Capítulo 32.

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- Chaz se está encargando de eso. – Respondió Ryan a la pregunta que le había hecho Justin. Los tres habíamos salido demasiado rápido de la casa de Justin, sin ningún inconveniente. Habíamos venido a un lugar que él tenía especialmente para estos casos, estaba alejado de toda la civilización. Era una gran casa cómoda. Nadie sospecharía de nosotros. – Al parecer han planeando esto hace algunos meses. Tuvieron que estarse jodiendo por los últimos días...

- Quieren a _____________. – dijo Justin. Su mente se encontraba perdida desde algunos minutos atrás. Estaba tratando de averiguar cómo salir de esta y sabía que no iba a ser fácil. Pero él era Justin Bieber ¿no? - ¡Joder! Ellos saben que si consiguen encerrar a ______________ tras esas rejas me conseguirán también a mí. Y a ti. – miró a Ryan, éste lo miró y de inmediato su rostro cambió.  – Conseguirán encerrarme unos cuantos años allí...

- De alguna manera tendremos que salir de esta.

Me quedé callada escuchando la conversación de aquellos hombres. Cada uno se preocupada, creyendo que les esperaba lo peor, una condena de unos veinte a treinta años de cárcel, ¿Pero cuántas veces habían estado en ese peligro?

- Está es la identificación falsa que Chaz había conseguido para ella. – Dijo Ryan en un tono bastante alto para que yo pusiera de nuevo mis sentidos en alerta. Le pasó lo que parecía ser una identificación falsa a Justin, quién la observo con mucho cuidado para después mirarme detenidamente a mí.

- Me gusta. – una pequeñísima sonrisa apareció en su rostro. Miró a Ryan, estaba sólo un poco más rejalado. – Tomará bastante tiempo para que tomé un look completamente diferente, pero se hará lo posible. Quiero que contrates a Marcelo de nuevo y la lleves a ella a un lugar poco conocido, allí le harán lo que le tengan que hacer para que salga del país.

Ryan asintió sin decir nada más y dio media vuelta para irse.

Ahora sólo estábamos Justin y yo.

- ¿Por qué estás tan preocupado por lo que pueda pasar? – pregunte inocente. Me acerqué un poco a él. Su mirada se hallaba perdida. Después de un momento se percató de mis palabras y sonrió divertido.

- No estoy preocupado. – dijo con diversión en su voz. Mentía. Sabía que si trataba de disimular yo me calmaría, pero lo hacía demasiado mal. El sus ojos se podía ver el miedo que estaba sintiendo ahora mismo. – Es sólo que esta vez fue tan repentino...las otras veces me lo había estado esperando, pero está...Me ha cogido bastante mal.

- ¿Crees que me veré bonita rubia? – cambié repentinamente de tema. Justin me miró confuso y le sonreí.

Él me acercó más hacía él e hizo que me sentara en su regazo. Dejó un pequeño beso en mis labios para después separarse y asentir lentamente. Acarició un mechón de cabello que colgaba delante de mi oreja izquierda.

- Te verías perfecta de todas las formas, _______________. – su tono de voz fue un poco meloso. Lo que me hizo enloquecer, era extraña la vez que teníamos estos momentos. – Pero para tu desgracia, mi debilidad son las morenas.

Lo golpeé un poco de broma mientras el reía, reí con él también.

(*)

- ¿Qué te parece? – Ryan me entregó un espejo para que pudiera admirar mi nuevo color de cabello y apreciar los cambios que me habían hecho en las cejas y en partes insignificantes en mi rostro. Toqué un poco mi cabello observando su nuevo color. Me veía totalmente diferente rubia, era un cambio por el que yo hubiera pensado más de tres veces antes de hacérmelo en unas circunstancias normales, pero ahora...no había tiempo para pensar. Miré a Ryan que esperaba por mi respuesta, le di una media sonrisa y le devolví el espejo.

- Está totalmente genial.

- Éste es el documento que tendrás que usar de ahora en adelante. – me lo entrego y lo observé por un momento. El documento era totalmente sencillo y no había señas de falsificación o algo por el estilo. En el aparecía un nombre falso, fecha de nacimiento, nacionalidad y las cosas básicas.

- ¿Emma Stevenson?

- Tú nombre desde ahora.

- ¿A dónde se supone que debo ir?

- Lo sabrás ponto. – contesto él lo demasiado seco para que yo dejará de hacer preguntas. Asentí con mi cabeza. Guardé la documentación falsa y le seguí el paso a Ryan, él paró un momento para darle su pago a Marcelo, que según Ryan, había hecho un excelente trabajo.

(*)

Observé a Justin que se encontraba perdido en sus pensamientos. A su lado, en una pequeña mesita, tenía un vaso lleno de whisky. Debía de haber estado tomando demasiado desde que nos habíamos ido, cuando estaba saliendo por la puerta, él estaba sirviendo su primer vaso. Al lado del vaso lleno de licor, se encontraba su arma. No se había separado de ella todo el día, lo que me confirmó a un más el miedo que estaba sintiendo ahora mismo.

Suspiré mientras me acercaba a él. Justin dejó sus pensamientos atrás y se dio cuenta de que yo lo estaba acompañando en la habitación. Una sonrisa grande apareció su rostro al observar mi nuevo look, sonreí con él.

- ¿Qué tal? – le pregunte divertida. Jugué con mi cabello un poco, bromeando. El se echo a reír mientras me miraba entretenido. Se paró del su asiento y me tomó por la cintura para darme un largo beso, que fue interrumpido tiempo después por nuestra falta de aire.

- Estás follable.

El calor subió directamente a mis mejillas. ¿Cómo esta posible que yo me siguiera ruborizando ante él? Era totalmente ridículo, pero sus comentarios, tenían ese maldito efecto en mí.

- Habla en serio, Justin.

- Estoy hablando en serio nena. – Él alzó ambas cejas mientras mordía su labio inferior lentamente. – Ese corte me hace querer amarrarte a mi cama y follarte sin compasión alguna hasta que te canses...lamentablemente tenemos muchas otras cosas que necesitan nuestra total atención.

- Y si mejor... ¿te olvidas de eso por un momento?

- Mmm. – acarició mi cabello y dejó un mechón de mi cabello – ahora rubio – detrás de mi oreja. – Cuanto me encantaría nena, pero mañana mismo tienes que salir del país, cosa que no será totalmente fácil. – se quedó callado por un momento, mientras yo, sin darme cuenta, mordía mi labio inferior como él lo había estado haciendo antes. – Si sigues mordiéndote el labio, no dudaré en follarte.

- Sabes que no me desagrada para nada esa idea.

- ¿Desde cuándo te llaman Princess of the mafia? – él cambió de tema repentinamente, al igual como yo lo había hecho en la tarde. Fruncí el ceño ante su pregunta, la cual era totalmente divertida. Era un maldito apodo que me habían puesto en los noticieros del país, ahora en todos los lugares aparecía como Princess of the mafia.

- ¿De qué hablas?

- Los noticieros... Dicen que están en busca de mí y una chica que se hace llamar Princess of the mafia...

- Hace unos días.

- ¿Te gusta el nombre?

Negué ante su pregunta, pero él sonrió.

- Ven aquí. – Justin me acercó a él y me besó de nuevo, esta vez un poco más lento y menos desesperado que la primera vez. Su mano izquierda se posaba en mi cintura mientras que la derecha estaba un poco más abajo, y descendía cada vez más. Cuando llegó a mi trasero, apretó fuerte haciéndome gemir en el beso. Segundos después es beso tomó un tono más pasional y lujurioso. Al final, nos separamos por nuestra falta de aire. Nuestras respiraciones estaban agitadas, y él me miraba divertido. – Creo que serás una distracción toda la noche... una fantástica distracción.

Princess of the mafia. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora