Ps: I Love You (Original) II

Capítulo 12. ¿Lo Extrañas?

In The Mourning –Paramore.

 

Caminé hacia donde ella estaba, eran las cuatro de la madrugada y yo la estaba moviendo para que despertara. Gruñendo y enredándose toda en la sábana, me dejó ver su espalda completamente desnuda. Pasé mis dedos por la línea que apenas se le formaba, tenía lunares por todas partes, era como una pequeña constelación de ellas. Piqué su espalda con fuerza y la escuché gruñir-. Despierta, son las cuatro.

-Debes estar bromeando –susurró sin moverse-. Dios santo, si en serio son las cuatro te someteré contra el suelo y desearás jamás haberme despertado.

- Levántate, quiero dormirme y no puedo hacerlo si estás desparramada por toda mi cama.

- Pues duérmete en el suelo, he escuchado que es muy cómodo –murmuró contra las cobijas.

- Entonces duérmete tú allí –ordené, ella haciendo rabietas, tomó se acurrucó en las cobijas, y luego de hacerse casi un taco con todas las sábanas y almohadas, se giró hasta caer al suelo. Reí y ésta sin decir nada, simplemente se quedó allí, en el suelo.

Me quedé en bóxers y me recosté en la cama mirando hacia el techo, tenía una pequeña ventanilla que me dejaba ver el cielo y parte del mástil y la vela. Las noches aquí eran hermosas, pronto estaría amaneciendo así que los primeros rayos de luz se harían presentes en un rato más.

-¿No estabas durmiendo?

- No –respondí a su pregunta.

- ¿Qué estabas haciendo entonces?

- Creí que ya estabas dormida. Cállate, yo no lo he hecho y necesito hacerlo –susurré cerrando los ojos. Se quedó callada un segundo, pero luego escuché de nuevo su voz.

- Lamento lo de tu collar, haré que pague tus placas.

- La cadena está bien… -murmuré girándome para estar boca abajo-. Duérmete ya.

- ¿Puedo hacerte una última pregunta?

- No.

- Bueno –entonces la conversación terminó.

No hubo más preguntas, ni más rechazos, simplemente lo dejamos pasar. Ella se quedó dormida de nuevo y yo solamente dormí por unas horas más, mi teléfono comenzó a timbrar. Hoy tendría que ir de nuevo a Sidney para poder visitar a Nicky. Últimamente el pequeño estaba teniendo problemas de nuevo en la escuela y me necesitaba. Anoche mientras ella dormía me había llamado. Había hablado por unos minutos conmigo diciéndome que me echaba de menos y que quería verme.

No entendía cómo un niño podría simplemente llamarme solo. Tenía cinco años y ya sabía usar un teléfono celular. También sabía cómo colgar, cómo volver a su cama y cómo hacer que nadie se diera cuenta de su ausencia. A veces eso me hacía temer por él. Era demasiado inteligente, y aunque Liv le prestaba más de la acostumbrada atención, ni ella ni Jamaica nunca podrían lograr comprender la mente de ese pequeño genio.

Cuando el sol apareció, me levanté para ducharme. Batallaba mucho cuando lo hacía puesto que tenía que usar una funda de plástico para envolver el yeso y luego tendría que quitarme todo el champú y el jabón con una mano. Siempre que salía de allí lo hacía agotado.

Para cuando terminé y me enrollé en una sábana, Rain ya estaba alzando la cama. Estaba completamente vestida y tenía el cabello todo despeinado. La cara le lucía como cuando yo despertaba: “No me hables, te odiaré de todas formas”.

En silencio salí de ahí, fui por mi ropa y lentamente comencé a vestirme. Ella se pasó al otro lado donde se encontraba una pequeña salita con la cocina. Allí tomó un vaso de jugo y sirvió otro para mí, de la panera me llevó mis rollos favoritos de betún blanco con canela y lo dejó en el buró a mi lado. Cuando me metí la camisa, ella me ayudó a pasar mi brazo por el orificio sin que el yeso se atorara tanto. Metió las manos a mi cabello y lo despeinó.