Capitulo 34: MVP

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Era la semana antes de la final de la Copa de la Comisión de la WNBA y como Dinah había predicho, Lauren y su equipo habían ganado las semifinales y ahora irónicamente se enfrentarían a las Linces de Minnesota, el antiguo equipo de la basquetbolista.

– Así que ¿Hace cuánto trabajas aquí? –bromeó la atleta mientras se dejaba hacer por las manos profesionales y delicadas de su prometida.

Se encontraban en el taller privado de la diseñadora, ella y las otra diez jugadoras de las Liberty, quienes estaban siendo atendidas por las ayudantes costureras de Camila, tomando las medidas justo como la morena lo hacía con la ojiverde.

Camila se retiró un momento las gafas solo para observar a su prometida con advertencia.

– Lauren, deja de moverte. –la reprendió–. Y mantente en silencio. –agregó volviendo a colocarse sus gafas de marco grueso y extendiendo la cinta al rededor de las caderas de la atleta y anotando las medidas en su libreta.

– Realmente te ves sexy al trabajar. –comentó la jugadora arrastrando sus manos disimuladamente sobre las caderas de la modista quien retiró sus manos de un manotazo.

– Lauren. –la regañó apuntándole con el dedo y una mirada chocolate tras aquellas gafas que indicaba molestia.

Sin embargo la atleta no estaba dispuesta a ceder. Adoraba molestar a Camila, era de sus hobbies favoritos.

– Esas gafas se te ven realmente sensual. ¿Puedes llevarlas puestas hoy en el dormitorio? –murmuró la ojiverde provocándole.

– De haber sabido que estarías tan inquieta hoy, le habría pedido a alguien más que te tomara las medidas. –se quejó la modista tomando su cinta para medir el torso de la mujer teniendo cuidado con su pecho, no quería provocar otra hilera de comentarios provocativos por parte de su ahora impertinente novia.

Laure rió.

– Como si fueras a dejar que nadie más me tocara. –dijo fanfarronamente la basquetbolista para disgusto de Camila, que sabía que tenía razón en aquello–. Aunque me agrada que seas tan egoísta con respecto a mi cuerpo. –se burló la mujer bajando los brazos para encerrar a la modista en ellos.

– Lauren. –se quejó cansada la modista aún con la cinta atrapada en el torso de la deportista.

– Solo un beso, y me detendré. –la miró la pelinegra con una cara de súplica que le hizo gracia a la castaña quien renegando tomó el rostro de la mujer en sus manos y la besó en los labios, lentamente e intercalando sus labios.

– ¿Ahora me dejarás hacer mi trabajo en paz? –la miró inquisitivamente la diseñadora y Lauren la libero de sus brazos asintiendo obedientemente. Camila volvió a tomar la cinta y prosiguió con su labor–. Me gusta que seas cariñosa pero todo este acto tuyo reciente ¿Tiene que ver con el partido final?

Camila sabía que Lauren solía aliviar sus nervios de tres maneras; sexo, ejercicio y ser excesivamente afectuosa al punto del hostigamiento. Lo había vivido por tanto tiempo en la preparatoria que aprendió a identificar sus mecanismos contra la ansiedad.

Lauren suspiró mientras se dejaba hacer por las manos de la modista.

– Siempre hay presión en ganar, es algo que no mejora con el tiempo en este trabajo. –confesó–. De las seis veces que he llegado a una final esta es la séptima que me tiene un poco más presionada que las otras.

Camila la miró un momento.

– ¿Por qué?

– En ninguna de esas otras seis veces iba a tener a nadie viéndome jugar, nadie que me importara quiero decir. –confesó causando una ternura en el corazón de la modista quien tomó con una mano el mentón de la mujer para hacerla verla a los ojos.

CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]Where stories live. Discover now