Ps: I Love You (Original) II

Capítulo 17. Gusano.

Me le quedé mirando fijamente mientras veía cómo ella intentaba no decirme todo lo que estaba mal en mí. Sabía que probablemente lo único que quería era protegerme, quería que me mantuviera calmado, pero yo estaba lo suficientemente nervioso, intranquilo, quería la verdad y lo peor, es que la quería viniendo de ella ahora.

-Hazme saber lo que ese idiota te dijo o me obligarás a buscarlo y créeme no será bonito cuando lo encuentre –amenacé, ella soltó un suspiro y su mirada se tornó igual de fría que la mía.

- Cuando llegamos al bar, todo estaba bien. Creí que por una vez lograría divertirme, pensé que tal vez por ese día yo me distraería de todo, de mi padre, de la escuela, de mi mamá… creí que por un día olvidaría todo lo que estaba pasando y jamás creí que fuera a ser a costa de ti.

- No entiendo nada de lo que me estás diciendo –expliqué, francamente estaba hablándome de cosas que yo no conocía.

- Cuando tú estabas entretenido con Alice, yo estaba hablando con Jeff, era realmente atractivo y tiene cerebro, razón por la cual al verme contigo se sorprendió mucho –fruncí el ceño, no entendía esa oración tampoco, mucho menos podía creer que usara a ese sujeto con una palabra que involucraba inteligencia-. En fin, él me estaba advirtiendo. Me dijo que no podía estar cerca de ti. Que eras peligroso.

- ¿Tengo finta de asesino serial o qué?

- Algo así –la forma en que me lo dijo no sonó a que estaba bromeando, lo que por un momento me preocupó-. Estaba leyendo tu expediente y me dijo que en las pruebas psicométricas todas las preguntas llevaban a un mismo fin. Timidez, ira, misterio, inestabilidad –bueno no era algo de lo que yo no supiera que tenía- además de que tenías serios problemas con la autoridad y el seguimiento de órdenes –eso también lo sabía- sufres de una fuerte depresión clínica por luto mal controlado… y un trastorno bastante fuerte de bipolaridad. También me enteré de que sufrías de ataques de ansiedad e ira, fomentando a la violencia física.

Apreté los labios, no sabía que todo eso se podía sacar de una maldita prueba que duraba cinco horas y solamente rellenabas cuadritos y dibujabas algún árbol. Desvié la mirada hacia un lado, ella se acercó a mí e hizo media sonrisa.

-Lo que quiere decir que bueno además de todo eso, tienes ciertos problemas sociales. Si una persona como tú no va a un grupo de ayuda, psiquiatra y controla su bipolaridad… puede resultar en suicidio o convertirse en un sociópata. No estás capacitado para enseñar puesto que tu perfil indica que eres realmente una mala influencia para cualquier joven en formación.

-Entonces… si estoy tan enfermo, ¿por qué me contrataron?

Ella desvió la mirada y yo me acerqué un poco más, tratando de exigirle sin decirle lo que realmente quería saber-. Papá rompió tus pruebas –susurró- él quería que tú estuvieras ahí.

-Tu padre tiene una seria obsesión conmigo.

- Papá sabe que no eres tan malo como todos piensan que eres.

- ¿Tú lo crees?

- ¿Qué más da lo que yo crea? –preguntó mirándome fijamente- de cualquier forma jamás intentaría cambiarte y tampoco intento hacer que te conviertas en una persona feliz, divertida, una persona que esté viviendo su vida al máximo sin que sufra. Tú eres lo suficientemente fuerte como para aguantar las pruebas Harry, mírate –me señaló- todas las pruebas dicen que tú no deberías ni siquiera tener una vida normal. Controlas tu temperamento aunque siempre habrá un momento en el que explotes, al menos yo descubrí algo –permanecí en silencio esperando- yo descubrí que somos nosotros los que nos transformamos para ti. Tú nunca vas a cambiar por  nosotros. Creo que es algo que Russel –cuando la escuché mencionar su nombre sentí un hueco en el estómago- lo sabía… él nos mostró el ejemplo de cómo estar contigo. Nosotros somos los que nos transformamos en algo bueno para ti. Tú… tú simplemente eres un niño.