One-Shot: Especial de San Valentín

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Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.

—Antoine de Saint-Exupery

POV CAMILA.

Un ruido extraño me sacó de mi sueño profundo un domingo por la mañana; era similar al de un motor en marcha solo que más ligero, seguido de ello una risa de niño me hizo abrir mis ojos solo para encontrar a mi esposa pretendiendo ser un avión mientras alzaba y navegaba en sus brazos a nuestro mellizo Bernard, en nuestra alcoba.

Sonreí al ver la escena.

Lauren solía hacer aquello cuando los niños querían venir a despertarme y ella sabía que había tenido un día anterior pesado; así que distraía a los dos pequeños dependiendo quien viniera a la habitación, por lo regular siempre era Benny, Adele solía ser mas introvertida y muchas veces demasiado independiente para sus 6 años, aún me preguntaba a quién habría salido pero asumía que era la combinación perfecta del temperamento de Lauren con el mío.

— ¡Oh cuidado, capitán! ¡Está a punto de sobrevolar zona peligrosa! —se burló Lauren llevando en brazos a nuestro hijo y pasándolo en el aire por encima mío, yo tuve que darle una mirada de advertencia.

— ¡Mamá! —me saludó mi hijo desde arriba, con sus ojos dicotómicos arrugados por su gran sonrisa. Yo solo me derretía de verlo; mientras Adele era más seria, él era singularmente alegre, ambos eran el balance del otro.

Me incliné extendiendo mis brazos para tomarlo y atraerlo a mi cuerpo, recibiendo un chillido alegre cuando besé su cuello haciéndole cosquillas.

— Hombre, estás solo en esto. —escuché decir a mi esposa dejando que Benny terminara en un ataque de cosquillas. Era la madre del año.

— ¿Ah si? Entonces ¿Lo traes a mi guarida y te desentiendes? —la miré con nuestro bebé abrazado de mi recomponiéndose de mi ataque.

— ¡Si má! Me dejaste solito. —reí cuando vi el ceño arrugado de mi hijo mirando a su madre con reproche quien lo miraba con culpa. Dos bebés simplemente.

— Lo siento, chico. Te advertí que estabas sobrevolando zona peligrosa. —dijo idiotamente haciéndome reír y lanzarle una almohada a la cara.

— Lauren. —la regañé entre risas, después solté a Benny para que pudiera bajar de la cama, pasando de largo a su madre ojiverde.

— ¿A donde vas? —llamó ella incrédula al ver a su hijo estar de puntillas jalando la manija de la puerta de la habitación, él la miró con reproche sacando su mejor mirada Cabello— ¿Estás enojado conmigo?

Él asintió serio y yo simplemente reí. Lauren me miró pidiendo ayuda y yo negué.

— No me mires, estás sola en esto. —usé sus palabras en su contra y ella simplemente suspiró derrotada.

La vi agacharse y extender sus brazos a Benny.

— Lo siento, waterbucket. —y ahí estaba ese apodo ridículo, aún así mi pequeño cayó rápidamente ante el mote y corrió a abrazar a su madre—. Prometo no volver a traicionarte. —le dijo contra su pelo castaño.

Benny se separó y tendió su manita con el meñique extendido.

— ¿Por el meñique? —la miró esperanzado y Lauren sonrió derretida enganchando su meñique contralateral con el de nuestro bebé.

— Por el meñique. —dijo y besó la frente de nuestro hijo dejándolo ir a despertar a sus dos hermanas.

Vi a Lauren voltearse para mirarme, ocultando el tatuaje en el omoplato derecho de su espalda donde tenía grabado el nombre de nuestros hijos por orden de nacimiento; estaba vestida en su sostén deportivo y pantalones cortos de baloncesto que dejaban ver la pretina de su bóxer. Su delicioso cuerpo expuesto para mi; algo que no envidiaba a otras mujeres casadas que conocía era a sus esposos, no muchas podrían decir que tenían a una pareja de 40 años tan en forma como la que yo tenía.

CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora