ImPossible ღ [3º Temporada] - [נusтιи вιeвeя&тu]

Capitulo 74

"¿Eres la novia de mi hermano?"

(Leed el comentario final, es importante)

A veces me quedo mirando un punto fijo, y es cómo si el buen humor, las ganas de hacer cosas, la sonrisa... todo eso se me fuera de las manos sin poder hacer absolutamente nada. Y no sé qué narices me pasa. No quiero hablar con nadie, pero no quiero sentirme sola. Quiero viajar por todo el mundo, pero a la vez no quiero salir de la cama. Quiero todo, pero no quiero nada. Abro la boca para decir todo lo que me pasa, pero me doy cuenta de que no sé ni lo que quiero, ni qué narices me ocurre.

Y luego comprendo todo... miro nuestras fotos, nuestros mensajes, tus regalos, tus dedicatorias, escucho nuestras canciones... voy a sitios en los que estábamos juntos cuando todo era bonito entre tú y yo, y cada pinchazo en mi corazón se va acumulando en mi pecho.

Llega un día, quizás una tarde a las cuatro y cuarto después de ducharte, o una noche a las dos y media de la madrugada... y es cuando la sonrisa se borra de tu rostro y te quedas pensativa, porque no sabes qué te pasa.

Pero en el fondo lo sabes muy bien. Te falta él.

Y todas esas punzadas que te daban cada uno de los días desde que no estás con él... van haciendo mella en tu pecho, hasta que esa noche a las dos y media de la madrugada o esa tarde a las tres y cuarto, la sonrisa se borra de tu rostro y pareces no comprender nada, pero en realidad lo entiendes todo.

Aunque el dolor diga a gritos su nombre.

Hay personas que son eternas en nuestro corazón, aunque en nuestra vida sean temporales. Le miras a los ojos y todo está bien... incluso sientes todavía mariposas a pesar de haber estado un montón de tiempo despertándote al lado suyo.

Contigo he comprendido algo... y es que hay personas a las que vamos a estar esperando siempre.

Te esperaré siempre, aunque no te pueda tener nunca.

Te echaré de menos toda la vida.

Sentí una punzada en mi vientre y suspiré profundamente mientras soltaba un gemido a través de mis labios entreabiertos. Fruncí mi ceño y pasé mi mano por mi vientre lamiendo mis labios secos. Sentí el cuerpo de Justin desnudo contra mi espalda y sonreí instintivamente.

Otra punzada me hizo estremecer en la cama. El reloj de la mesilla marcaba las seis de la mañana, debería de estar amaneciendo a esas horas. Me levanté con algo de dificultad de la cama y solté un quejido cuando sentí cómo mis piernas flaqueaban y me caía en la alfombra.

Escuché cómo Justin se movía en la cama. "______." Susurró. "¿_____?" Preguntó totalmente preocupado. Se había dado cuenta de que no estaba en la cama. Se asomó por el borde y yo suspiré mientras hacía una mueca de dolor. "Cielo." dijo mientras bajaba rápidamente de la cama para cogerme, ayudándome a levantarme con cuidado. "¿Qué te ha pasado?" Buscó mis ojos.

"Me duele un montón." Suspiré mientras me sentaba acurrucándome entre las sábanas revueltas. Entraba algo de luz tenue entre las rendijas de la persiana, ya que la cortina no cubría las ventanas totalmente.

"¿El qué?" preguntó con voz ronca y cara de dormido mientras buscaba de nuevo mis ojos.

"No me paran de dar pinchazos en el vientre... y me duele al andar." Hice una mueca haciendo que él alzase sus cejas con sorpresa. Una sonrisa se escapó sin querer de sus labios y yo le pegué con mi mano en su hombro. "Auch."

"A mi no me hace gracia." Fruncí mi ceño mientras él se sentaba a mi lado y me abrazaba con fuerza dando un montón de besos por mi mejilla y mi cuello. "Me duele mucho."