CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]

Capitulo 21: Una boda Cabello. Parte III

Advertencia: contenido PG-13, leer bajo su responsabilidad. Contiene G!P (chica con pene).

La ceremonia fue hermosa y emotiva para todos los presentes, Sofia estaba oficialmente casada y ambos novio y novia estaban ahora partiendo el pastel de bodas, listos para el baile de recién casados en la pista montada en el jardín, debajo de una gran carpa para prevenir las lluvias de agosto, aunque el clima pintaba bien para el evento.

Después de la apertura de la fiesta oficialmente tras el baile, mas canciones vinieron y mientras Erik se las arreglaba para bailar con su tía quien se reía de las ocurrencias del chico, fue cuando esta vio a alguien que se acerco a ellos dos y reconoció de inmediato aquel rostro.

– ¡Lauren! ¡Oh por dios! –casi grito la mujer para dejar a Erik un momento y correr a abrazar a la mujer que ya la esperaba sonriente, atrapando a la chica en un abrazo que la elevo del suelo– ¿Pero cómo es que estas aquí? –aparentemente era la única de los Cabello que aun no sabia las noticias.

– Es largo de contar pero seré breve porque creo que tú tendrás la habilidad de afrontar la noticia con facilidad. –Sofia la miro desconcertada–. Ese chico con el que acabas de bailar es mi hijo, mio y de Camila. –la recién casada tuvo que alejarse un poco de la mujer dentro de su abrazo para poder mirar mejor su rostro y asegurarse que no le estaba jugando una broma–. Apenas hace un mes y algo me entere, así que estoy casi igual de sorprendida que tú.

– Ay mi hermanita, tendrá mucho que explicarme. –dijo en un perfecto español que afortunadamente Lauren entendió y rio ante el comentario.

– Solo no seas dura con ella, estamos trabajando en todo esto. –confeso la atleta tomando a la mujer para bailar un rato en lo que se ponían al día.

– ¿Están intentado volver? –cuestiono la menor de los Cabello, casi ilusionada ante el pensamiento de tener a Lauren de vuelta como su cuñada.

– Es complicado de decir, pero estamos tomando las cosas un día a la vez. –sonrió tímidamente la mujer.

– Ustedes están hechas la una para la otra. –declaro la chica–. Es tonto que no estén recuperando el tiempo perdido y ademas tienen un hijo juntas, que es un chico dulce, educado, amable y sensible. Ya son una familia perfecta aunque ustedes se rehusen a estar juntas.

Lauren miro tras de Sofia a Camila que se encontraba bailando con un hombre que no podía reconocer, él le decía cosas al oido a la mujer quien solo sonreía amablemente ante lo que sea que ese desconocido le decía.

– ¿Quién es ese? –Lauren no pudo ocultar su molestia.

Sofia se giro a ver en la dirección de la basquetbolista y de inmediato hizo un bufido de fastidio.

– Es Daven, un compañero de la firma y alguien con quien Camila salió brevemente hace como cinco años. –la explicación calentó la sangre de la ojiverde en cuestión de segundos.

– Ya veo. –solo dijo la mujer visiblemente triste de ver cómo aquel hombre claramente intentaba seducir a la diseñadora.

– Lauren. –Sofia llamo su atención–. Si yo fuera tú, iría allí e invitaría a mi hermana a un baile y no la soltaría en toda la noche. Ella no lo dice, pero esta esperando por ti, lo ha hecho durante años, solo que se ha refugiado en el trabajo y Erik para amortiguar esa ansia. –Lauren miro a la chica con curiosidad respecto a aquella confesión.

– ¿Ella me ha estado...

– No sabia porque ahora se veía tan radiante, pero ahora entiendo. –sonrió la recién casada–. Ella era un ser muy triste de ver todos estos años, créeme, aunque Erik era lo único que la hacia feliz, casi siempre su humor era lúgubre. Y todo este mes que ha estado yendo y viniendo de Nueva York a Miami para verme la note mas radiante, y me moría de curiosidad por saber cual era el motivo... No desperdicies tu segunda oportunidad, Laur. –las palabras de la menor de los Cabello permeó en la mente de la jugadora quien asintiendo y dandole un inocente beso en la mejilla a la chica, se despidió de ella una vez mas felicitándola por sus nupcias y yendo en busca de la diseñadora que al verla moverse hacia ella sus ojos brillaron de pura alegría.