Capitulo 26: La rutina y los recuerdos.

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Era Lunes por la mañana cuando Camila se despertó buscando a tientas a Lauren en la cama y encontrando nada, frunció el ceño abriendo un ojo y confirmando que la mujer no estaba allí, entonces una voz jadeante haciendo un conteo direccionó su atención al frente de su cama solo para ver a Lauren hacer abdominales en medio de la habitación, a su lado unas bandas elásticas para trabajar piernas y glúteos y mancuernas de 20 kilos y pesas de 6 kilos.

Estaba de más decir que Lauren había traído algunas cosas de su departamento después de la tarde en los Hamptons para pasar la semana allí.

Pero Camila podría amarla mucho, sin embargo no convertiría su habitación en un gimnasio improvisado, eso era infranqueable.

– Cariño, te amo pero definitivamente no vas a hacer esto en el cuarto. –declaró la mujer cuando al fin se despertó y reincorporó en la cama, Lauren paró de hacer las repeticiones y la miró seriamente.

– ¿Donde sugieres que lo haga? Necesito mi rutina del día, eso no es negociable.

– Podemos aclimatar uno de los cuartos de huéspedes si lo deseas, pero no estás llenando nuestra habitación con pesas y toallas sudorosas. –dijo rápidamente la mujer tomando las pesas de 20 kilos es cada mano lista para llevarlas a otro cuarto.

– ¿Nuestra? –preguntó Lauren sonriente y mirando como boba a la diseñadora.

– Si, a menos que solo me estés cogiendo de manera ocasional. –devolvió sarcásticamente la mujer.

– Definitivamente eso no. –dijo Lauren ahora hablando seriamente–. Jamás, nena. –se levantó del suelo y fue a abrazar y besar a la morena que con gusto recibió el afecto.

– Bueno pues nuestra habitación no será tu gimnasio personal, Lauren. –recalcó la mujer para gusto de la ojiverde.

– Bien, bien. –se rindió la pelinegra tomando las demás cosas para llevarlas a un cuarto de huésped seleccionada por Camila.

– Puedes trabajar aquí por mientras, planearemos como remodelarlo a tu gusto. –aclaró la diseñadora inclinándose y dejando las pesas en el suelo, mostrándole una vista privilegiada de su trasero a la ojiverde que no tardó nada en posar su mirada allí la cual rápidamente quitó porque de lo contrario terminaría teniendo a la modista desnuda en cuestión se minutos en aquella habitación y había prometido darle espacio para recuperarse de la madrugada del domingo.

– Gracias, Camz. –dijo la mujer besándola lentamente–. Y buenos días para ti también, mi amor. –rió la basquetbolista ya que Camila no le había dicho eso desde que se levantó.

Camila solo renegó besándola por última vez y saliendo de allí para ducharse y comenzar el día.

—-

– ¿Así que ya me vas a contar porque estás tan feliz? Hace unos días ibas sobre el callejón de la amargura. –decía Shaun haciendo su visita semanal al entrenamiento de su cliente.

– Camila y yo estamos intentándolo de nuevo. –dijo la mujer sonriente mientras tomaba una botella de agua y la destapaba.

– ¡Estas de broma! –exclamó el albino visiblemente feliz por su amiga la cual negó para confirmar que lo que decía era cierto–. Eres probablemente la única persona que ha logrado conquistar a Camila Cabello. –Lauren hizo una mueca de desagrado, sabía de los otros pretendientes con los que la morena había salido en quince años, había tenido el disgusto de toparse con uno de ellos en la boda de Sofia, pero a pesar de eso no se sentía intimidada en absoluto con su pasado; Lauren sabía lo que tenía con Camila y era algo a largo plazo.

– Llevo casi veinte años de ventaja, supongo. –bromeó la atleta quitándole hierro al asunto.

– Maldita afortunada. –sonrió Shaun haciendo sonreír también a Lauren, porque si, era afortunada de haberse enamorado de Camila Cabello, incluso si tenía que pasar por todo otra vez solo para estar en aquel momento de su vida, definitivamente lo haría sin chistar.

CUESTIÓN DE RESISTENCIA | CAMREN G!P [REEDITANDO]Where stories live. Discover now