Capítulo 15.

47.2K 1.4K 49
                                    

Entre en aquel lugar. Estaba totalmente oscuro y un olor a viejo llegó a mí. Definitivamente este lugar no lo habían utilizado por mucho tiempo. A pesar de la oscuridad se podía apreciar que el lugar tenía la apariencia por dentro que tenía por fuera, totalmente abandonado.

Seguí caminando con cuidado de no chocar contra algo. Mis pasos sonaban cuando mis pies chocaban contra la madera del piso de aquel lugar. Era el único sonido que se podía apreciar. Absolutamente nada más.

Abrí la puerta de lo que parecía ser una enorme habitación. Entrecerré los ojos para lograr poder ver un poco más a través de la oscuridad. La habitación no estaba amueblada con nada, ni siquiera una silla o un closet.

Entonces, la puerta de aquella habitación se cerró de golpe haciéndome saltar.

Mi corazón empezó a acelerarse y mi respiración se hizo irregular. Sabía que todo esto había empezado.

- Has venido más temprano de lo que yo esperaba. – dijo una vos masculina. Sus pasos se escucharon en la habitación y sentí como se posiciona detrás de mí, muy cerca. Era mejor empezar a actuar.

Me di la vuelta actuando asustada, o actuando más asustada de lo que estaba. En realidad esto me asustaba más de lo que creía. Sabía que de alguna forma esto no iba a salir bien.

Mi respiración agitada se escuchaba en toda la habitación haciendo que él hombre que estaba parado junto a mi riera por un momento.

- ¿Sabes algo? Justin cree que somos ingenuos. – dijo él. En ese pequeño momento creí que ahí sería el lugar de mi muerte, mi corazón latía tan rápido que en cualquier momento se pararía por su gran esfuerzo de seguir latiendo. – Sinceramente le faltó pensar un poco más. Él creyó que te llevaríamos hasta donde está lo que él necesita, ¿pero sabes? No es así. – Él hombre estiro una mano para tocarme, inmediatamente reaccione y di un paso hacia atrás. Él río de nuevo. – Has disfrutado matando a las personas que él te ha mandado a mandar, ahora nosotros disfrutaremos al matarte como la puta que eres.

Di otro paso hacia atrás, el cual él hombre sintió. De un momento a otro me acorralo de las manos para que no pudiera hacer nada contra él. Mientras me sostenía con su mano izquierda ponía su mano derecha tapando mi nariz y mi boca deteniendo que pudiera respirar y de pronto...todo se volvió negro.

(*)

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, estaba en una habitación igual de oscura de la anterior. De lo único que me acordaba era del hombre que estaba parado junto a mí en la misma habitación. Cerré los ojos de nuevo intentando que el dolor de cabeza cesara.

Nada pasó.

Trate de mover las manos o los pies. Estaba totalmente atada y tenía un gran pañuelo amarrado en mi boca impidiendo que pudiera hablar o gritar.

Maldita sea, nada había salido como lo habíamos planeado y ahora yo corría peligro de morir. Iba a morir, de eso estaba segura.

Lagrimas empezaron a caer por toda mi cara haciendo que esta se empapara con ellas. Entonces, noté algo más. Yo estaba solo en ropa interior, me habían quitado la ropa. Trate de arrodillarme para hacer algo, tratar de soltarme tal vez, pero cuando lo hice el dolor llego para quedarse. Me dolía cada una de los músculos de mi cuerpo. ¿Qué habían hecho conmigo? Era simple la respuesta. Me habían golpeado como cerdos.

En medio de mis pensamientos escuche que una pequeña puerta se habría en la habitación haciendo que la luz la llenara. Tuve que cerrar mis ojos por la molestia que la luz provocó en mí. Sabía que había entrado alguien, pero no sabía quién era.

- Está haciendo mucho calor, ¿no crees? – dijo irónicamente. No pude reconocer su voz, pero sabía que era masculina. Me concentré tratando de saber que era lo que quería, porque había entrado a hablar de cosas tan estúpidas como el calor. Todo estaba absolutamente oscuro después de haber cerrado la puerta por donde el hombre había entrado. No podía saber donde estaba parado el hijo de puta. - ¿No tienes calor? – pregunto sabiendo que yo no le podía responder nada. Rió en seco.

Entonces, sentí como una gran cantidad de agua chocaba contra mi cuerpo empapándome de la cabeza a los pies. Era el agua más fría que había sentido en mi vida. Mi cuerpo empezó a temblar y las lágrimas empezaron a salir de nuevo por mis ojos.

¿Qué haría ahora?

Un sollozo se escapó de mi boca haciendo que el hombre se enterara de que estaba llorando.

- Shh, shh, no llores. – dijo. Él se acercó a mí. Podía sentir el calor de su cuerpo muy cerca del mío. Podía sentir su respiración tan cerca que quería vomitar. – No llores, reina. Todo esto acabará en menos de lo que canta un gallo.

Me iba a matar.

- Pero tengo que esperar a que tu jefe se aparezca por aquí para tratar de salvarte la vida. – susurro en mi oído. Él lo tenía todo completamente planeado. Tal y como lo teníamos nosotros. La diferencia era que a nosotros todo nos había salido mal desde el momento en el que me trajeron a otro lugar. – Él sabe muy bien donde te tengo y no dudará en venir... ¿sabes por qué? Porque él te necesita para follarte duro.

¿Cómo mierda sabía él eso?

- Te veo pronto... - dijo saliendo de aquella habitación dejándome sola como al principio. Él estaba totalmente seguro de que Justin vendría por mí, pero yo estaba segura de que no sería así. Tal vez mandará a uno de sus trabajadores y listo. Justin no se iba a poder en riesgo solo por una niñata de diecinueve años... ¿O sí?

(*)

- Ella está en peligro, Ryan. – comenzó a decir. No tenía ni idea de donde estaba ___________ en estos momentos, pero tenía el presentimiento de que no la volvería a ver. – Ella tenía razón. Corría más peligro de lo que nosotros pensábamos. Ella no puede morir por mi culpa.

- Miles de personas han muerto por tu culpa, relájate. – Ryan hablo con sinceridad ante él, pero sus palabras solo habían hecho que Justin perdiera la paciencia de nuevo con él.

- ¡Ella no joder! – grito mientras se controlaba para no echar a perder todo como lo había hecho las veces anteriores. - ¡Ella no puede morir por mi maldita culpa!

- Entonces ve y búscala. Sálvale la vida.

(*)

Volví a abrir los ojos con la esperanza de ver algo nuevo esta vez. Había estado despierta la mayor parte del tiempo en el que me habían tenido aquí. Estaba muerta del frío y no había parado de llorar. Esto realmente era una mierda. Cuanto quisiera yo que todo esto fuera un maldito sueño, despertar de el y dejarlo atrás como lo había hecho siempre con las pesadillas y seguir con mi vida.

Pero sabía que esto era real y que me iba a morir antes de que amaneciera. Lo sabía y eso era lo que más claro tenía en estos momentos.

Sin tan solo...

La puerta se abrió de golpe haciendo que dejara mis pensamientos atrás y haciéndome dar un pequeño saltito por el susto.

- Adivina quien está aquí... - hablo el mismo hombre que había venido en la tarde. - Mis predicciones se han cumplido y ahora los mataré a los dos juntos...

Justin estaba aquí. 

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora