Capítulo 14 | Bajo la lluvia.

1.4K 122 11
                                    

Adam Houchein

— ¡Adam, abre la maldita puerta ahora!— me grita Thomas desde afuera de mi casa—. ¡Sé que estás allí!

Son las 4:25pm. Tenía planeado dormir toda la tarde, pero al parecer ese no era el plan de Thomas. Lleva una hora allí afuera, gritando y tocando las puertas y ventanas. No entra porque todas tienen seguro.

Una hora.

Creo que de verdad quiere explicarme lo sucedido. Pero simplemente no puedo. Él me mintió y traicionó. Y nada de lo que diga me asegura que pueda ser real. El problema tal vez no sean ellos, sino yo lo sea al darles tanta confianza a unas personas en tan sólo dos semanas. Por tratar de ser diferente en vez de insistirle aún más a mamá para volver a la ciudad y buscar a Richard para que todo volviera a ser como antes. Así tal vez me estuviera ahorrando este problema.

"De los errores se aprende" Casi puedo escuchar que me dice mamá. Pero simplemente no sé qué aprender de esto y cómo ayudaría a que todo siguiera normal. ¿Seguir ignorándolos? En algún punto me cansaré. ¿Enfrentarlos y dejar que se expliquen? Creo que me haría dudar de sus palabras. ¿Huir a la ciudad a reconstruir de nuevo mi vida? Suena tentador, pero exagerado de ejecutar.

A veces duele cuando tu alma se separa y trata de seguir distintos caminos. Te sientes confundido y perdido. Ya me ha pasado antes, me imagino que es parte de caminar en el laberinto de la vida.

Y hablando de dolor espiritual, el dolor físico no se queda atrás; tengo un terrible dolor de cabeza, siento que me va explotar. Y eso, mezclado con mi cansancio y remolino de emociones negativas, hace que me encuentre al borde del colapso.

— ¡Ya yo te conozco cuando tratas de conseguir algo, pero tú no me conoces a mí! ¡Así que te lo advierto!— exclama el rubio con, lo que deduje, frustración—. Generalmente respeto la privacidad de las personas, pero eso pasa a segundo plano cuando me encuentro en este tipo de situación, así que: ¡Abre ya la maldita puerta o te juro que partiré una ventana y entraré!

Al oír eso, me levanto del sofá y camino hacia la puerta principal para abrirla. Sé que es capaz de hacer eso y más, así que evitemos otros problemas en los que estén incluidos mamá y Daniela. No obstante, no sabía que estaba lloviendo y un empapado Thomas está mirándome con alguna fusión de tristeza y rabia. Su camisa blanca y vaquero pegados a su cuerpo, al igual que su rubio cabello, me hace pensar que tal vez agarre un resfriado después de esto. O puede que sea yo, al estar ahora igual que él y con el malestar que anteriormente había mencionado.

— ¿Cuál es tu maldito problema? No me dejas dormir— cuestioné con frialdad cuando vuelvo a la realidad.

— ¿Cuál es mi maldito problema?— repite mi pregunta con una sonrisa llena de sarcasmo—. Tú no dejas que te explique.

— No necesito explicaciones— le lanzaba una mirada de completa indiferencia y frialdad—. Me engañaron; jugaron con mis sentimientos y pensamientos. Pero ya no más.

— ¿A qué te refieres?— cuestiona confundido mientras gotas de agua pasean por su rostro y cada parte de su cuerpo.

— Deja de hacerte el inocente, ¡Tú eres el maldito ex de Daniela!, aunque ahora creo que nunca terminaron. Sólo les gusta jugar con los sentimientos de las personas. Pero ya no les seguiré más el jueguito— dije un poco alterado—. Quisiera saber el por qué lo hacen, pero ahora simplemente no me importa.

— ¡Sacas conclusiones sin saber nada!— al parecer Thomas también se está alterando. Esa oración ya se la había escuchado varias veces a mamá, pero ahora no me importa. Es lo de menos y no me agrada dar la razón a alguien con el que estoy peleando.

Prometo encontrarme © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora