos de esos!

— Primero, tengo el poder del convencimiento. Y segundo, no es una persona desconocida; es... mi futuro amigo, no hay otra persona a la que más le tenga confianza— respondo lo último en broma.

— Como sea, hay que resolver esto pronto. Mi papá no sabe que salí de casa y menos que me llevé una de sus camionetas— menciona—. Es la primera vez desde hace mucho tiempo que finjo que estoy en misión imposible al tratar de esquivar todas las defensas y seguridad de la mansión. Inclusive tuve que chantajear al guardia del portón para que me dejara salir.

— ¿Qué le dijiste?— cuestioné por mera curiosidad, y tal vez para intentar de no pensar en lo que sea que estoy por hacer.

— Él tiene una familia y le está siendo infiel a su esposa con una de las trabajadoras del servicio— se encoge de hombros—, ya sabes, lo que suele pasar en las telenovelas.

— Vaya, valoro tu esfuerzo— digo con una leve risa, para luego agregar en broma: — Aunque admito que prefiero la limusina, pero no se puede tener todo en un día.

— Hoy estás muy bromista, Adam— emite Augus en una sonrisa sarcástica, aunque parece más una mueca por el miedo.

— Cuando estoy nervioso suelo serlo— confieso. Aunque no creo que "nervioso" sea la palabra adecuada para lo que está pasando y transcendiendo por todo mi cuerpo; es más bien como temor, pero tengo que transmitirle confianza al conductor—. También soy sarcástico cuando tengo miedo. A todas estas, ¿Qué te haría tu padre si se da cuenta de lo estás haciendo ahora?— cuestiono para tratar de alivianar la tensión, pero al parecer fallo en el intento al presenciar cómo Augus abre los ojos más de lo habitual.

—Créeme que si papá se da cuenta, me dejaría secuestrar por tu futuro amigo— contesta con seriedad y mirándome de reojo—. ¿Por qué no le dijiste a Thomas para que te acompañara? ¿No son grandes amigos ustedes dos?— pregunta.

— Siento que él es una de las personas que tiene que ver con las cosas, al igual que Daniela. Por eso no les comenté nada de esto— respondo—. Ellos creen que estoy durmiendo a esta hora, se sorprenderían si supieran que estoy cerca de un posible suicidio.

Augus asiente comprensivo.

— ¿Recuerdas lo que te dije sobre las mentiras?— interroga después de un tiempo.

— "No te enojes con las personas que te mintieron sin antes darles una oportunidad para que te expliquen"— recito sus palabras—. Trataré de que no se me olvide.

— Así se habla. Ahora mantén eso en tu mente, porque ya estamos llegando— avisa él para luego estacionar la camioneta al costado de una autopista aparentemente abandonada; ya que no hay autos y los faroles están quemados y partidos, por lo que no hay mucha iluminación. Alrededor de ésta hay absoluta naturaleza. — No podemos cruzar el bosque con la camioneta, así que tendrás que caminar para adentrarte en él y buscar a tu posible asesino— dice Augus.

Prometo encontrarme © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora