Capítulo 20 | Disfraz.

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— Preguntaré esto sólo una vez y espero una respuesta sincera y coherente— pronuncia con voz neutra el líder de clan, aunque a través de ella se oculta una severa advertencia: — ¿Dónde estaban?

Los integrantes del clan vacilan en su sitio, moviendo sus pies con algo de temor y desesperación o simplemente mirando el suelo de tonalidad gris. Nadie quería ser el remitente de la respuesta por miedo a que el líder agarrara un ataque de rabia hacia él, que es lo mismo que torturarlo hasta morir verdaderamente.

— Así que no tienen la voluntad para hablar por sí mismos. Qué lástima, creí que podrían responder sin que yo eligiera a alguno de ustedes— hace un pausa a la vez que examina a un chico pelinegro que podría aparentar la edad de un adolescente. Parecía que él era el que se encontraba más vulnerable que los demás por estar apretando sus labios—. Me equivoqué.

El líder se acerca hacia el chico que estaba analizando a través de la mirada. Observa su ropa un poco rasgada, mostrando así a través de ella la piel pálida de su dorso. El pelinegro aprieta levemente sus puños al darse cuenta de que fue descubierto, y él seguramente tendrá que pagar por todos:

— Pierce— llama el líder para que el pelinegro levante su cabeza del suelo. No obstante, su temor impide que su cuerpo reaccione—. Pierce— repite con una voz que podría helar a cualquiera. Y sólo así el chico habla:

— Fue un error, teníamos sed y la idea sólo surgió entre nosotros— contesta con rapidez—. No se nos ocurrió que usted podría venir precisamente hoy a esta hora. Tratamos de hacerlo lo más meticuloso y discreto posible. Nosotros sólo...

— Pierce— lo interrumpe el líder con su voz neutral—. Sabes que para mí no existen los errores, ¿Verdad?

El pelinegro asiente lentamente. Se apostaría que, si fuera humano, estuviera tragando saliva gracias al miedo.

— ¿Lo saben todos?— se dirige el líder hacia el resto del clan y ellos asienten de la misma forma en la que lo hizo el chico—. También deben de reconocer que las excusas son irrelevantes para mí, y las detesto— vuelve a fijar su mirada en el chico llamado Pierce—. Así que te volveré a preguntar, ¿Dónde estaban?

Al chico le tiembla la voz por un momento, pero sabía que si seguía alargando el tiempo, sólo lo empeoraría.

— Estábamos cazando— responde en un murmullo.

— ¿Cazando?— cuestiona mientras la comisura de sus labios se levantan lentamente hasta formar una sonrisa. Pero no era una de felicidad, sino una que podría dar escalofríos; era sombría, casi como el de un psicópata: — Que inapropiado.

Lo siguiente que se sintió y escuchó fue un fuerte golpe provocado por el líder hacia Pierce. El golpe en el abdomen fue tan fuerte, que el vampiro llegó a tocar la pared de concreto que se encontraba detrás de él al volar gracias al impulso y abrir una gran grieta cuando choca. Ciertos pedazos de la pared caen al suelo y la estructura tiembla brevemente dando una advertencia de que no resistiría otro golpe así.

— ¡Son unos inútiles!— ruge el líder—. Les di unas simples indicaciones qué seguir y ni eso pudieron cumplir. ¿Qué se creen? ¿Que porque yo no esté la mayoría del tiempo con ustedes pueden ir y hacer lo que se les dé la gana? ¿Que por tener poderes sobrenaturales y habilidades fantásticas pueden contra el mundo? Respóndanme; Pierce, Jeremía— mira con odio al chico que aún seguía en el suelo y a un hombre de contextura musculosa, los cuales eran los únicos del grupo que tenían un poder superior, además de dicho líder.

— Le dijimos que fuimos muy cautelosos, además no creo que tengamos problemas si algunos humanos nos llegan a descubrir— opina una chica de cabello negro y algunas mechas moradas. Su atuendo fácilmente puede ser confundido por una chica Punk.

Prometo encontrarme © (Completa)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt