ImPossible ღ [3º Temporada] - [נusтιи вιeвeя&тu]

Capitulo 41

“No te fíes... el tiempo pasa demasiado deprisa.”

Solo había estado un par de veces en Francia. Y me acordaba perfectamente, pero ni siquiera era famosa entonces... Cómo cambian las cosas de un año para otro, o incluso, de un día para otro. Un día no te conoce nadie, de repente abres los ojos, te despiertas y te encuentras con un montón de gente detrás de ti, esperando que le hagas caso, solo porque eres famosa y tienes dinero.

De ahí sale la gente falsa.

Personas que cuando te ven en la cima, intentan hacerse con tu amistad, por un hueco en tus días... ya sea para presumir de que hablan con la “genial Smith”, o por presumir de que te “conocen”. Te dicen que todo lo haces bien, que eres la mejor, eres genial, cuando en realidad... solo te alimentan con mentiras para quedar bien delante de ti. Y conseguir tu “preciada” amistad.

Al fin y al cabo, las personas se van y solo se quedan las que realmente merecen la pena. Y ahí te das cuenta, de quien solo estaba contigo por interés, y quien lo hacía porque realmente te quería.

Cannes

Había estado viajando horas y horas desde América. En realidad Justin no sabía nada de que iba a ir a Italia tan temprano, pero había adelantado mi viaje al final, para darle una sorpresa.

“La fiesta es en unas horas, acuérdate.” Dijo Jason mientras me dejaba en la puerta de mi habitación.

Asentí con mi cabeza. “Si. Lo sé. Me voy a dar una ducha y bajo para irnos.” Sonreí contenta y emocionada por estar allí. El hotel era demasiado lujoso para mi gusto. Pero me sentía como una jodida princesa.

Me di una ducha relajante y poco después dejé pasar a la maquilladora para que me preparara para la cena que había de Armani y Vanity Fair.

“Te ves realmente genial. Wow.” Dijo Jason entrando a mi habitación mientras me daba una vuelta frente a él, después de un rato maquillándome y vistiéndome.

“¿Tú crees?” Hice una mueca observando mi trasero en el espejo.

Él se echó a reír al ver mi reacción. “No lo creo, lo sé.” Me guiñó el ojo con complicidad y rápidamente cogió su iPhone, que empezó a sonar en el bolsillo de su traje.

“No me guiñes el ojo, señorito. Conmigo no tienes nada ganado.” Ladeé mi cabeza, bromeando relajada.

Él soltó una carcajada. “No digas mentiras, sabes que te tengo loca.” Hizo un gesto sugestivamente con sus cejas y negué con mi cabeza dándole un manotazo en su fuerte hombro.

“¿Quieres dejar de decir tonterías?” Dije sin poder contener la risa.

“Shhh, es Bruce.” Me dijo esta vez, con más seriedad.

Asentí con mi cabeza y fui hacia mi cama para coger mi bolso y meter todas mis cosas dentro de él. La maquilladora estaba recogiendo todo para marcharse.