Capítulo 40 | Irregularidad.

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Este es uno de mis capítulos favoritos. No lo corté para que no se pierda la emoción y sentimentalismo. Es medio largo, pero vale la pena.

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Garu corre con una increíble rapidez conmigo encima, antes me mareaba esta acción, pero ahora me estoy acostumbrando. El viento que ejerce el veloz movimiento hace que me sienta libre mientras que la adrenalina y el olor a naturaleza me invaden. Río ante el cosquilleo que se representa en mi estómago y dejo de tocar la melena del felino para extender los brazos al aire, asegurándome de que no choquen contra algún árbol.

Observo el bosque, los troncos que representa y las hojas que se encuentran en las alturas y las marchitas en el suelo. Vaya que se sentía bien.

Garu gruñe ante cada movimiento que da y sus garras sobresalen cuando estira su cuerpo al correr. Pronto, la naturaleza se disipa y muestra un gran claro oculto con una laguna en él; el agua es cristalina en reflejo al sol y algunos pájaros cantan a su alrededor.

El felino no se detenía, su correr era constante, sin dudar en ningún paso y sin cansarse ante un peso sobre él. Volví a posar mis manos en su melena blanca resplandeciente, la cual era relativamente fría desde su transformación. Sentí el intensificar de sus ojos azules en la laguna, fijando una mira.

No se iba a detener, pero tampoco quería que lo hiciera.

Sus patas, consecutivamente, tocaron el borde del agua, y ésta se congeló ante el inmediato tacto, dejando una capa de cristal en la cima. Siguió corriendo en proporción, dejando un helado camino atrás, y convirtió a la laguna en casi una pista de patinaje. La temperatura de la zona bajó de pronto, y nuestro reflejo se vio en el cristal. Tuve que cubrirme más con el abrigo que cargaba. Las aves se iban, pero los animales terrestres del bosque se acercaban para ver qué era lo que sucedía.

Nunca me iba a cansar de esto.

Habían pasado tres días desde el juego y descubrí bastantes cosas en ese trayecto, todo gracias a que decidí adentrarme entre el ambiente sobrenatural. No me he convertido en un experto aún, pero se podría decir que al menos ya no soy tan ignorante en el tema.

Primero que nada; sí, los Sprause decidieron que me quedara con Garu, siempre y cuando Daniela aún proporcionara su don en él, ya que así no sería un peligro latente para la sociedad debido a sus instintos carnívoros intensificados; sigue atacando y comiendo animales en el bosque, pero ahora su sentido sangriento no lo deja ver a quién ataca. Claro que la hipnosis no será para siempre, pero no podemos dejarlo en libertad durante su proceso de acostumbre, eso pondría a los humanos en peligro. Aunque esto puede durar un tiempo.

Como dijo Dylan, el tigre no era un vampiro, tomando en cuenta la definición de la palabra, la particular lentitud con el que late su corazón, y las pequeñas siestas que se da en las noches. Pero tampoco era un animal común y corriente, evidenciándose a través de su correr veloz similar al de los vampiros, su pelaje blanco que brilla como el cristal de la anterior laguna, la intensa fuerza que puede ejercer con su mandíbula y patas, su antinatural agilidad para saltar grandes cantidades, y su peculiar habilidad de congelar todo lo que él quiere a través del tacto, también puede bajar la temperatura de alguna zona, teniendo incluso el poder del clima para hacer nevar.

Dylan decidió llamar a este nuevo tipo de criatura un «Mythier». Cuyo significado no me interesó saber.

Los Sprause también dedujeron que el tigre tiene la capacidad de defenderme, y puede ser un peligro inminente para cualquier criatura que me quiera hacer daño, por lo que quedármelo sería factible para todos. Gracias a Garu, la familia de vampiros bajó su guardia hacia mí, se encuentran un poco más relajados, aunque aún yo no tengo la capacidad de llevarlo a casa.

Prometo encontrarme © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora