Capítulo 01.

77.7K 2.2K 43
                                    

Toqué de nuevo la puerta de la habitación de mi madre segura de que no iba abrirla. Había llegado lo bastante tarde la noche anterior para estar despierta a las seis y treinta de la mañana. Había llegado haciendo escándalos y ruidos, mis dos hermanitas no habían escuchado nada, pues yo misma me había encargado que ella se relajara y dejara en paz la casa en la que muy pocas veces estaba.

Me rendí a la tercera vez tocando la puerta. Di un pequeño suspiro y empecé a recorrer la casa recogiendo los desordenes por todas partes. Aún faltaban veinte minutos para levantar a mis dos hermanas pequeñas y alistarlas para su aburrido, pero seguro colegio.

Después de ordenar un poco el cuchitril en el que vivíamos preparé los desayunos necesarios para toda la "familia" y también hice un café para disfrutar mientras veía las noticias matutinas.

En las noticias, el tema común de todos los días era la descripción de como unos cuantos trabajadores del traficante más reconocido de Estados Unidos habían escapado de nuevo tras un ataque a ellos y a su jefe en horas de la madrugada. Sinceramente nunca iban a poder atraparlos.

Decidí no ver más porquerías hasta llegar después de llevar las niñas a la escuela.

Mi teléfono sonó unos minutos antes de meterme a la ducha. Era Lía.

— ¿Hola? —contesté a la llamada sin mucho entusiasmo. Sabía a que llamaba, simplemente a disculparse conmigo y decirme: "Lo siento, no he podido conseguirte ningún trabajo fijo". Pero cuando escuche su voz llena de felicidad todo cambió.

— ¡Victoire! —gritó ella al otro lado de la línea. Gruñí ante su eufórico saludo.

— ¿Qué ha pasado? —reprimí mis ganas de reír al escucharla más que contenta. Amarré la toalla que tapaba la parte superior de mí cuerpo hasta la mitad de mis piernas.

— He conseguido un buen trabajo para ti, muñeca —replicó con alegría. La verdad era sorprendente que después de cinco meses consiguiendo dinero de no sé donde, ahora iba a tener con que alimentar realmente bien a mis hermanas y tener un mejor lugar donde vivir. Lía siguió hablando, pero con preocupación—. El trabajo me lo ha conseguido una buena amiga, es confiable.

— Ohm, ¿y lo malo es...? —pregunté al escuchar el tono de su respuesta. Conocía bastante bien a Lía para saber cuándo estaba inconforme con algo, y me lo hizo saber sin ningún problema.

— No es nada malo... —suspiró antes de continuar—. Te pagaran una muy buena cantidad de dinero, pero... Tienes que trabajar para Justin Bieber.

— ¿Justin....Justin Bieber? —pregunté segura de su respuesta—. ¿Te das cuenta de lo que me dices? Correré un peligro inmenso, ¡Por Dios, Lía!

— Él sabrá cuidarte muy bien, nena.

— ¿Y para que necesita él una chica?

— Eso yo no lo sé, muñeca. Se lo tienes que preguntar a él.

— Oh que bien. ¿Y si piensa hacerme su puta?

— No creo que te quiera para eso. Sólo tendrás que averiguarlo —contestó ella con un poco de orgullo en su voz—. Tendrás que estar lista mañana muy temprano. Un par de hombres de los suyos irán a tu casa a recogerte, ¿está bien? —esperó mi respuesta pero no la obtuvo—. Ponte demasiado bonita por favor, un vestido, demuestra que eres una señorita, pero también demuestra que estas dispuesta a hacer todo lo que él necesite. Tal vez tengas competencia y estoy segura de que ésta es tú gran oportunidad, no la dejes perder.

— Muy bien —conteste—. Ahora me voy ¿bien? Tengo cosas que hacer. Te quiero, Lía. Y gracias por esto.

— No tienes que agradecerme nada, muñeca, para eso están las amigas.

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora