Ps: I Love You (Original) II

Capítulo 30. No sé qué hacer.

 

 

Wherever You Are. – 5 Seconds of Summer.

 El viaje en motocicleta ha sido de lo más placentero que he tenido en mi vida, hacía mucho que deseaba sentir el fuerte viendo en mi rostro lleno de arena y brisa de mar. Era como si todo estuviera completo. Solo que no me sentía así, ¿era raro o malo que extrañara a Rain? No le había llamado y… tampoco le había contestado los mensajes que dejaba en mi correo. Ella no decía nada sobre extrañarme, pero sí me daba informes sobre mi velero… Tal vez ella no era como pensé. Tal vez ella nunca rogaría por una respuesta. De todas formas, hoy no quería pensar en eso, hoy yo quería divertirme, hoy quería arruinar a Colin y a Ludwika. Lo sé, mi mente maligna volvía cuando estaba cerca de Jamaica, era como si mi niño interno   simplemente renaciera.

Detuve la motocicleta en un lugar seguro, la encargué con el tipo que tenía a su cargo un par de autos más y con un par de billetes nos daría un cupón para un lavado al tanque. Lo sé, la gente de hoy día se sobornaba por cualquier estupidez.

Caminaba detrás de Jamaica, observé su mochila y negué con la cabeza, estaba realmente cargada de porquería simplemente para hacerle la vida imposible a su excuñada.

-Sabes, para irte pronto de aquí, de verdad quieres que te odien –reí y ella se giró para enfrentarme- ¿qué es lo que pasa contigo y por qué se vino a tu mente la idea de arruinarla?

- Simplemente tengo deseos –entrecerré los ojos- ha tomado la carta que Russel hizo para mí… no me la ha devuelto.

- ¿Él te hizo una carta?

- Sí –respondió mirando hacia el suelo. Fruncí el ceño, yo definitivamente no sabía de su existencia y ahora me intrigaba saber su contenido.

- ¿Por qué no me lo habías dicho?

- Bueno… porque la carta era dirigida a mí principalmente, y en segundo lugar, porque le he prometido que no te la mostraría, de hecho, no debería siquiera estar hablando de ella –murmuró desviando la mirada, se acercó y tomó mi brazo-. Vamos… hay que encontrarla antes de que se  aleje demasiado.

- ¿Él no quería que leyera esa carta? –pregunté y ella asintió-. ¿Por qué? ¿Dice algo sobre mí?

- No todo se trata de ti Harry, él simplemente estaba siendo honesto conmigo y estaba hablándome de cómo se sentía, de lo que hubiera querido hacer y de las cosas que quería que yo hiciera… solo ha sido un mensaje positivo, no dice nada malo de ti.

- ¿Entonces por qué no puedo leerla?

- Tú tampoco me enseñas tus cosas –me encogí de hombros. Era diferente. Había una larga diferencia entre sus cosas y las mías. Las cartas que Russel le había dejado a ella… no tenían respuesta. Las mías sí. Todas y cada una de ellas. Además de que habían otras cientos que yo había hecho para él. Otras cuantas que estaban escondidas entre mis cosas. Un paquete completo de sentimientos no dichos y de recuerdos no contados.

- Es diferente –susurré y ella rió mientras negaba y caminaba a mi lado-. ¿Estás lista para irte de aquí?

- Extrañaré sin duda el sol –asintió mirándome, el cabello le cubría gran parte de la espalda y buena parte de sus pechos, caía ondulado a los lados de su rostro y sus ojos grandes y castaños siempre habían sido de mi gusto. A pesar de que ella tenía unas características físicas bastante comunes, siempre había creído que era bonita… un poco al menos. Sus ojos lo eran-. Gracias al cielo no soy blanca… sino volvería a mi tez fantasmal.

- Eres tostada… y aquí pareces un carbón –ella soltó una carcajada y luego tiró de mi brazo para acercarme más a sí.

- ¿Qué hay de ti? –preguntó cautelosa- ¿Te apasiona la idea de volver?