Capítulo 21.

43.4K 1.3K 61
                                    

Volví a mirar como mi madre y mis dos hermanas descansaban en una cama pequeña que había en aquella habitación. Mis hermanas estaban una a cada lado de mamá y la abrazaban las dos juntas con miedo a que ella pudiera irse y dejarlas. Siempre había sido así.

Una lágrima cayó por mi rostro. Habíamos pasado toda la tarde aquí encerradas y esta sería la segunda noche. ¿Dónde estábamos? No lo sabíamos. Tal vez en otro país o cuidad. Ninguna de las tres habíamos comido, no habíamos conseguido algo de beber y Joseph nos había dejado solas a las tres rodeadas de guardias corpulentos vestidos con camisillas negras y jeans. Cada uno estaba armado, así que no había podido intentar hacer nada contra ellos.

Sentí como mi estomago pedía comida de nuevo. Esta vez el sonido era mucho más fuerte. Uno de los corpulentos hombres sonrió burlándose y se dirigió hacía mi con una mirada divertida y a la vez amenazante.

- ¿Tienes hambre? – pregunto acercándose. Me aleje un poco. No podía dejar que él se acercara a mí. Mire de nuevo a mis hermanas que aún estaban dormidas y me dirigí de nuevo a él. - ¿Quieres que te traiga algo de comer? – Seguí retrocediendo mientras él se acercaba más, sentí como quedaba acorralada. Ya no podía retroceder más. – Yo tengo algo de comer que te va a encantar...

Quise vomitar con sus palabras. ¿Cómo se le ocurría decirme eso? De tan solo pensarlo quería estar muerta. Él horroroso hombre rio ante mi reacción.

- Aléjate de mí. – logre decir después de todo, pero él no hizo nada. Se quedó quieto observándome por un momento. Su mirada se posaba en mis ojos intimidantemente, después bajo observando todo mi cuerpo. Me sentí incomoda. - ¿No me has escuchado maldita cabrón? ¡Aléjate de mí! – grite. El reacciono fuerte y me tomo con brusquedad.

- ¡Has silencio maldita sea! – grito al igual que yo. Aparte mi mirada de él teniendo miedo de que pasara algo. - ¡A la mierda! – grito tomándome con más fuerza haciendo que mis muñecas empezaran a doler. – Joseph debería dejar que te mate. – dijo él en un tono frío que me hizo estremecer.

Me soltó de su agarre y dio media vuelta. Salió de aquella habitación y le avisó a uno de sus compañeros que estaría afuera por unos minutos. Las lágrimas empezaron a brotar de nuevo y las dejé caer.

(*)

- Escucha con mucha atención, porque solo voy a repetir esto una vez, ¿entiendes? – Ella asintió sabiendo que él no podía verla. Había recibido una llamada telefónica unos segundos antes de un hombre que ya conocía, pero que nunca había tratado con él. Se corazón latía rápidamente y estaba comenzando a sudar. – Tu amigo Justin sabe muy bien donde tiene que encontrar a ___________________. Sí, él lo sabe. – Dijo el hombre con una voz ronca. Se había reído después.

Como ella suponía, la llamada estaba relacionada con Justin y ella sabía que tenían a _____________. Justin se lo había confirmado en una llamada que le hizo.

- Pero será tan difícil para él.... – prosiguió. – Sólo dile que dos de ellas cuatro tendrán que pagar. Él será quien elija quién.

Y la llamada ser cortó.

La había dejado con un tremendo susto y demasiado sorprendida.

Dos de ellas cuatro tendrían que morir.

Rápidamente cogió su teléfono celular y marcó al número de Justin, este le contestó inmediatamente un poco acelerado.

- ¿Sabes algo?

- Necesito que te calmes, y yo también necesito calmarme. – dijo ella. El susto que le había provocado esa llamada todavía estaba ahí. – Me ha llamado. Sus palabras más claras fueron "Sólo dile que dos de ellas cuatro tendrán que pagar. Él será quien elija quién."

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora