Capítulo 5: Estoy asumiendo. Parte II.

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– Así que ¿Tú y ella viven aquí cerca de Central Park? –Lauren se encontraba sentada en una de las sillas de las mesas exteriores de una cafetería gourmet, con Erik quien decía ser su hijo... Ella aún no podía tomar en serio esa aseveración.

Había demasiado para procesar.

–  Si, en Upper West Side, sobre Broadway y la 86. –Fiu, un barrio caro sobre una avenida principal. Pero a la basquetbolista no debía sorprenderle, sabía de la profesión de Camila y lo que había logrado en todos esos años, de mala gana debía decir, ya que aunque intentara ignorarlo su marca aparecía casi en todos lados y de vez en cuando su rostro en revistas y TV.

Había querido olvidarla por la manera en la que se había ido y la había dejado, sin embargo, el destino parecía tener otros planes.

– Vaya, queda cerca. –menciono ante de darle un sorbo a su café.

– No sé cómo puede gustarte eso. Yo prefiero-

– El té. –completo la mujer con cierta gracia. Al menos no había duda de qué Camila lo había criado.

– Si ¿Cómo lo supiste? –rio el ojiverde. 

– Intuición. –solo contesto la basquetbolista mirando al chico detenidamente.

Hace 19 años atrás. Miami, FL.

Habitualmente el equipo de basquetbol de la preparatoria Miami Beach solía tomar el desayuno matutino en la cafetería cercana a las instancias de la preparatoria cuando solían viajar a partidos como visitante, una vieja tradición que jamas pasaba de moda.

Y una que por cierto Lauren Jauregui adoraba, pasar el tiempo entre el olor de hot cakes, miel de Maple, mantequilla y café cargado mientras sus amigas iniciaban charlas amenas y reconfortantes.

Cuando las chicas buscaron mesas para sentarse decidieron que Lauren debía ser quien pidiera todo a la barra. La ojiverde no estaba de ganas para levantarse sin embargo lo hizo a regañadientes. 

– Hey hola ¿me pones cinco ordenes del desayuno tres? Excepto el mio, cambia el te por el café. –dijo haciendo una expresión de desagrado en la ultima frase.

La chica de cabello castaño largo en una coleta alta que vestía una camiseta negra y jeans de mezclilla pálidos se giro para atender el pedido de quien estaba a su espalda. 

La reconoció de inmediato. 

– Hola de nuevo. –sonrió a la ojiverde quien al notar de quien se trataba devolvió el gesto con sorpresa–. Te recomendaría el té, el café puede ser malo para tus dientes. –dijo sirviendo la taza de café de una de las tantas cafeteras que ya tenían el liquido preparado y posando en la barra frente a la atractiva pelinegra–. Y tiene un sabor desagradable a mi parecer. –dijo despreocupada de que su opinión pudiera ofender a la otra chica, comenzó a anotar en su pequeña libreta todo lo que le había pedido para después arrancar la hoja rápidamente y deslizarla por la rendija tras suya que daba al cocinero al otro lado de la pared.

– No he tenido problemas con eso. –menciono Lauren mostrando su sonrisa blanca y bien alineada, Camila podría haberse puesto de rodillas por esa sonrisa, pero jamas dejaría que la basquetbolista lo notara.

– Es una bonita sonrisa, deberías cuidarla mas. –dijo la mesera golpeando ligeramente la taza de café con su bolígrafo, haciendo alusión a que dejase el café.

– Tal vez siga tu consejo... –dijo la ojiverde, pensando en su mente a máxima velocidad–... si me aceptas una cita. 

La cara de sorpresa de la morena ante la osadía de Lauren no paso desapercibida para esta quien espero pacientemente a su respuesta. 

CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]Kde žijí příběhy. Začni objevovat