Capítulo 27.

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- ¡______________! – grito mi hermana corriendo hacia mí para mostrarme un dibujo que tenía en sus manos. Observe con atención para tratar de adivinar quiénes eran las dos personas que había dibujado. - ¿Te gusta? – preguntó ella con una gran ilusión que se notaba en su mirada. Sonreí y volví a observar el dibujo para después responderle.

- Claro que si, cariño. Está hermoso. – acaricié su cabello y ella sonrió. - ¿A quienes dibujaste?

- Está de aquí. – señaló ella con su pequeño dedo a lo que parecía ser una chica dibujada con varios garabatos. – Eres tú. Y éste de aquí. – señalo al muñeco que estaba al lado de la muñequita dedicada a mí. – Es Justin, tu amigo.

Sentí que mi corazón se encogía al escuchar el nombre de Justin. En quince días no había sabido nada de él y había hecho lo posible por no pensar en él. Me destrozaba el corazón pensar que mi amistad con Daniela estaba mal porque las dos estábamos enamoradas de él. Simplemente me sentía mal al escuchar su nombre, pero lo quería.

- Está hermoso, linda. – animé a mi hermana y ella cogió el dibujo y salió corriendo a seguir dibujando.

- ¿Hasta cuándo vas a fingir que no quieres saber nada de él? – preguntó mi madre sentándose al lado mío. Me miro esperando mi respuesta y yo agache la mirada. La verdad era que no lo sabía, pero quería permanecer lejos de él un tiempo y tal vez poder mejorar las cosas con mi mejor amiga, que me había llamado un par de veces para preguntar como estaba, pero con un apreciable tono distante que me hacía casi caer en depresión. – Escucha. – dijo para que la mirara y sonrió cuando lo hice. – Él te gusta y tú le gustas a él ¿en serio le ves algún problema ______________?

- Sí. – dije asintiendo con mi cabeza. Ella me prestó atención. – Y uno demasiado grande, mamá. Mi mejor amiga también está enamorada de él.

- No puedes hacer nada contra eso, ___________. La vida a veces es así.

Ella se paró después de un momento y se fue dejándome sola con mis pensamientos que eran cada vez más profundos.

Suspiré después de mucho pensar y tomé la decisión de dejar de pensar en eso. Había tomado la mejor decisión para mí y para mi mejor amiga.

- ________________. – escuché que mi mamá llamaba. – Alguien te busca por aquí.

Me paré de mi asiento y caminé hasta la puerta que estaba abierta dejando ver al hombre por el que había estado pensando los últimos minutos. Estaba esperando por mí. Mi madre nos dejó solos subiendo las escaleras para ir al segundo piso de la casa.

- Hola, ____________.

- ¿Qué haces aquí?

- Me parece un saludo poco inapropiado para el hombre al que amas, ¿no me has extrañado? – dijo él con una hermosa sonrisa en su cara. Maldije en mi mente y puse los ojos en blanco. El llevaba los mismos lentes negros que llevaba el día de mi cumpleaños  vestía prendas de color negro también.

- No evadas mi pregunta, Justin. ¿Qué haces aquí?

- Vine a buscarte.

(*)

Daniela volvió a sonreír ante el dulce comentario de Chaz.

Había pasado prácticamente toda la tarde con él y no se cansaba, estaba más que divirtiéndose y él era un hombre como el que ella siempre había soñado antes de conocer a Justin. Simplemente para ella era perfecto.

- Es hora de irme. – ella se paró dispuesta a salir, pero él la cogió de la mano e hizo que lo mirara. - ¿Qué pasa? – preguntó ella con una enorme sonrisa en su cara. – Chaz, necesito irme.

Él la atrajo lo bastante para quedar más que cerca a él. Daniela podía sentir su aliento, eso hizo que un pequeño escalofrío recorriera todo su cuerpo.

- No quiero que te vayas. – susurró Chaz. Él soltó la mano de Daniela y posó su mano en la cintura de ella. – Me gustas. – se acercó más a ella y la besó. Uno totalmente inesperado para ella, pero a la misma vez necesario.

(*)

- He venido a buscarte, ____________. – susurro él. Pude notar que había estado tomando. Su aliento olía a alcohol con una mezcla de cigarro. Sus palabras me llamaban la atención lo bastante para poder verlo sin ponerme a llorar. – Te necesito. – él me atrajo y me pegó contra él sosteniéndome por mi cintura con una mano mientras que con la otra se quitaba los lentes negros que llevaba. Me miró a los ojos y pude notar que había estado sufriendo. Mucho. – No sabes cuánto.  Más que cualquier cosa. – cortó sus palabras por un momento y dejó de mirarme a los ojos. – No puedo estar sin ti, ¿me entiendes? Te amo.

- Justin, no puedo...

- _____________. – me interrumpió. – No digas estupideces. Puedes y quieres, no me niegues, eres tan necesaria en mi vida. Cuando llegaste me cambiaste de una maldita forma increíble y no sé cómo diablos hiciste para hacerlo. Sin ti me siento incompleto, siento que algo me falta y es un vacío que sería capaz de matarme. No me niegues.

- Justin, mi mejor amiga también te ama...

- ¿Tú me amas? – pregunto serio y esperó por mi respuesta. - ¿Me amas, ____________? – sus ojos se llenaron de ilusión y traté de no llorar. Quería decirle que sí, pero no podía. Simplemente, las cosas eran mucho mejor así. – Dímelo.

Cerré los ojos evitando su mirada que me mortificaba cada segundo más.

- Sí. – dije suspirando. Él sonrió al instante y me besó demostrándome todo lo que me había necesitado. 

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora