Capítulo 42: Una sesión exclusiva. Parte II

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Después de navidad en Miami era la hora de volver a la ajetreada vida en Nueva York.

Camila agradecía que aún habría un margen de descanso hasta Enero para sentir realmente que había vuelto a la rutina, además era bueno ya que había confirmado absolutamente dos días después de tomarse el análisis que estaba embarazada de tres semanas. Sacando cuentas mentales puso determinar más o menos en que momento había sucedido y por supuesto tenía que coincidir con aquel fatídico día de la despedida de soltera de Lauren y aquella sesión en la cocina.

Le parecía un castigo divino si tenía que decir y eso incluso le parecía irónico. Lauren solo era demasiado eficiente haciendo su trabajo.

Y hablando de la mujer, aún no le había compartido la noticia, algo en ella aún se sentía insegura de como lo tomaría. Era ridícula lo sabía, Lauren se había casado con ella, debería estar segura ahora, pero aquellos pensamientos sobre el rechazo simplemente no la abandonaban; Michael tenía razón respecto a que todo lo que tuvo que soportar la había construido mal, ella sabía que sufría un trastorno ansioso que había estado evadiendo con trabajo y la crianza de su hijo.

Era por eso que ahora se encontraba sentada en un café cercano a su casa, vestida en una gabardina de algodón gruesa café y gorro con guantes de cuero negro esperando por su psicóloga para una sesión extemporánea.

Cuando vio llegar a la diminuta mujer entrando por la puerta de la cafetería y sacudiendo la nieve en su propio abrigo, la morena sintió un alivio inexplicable, sabía del algún modo que algo positivo tendría que salir de aquella charla.

– Hola, Camila. –saludó alegremente la rubia apretando su hombro antes de sentarse en la silla al lado de ella en aquella mesa pegada al ventanal que permitía ver la nieve caer y los autos pasar.

– Hola. –saludó la diseñadora mirando a su taza de té humeante entre sus manos que ya se habían retirado los guantes para poder calentarse con el candor del líquido–. No sabía que bebida te gusta así que no pedí nada, disculpa. –dijo la mujer direccionando sus ojos chocolate a la rubia quien le sonrió cálidamente. En su boda no habían tenido tiempo de interactuar mucho, pero ahora que la veía en otra situación más casual Ally tenía una habilidad impresionante para relajar a la gente, pensó Camila sintiéndose tranquila y poco ansiosa a su alrededor.

– No te preocupes. –llamó a la mesera y pidió un chocolate caliente que llegó inmediatamente después–. Entonces ¿Qué pasa? Tu mensaje sonaba desperado. –dio un trago a su bebida.

– Estoy embarazada. –confesó por primera vez a alguien en todo aquel tiempo, decirlo fue liberador de cierto modo. Allyson sonrió animada.

– Felicidades, Camila. –su tono animado se disolvió en cuanto noto el semblante ansioso de la mujer– ¿No estas feliz?

Camila suspiró jugando con el hilo y la etiqueta de su bolsa de té.

– Tengo miedo. Las cosas entre Lauren y yo solo están comenzando, todo esto de por si va muy rápido y yo me siento... –intentó explicar buscando la palabra.

– Abrumada. –completó Ally mirando a la mujer comprensivamente.

– Si. –exhaló en alivio la morena porque su psicóloga entendía su ansiedad–. Y tampoco sé si esto será demasiado para Lauren, ella esta adentrándose todavía a la maternidad con Erik y a ser esposa conmigo ¿Otro hijo tan pronto? ¿Y si se asusta? ¿Que pasa si todo esto también la abruma a ella? No quiero volver a pasar por esto sola. –vertió todos los pensamientos que habían estado acodándola por días.

Allyson asintió y dio otro sorbo a su chocolate antes de retroalimentar a su paciente.

– Primero quiero saber una cosa. –pausó la mujer– ¿Eres consciente de que sufres un trastorno de ansiedad? –la rubia miró a la morena que se relamió los labios con lentitud antes de mirarla y asentir.

CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]Where stories live. Discover now