ImPossible ღ [3º Temporada] - [נusтιи вιeвeя&тu]

Capitulo 97

"Todo va a ir bien, ¿vale?"

Siempre he sido esa chica tímida, que contestaba con sonrisas en vez de hacerlo con palabras porque era demasiado insegura ante sus respuestas. Que agachaba la cabeza inmediatamente al sentir miradas sobre ella porque se sentía juzgada. Una chica que no alzaba la voz por miedo a llamar la atención y que cuando la alzaba todos parecían estar centrados en otras cosas, así que callaba.

Una chica a la que le aterraba ser el centro de atención, y prefería pasar desapercibida porque sus manos sudaban, sus piernas temblaban y su boca tartamudeaba. Que tiene cualidades, según los de su alrededor, que ella no ve y se niega a admitir. Una chica que vale más por lo que calla que por lo que habla... pero que se muere por gritar a los cuatro vientos lo cansada que está, el dolor que siente y lo mucho que necesita a alguien a su lado que no la deje, que se quede un poco más, que haga que esas lágrimas derramadas por tantos, por primera vez merezcan la pena.

Siempre he sido esa chica que no sabía qué decir a las cosas buenas porque ya está lo suficientemente acostumbrada a las malas palabras que un día aquellos cobardes vestidos de valientes le dedicaron. Palabras que cada noche de insomnio a las cuatro de la mañana le pasan por su cabeza atormentándola, engañándola.

Siempre he sido alguien que buscaba perderse entre libros porque la magia le ayudaba a escapar de la realidad que estaba viviendo... que sueña, que con la mínima muestra de cariño ya es feliz. Que se conforma con poco aunque para muchos no sea nada, pero para ella lo es todo. Que tiene la espalda con tantos agujeros de puñaladas inesperadas que se va tambaleando cada día más y más, pero se niega a caer y se aferra a sí misma para seguir adelante, porque tiene la esperanza de encontrar a alguien que sea diferente. Pero que no presuma de serlo, que lo sea de verdad.

Siempre fui esa chica que gritaba a los cuatro vientos, pero nadie parecía lo suficientemente interesado en pararse a escuchar entre líneas. Porque la gente busca lo fácil y yo siempre fui difícil.

Las nubes cubrían completamente el cielo de Barcelona aquella mañana, hacía un frío que te calaba los huesos y la lluvia empezaba a hacer acto de presencia en los cristales tintados de la parte trasera del coche.

Sentí una mano acariciar suavemente mi pierna mientras le daba un apretón a mi rodilla y giré mi cabeza para coincidir con su mirada miel. Una sonrisa apareció a través de sus labios a la vez que se acercaba a mi para darme un casto beso. "Tranquila, ¿vale?"

Esbocé una mueca y suspiré profundamente pensando en el hecho de que en cuestión de media hora estaría subido a un avión durante horas y horas en dirección México.

Nada más salir del hotel aquella mañana, nos dirigimos hacia casa para que él terminara de hacer las maletas. Apenas nos había dado tiempo a comer y habíamos tenido que salir pitando de allí, porque su vuelo no podía retrasarse más.

Por supuesto, mis padres habían ido a casa para despedirse de él junto con mis hermanos. En aquella semana y media que habíamos estado juntos en Barcelona, mi madre se había quedado todavía más maravillada con Justin y lo mucho que me había cuidado... por no hablar de mi padre, que aunque no había soltado prenda acerca de aquello, sus sonrisas al ver como Justin se preocupaba constantemente por mi lo decían todo.

Se había metido a mi familia en el bolsillo completamente.

El resto del trayecto lo pasamos en silencio mientras Nick soltaba algún que otro comentario o le preguntaba algo a Justin sobre el viaje y los planes que tenían para el día siguiente antes del concierto.

Por su parte, Lily había tenido que salir después de comer a un evento que habían organizado en una tienda en pleno centro de Barcelona, así que ya se había despedido de su novio justo antes de dirigirnos hacia el aeropuerto.