Capítulo Extra. RS.

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My Hero – Paramore.

Años después...

Estaba recostada en la misma posición: brazos detrás de la cabeza, pies sobre la pared. Las luces incandescentes del techo parpadeaban, necesitaban un arreglo, pero habían estado así ya durante meses, dudaba que alguien les prestara tanta atención como yo lo hacía desde que llegué.

Definitivamente no era la primera vez que venía aquí y estaba segura de que no sería la última. Me habían quitado mi reloj, por lo que la única manera de saber cuánto tiempo había pasado desde que llegué, era preguntando al oficial que pasaba cada pocos minutos por el pasillo entre las celdas.

Las reclusas que estaban dentro del mismo espacio que yo me observaban con atención. En su mayoría todas preguntándose por qué yo estaba tan tranquila. Todas habían tenido su turno para llamar a algún familiar, por lo que me levanté cuando noté que Saúl se acercaba a la reja, el zumbido de acceso se escuchó y corrió la puerta para que yo saliera.

—No tienes mucho tiempo, Evan no está feliz contigo —sonreí. Sabía que el oficial que estaba a cargo no era muy afecto a mí, pero no se metía realmente conmigo.

Caminé hasta el final del pasillo. Me entregaron un teléfono y digité el único teléfono que sabía que contestaba números desconocidos, especialmente a esta hora de la madrugada.

Esperé un par de tonos hasta que escuché esa voz gruesa de la que había escuchado tantos consejos y que ninguno seguía.

—Necesito que vengas por mí.

—¿De nuevo? —podía escuchar en su voz el tono de una futura reprimenda—. ¿Cuántas veces tengo que hacer esto por ti?

Cerré los ojos imaginando la cara de decepción que tendría, pero en lugar de sentir culpa fue ira lo primero que vino a mí.

—Si no quieres hacerlo entonces déjalo, igual me dejarán ir por la mañana.

—¡¿Entonces para qué demonios me llamas?! Debería dejarte ahí para que aprendas de una buena vez. He gastado más dinero en ti que en mi departamento, cada vez que voy tus fianzas son más caras.

—Te lo estoy pidiendo como un favor, además... sabes que siempre te pago.

Los oficiales que estaban cerca de mí fingían que no escuchaban aunque sabía que toda su atención estaba conmigo. Me alejé lo más que pude de ellos o más bien, lo más que el cable del teléfono me permitía.

—¿Me pagas? No sé de dónde demonios sacas ese dinero sucio. Yo no voy a ir por ti. Deberías de llamar a tu padre.

—¡Hey, hey...! –traté de detenerlo antes de que cortara la llamada—. Sabes bien que no puedo hacer eso, si le llamo a mi padre me dejará aquí por un mes. ¿Recuerdas la vez pasada?

—Exacto. Es más, debería llamarlo yo.

—¡Por favor! —cerré los ojos, estaba desesperada— Prometo que me mantendré alejada de todos los problemas si me sacas esta noche de aquí.

—¿Cuántas veces me has prometido eso?

La verdad es que no lo sabía, pero desde que me había mudado con él había pasado por esta misma situación un par de veces más. Tal vez doce o quince veces ya.

—Esta vez lo digo en serio.

—No puedo ir por ti —sentí que en mi estómago se me hacía un hueco— no porque no pueda, es que tú olvidaste que no estoy en la ciudad.

Ps: I Love You (Original) IIWhere stories live. Discover now