Capítulo 35.

26.9K 1.3K 84
                                    

"El mafioso Justin Bieber ha escapado una vez más de ser atrapado por la policía nacional de Estados Unidos. Ha sido capaz de escaparse con su cómplice, Ryan Butler más conocido como The killer y con su hasta ahora, aliada, Princess of the mafia, de la cual, aún no obtenemos el nombre. Hasta ahora no se conoce el paradero de estas tres personas que amenazan el bienestar de la ciudad de Nueva York."  

Apago el televisor que muestra las noticias más importantes del día y me acomodo bien en mi asiento. Estoy cansada. Cierro los ojos por unos minutos tratando de olvidarme de todo y relajarme completamente, sólo uno minutos bastarían para eliminar toda la tensión que tenía en el cuerpo.

Suspiro al volver a pensar en el comunicado de las noticias, que han estado hablando de lo mismo los últimos dos días.

Justin había logrado burlarse de la policía una vez más y se había refugiado en un lugar totalmente desconocido con Ryan y yo. Nada era bueno, la policía no había podido hallar ninguna pista que los dirigiera hacía Justin y hacía los dos delincuentes que lo acompañaban.

Me había estado preocupando, viendo las noticias todos los días. Me estaba haciendo daño inconscientemente.

Siempre que terminaban de dar el comunicado, yo, apagaba la televisión y terminaba pensando lo peor.

Y sabía que, en un abrir y cerrar de ojos, todo podía cambiar, la policía podría venir por nosotros y llevarnos a la cárcel, para ser encerrados varios años allí, por los delitos cometidos por cada uno de nosotros tres.

Eso no podía pasar ahora que Justin había querido formar una nueva vida junto a mí, pero existía ese peligro.

Decidí dejar mis pensamientos atrás y no torturarme más con el tema.

Me levanté del sillón y me dirigí hacía la habitación de Justin. Él se encontraba recostado, todavía con su ropa puesta y miraba hacía el vacío, pensando algo.

Él no se había percatado de mi presencia hasta que me acerqué a la cama y me recosté a su lado. Cuando me vio, me demostró una gran sonrisa, pero yo sabía que algo andaba mal.

- ¿Qué pasa? – pregunté. Mi pregunta hizo que él dejará de preocuparse y que pusiera sus cinco sentidos a nuestra conversación. Él negó con la cabeza queriendo decir que nada estaba mal, pero está mintiendo, lo sabía.

- ¿Por qué piensas que pasa algo?

- Simplemente porque te conozco demasiado bien, Justin.

- Pues no te preocupes demasiado cariño, porque no está pasando absolutamente nada.

Se levantó de la cama y salió de la habitación dejándome sola.

Recosté mi cabeza en la almohada más cercana que tenía y cerré los ojos...cinco minutos después caí en un profundo sueño.

(*)

Miré de nuevo las armas que Ryan había conseguido. Armas de todo tipo, que nos ayudarían demasiado si la policía decía venir por nosotros.

Sabía que tenían una pista bastante buena, y que en cualquier momento se darían cuenta de nuestro paradero.

Ryan se encontraba parado delante de mí esperando por una respuesta, o tal vez una felicitación.

- Bien hecho. – le dije. El asintió con su cabeza dando las gracias. Saqué una cajetilla de cigarrillos de mi bolsillo y prendí uno, haciendo que este me hiciera sentir mejor.

La verdad era que nunca había fumado por los nervios, siempre lo hacía, más que todo, por rabia, una rabia que ni yo mismo podía controlar y que se podía salir de mis manos en cualquier momento y podía causar grandes daños.

Ryan miraba atento mis acciones, inquieto.

- ¿Qué coño pasa contigo?

- ¿Ella lo sabe? – me contestó con otra pregunta.

- Claro que no, Ryan.

- ¿Y por qué en este momento no la estas preparando?

- Porque quiero que esté tranquila y no se asuste, joder.

- ¿Te das cuenta de que ella estará desprevenida? – Él negó con su cabeza queriendo decir que lo que yo estaba haciendo estaba mal, pero él no sabía completamente nada.

- Dime que al menos has llamado a Daniela para que no traiga las hermanas de _______________.

- Lo he hecho. – contestó el frío. – Prepárate. Escoge un arma para ella y escoge la tuya también, esta noche no tendremos paz. – Salió de la habitación dejándome solo con mis pensamientos.

Cuando el primer cigarro se acabó, saqué otro de la cajetilla y comencé a fumar, sin preocupaciones, quedando tranquilo y solo con mis pensamientos.

(*)

- ¡_______________! – la voz de la pequeña me llamaba cada vez más fuerte, pidiendo ayuda, pero yo no podía ayudarla. Estaba atada a unas cadenas que no permitían que me moviera. Mi cara estaba completamente mojada por las lágrimas que salían sin cesar de mis ojos. Escuchaba que la pequeña volvía a gritar, y no paraba de repetir mi nombre. - ¡Por favor ayúdame! – gritaba y yo la escuchaba fuerte, pero no podía ayudarla.

La habitación en la que yo me encontraba estaba completamente a oscuras y estaba segura de que allí solo estaba yo, perdida en mis lágrimas escuchando como la pequeña me rogaba para que fuera a ayudarle.

- ¡No me dejes sola, ______________! ¡Te necesito! – gritaba más alto cada vez, mucho más alto. Se sentía como si ella se acercará cada vez más a mí. Y las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas, porque no podía ayudarle. No podía soltarme de las cadenas e ir corriendo a ayudarla. No podía, y el no poder ayudarla me estaba comiendo viva cada segundo que pasaba.

Bum. Bum. Bum.

El fuerte sonido me había sacado de mi pesado sueño.

Me había levantado completamente asustada y no sabía que estaba pasando. Mi frente estaba completamente llena de sudor, había sido un sueño completamente extraño, el cual no había entendido mucho.

Me levanté de la cama dispuesta a ir por un vaso con agua que calmara mis nervios.

Al intentar salir, había aparecido Justin, entrando en la habitación. Había estado bebiendo y fumando, lo podía percibir por su olor.

Él me tomó de la mano y me acercó a él. Cuando me tuvo lo suficientemente cerca, me abrazó, fuerte, como si se estuviera despidiendo de mí. Lo abracé también, y así, estuvimos durante medio minuto.

- ¿Qué pasa Justin?

- La policía viene por nosotros, _____________.

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora