Capítulo Extra | Ethan.

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Encima de la mesa habitaban dos platos con, lo que parece, lasaña, dos latas de soda y un centro de mesa donde resaltaban las rosas blancas.

— Te esmeraste en esto— fue lo primero que dije.

— Admito que tuve ayuda.

— ¿Revelaste nuestro escondite de pasión?— bromeé.

— Ya quisieras— rodó sus ojos—. Pedí un servicio de decoración floral y uno de lasaña en Luigi's. Todo lo entregaron en casa y yo lo tuve que traer aquí.

— Bueno, valoro tu esfuerzo. Pero sabes que no me gusta festejar mi cumpleaños— le recordé.

— ¿Tú no fuiste el que dijo una vez que puedes hacer cambiar de ideal a una persona?— preguntó.

Ya sé a dónde quiere llegar.

— Es diferente— comenté—. Yo trato de hacer que no te consideres un demonio. Tú tratas de hacer que me guste algo insignificante como mi cumpleaños. ¿Ves la diferencia?

Ella me lanza esa mirada de «¿Enserio quieres discutir esto?». Lo sé, no existe esa mirada, pero la conozco tan bien que sé que me quiere decir eso a través de sus ojos.

— En realidad no veo la diferencia— dice finalmente.

— Yo trato de hacer que cambies tus sentimientos hacia ti misma. Tú sólo quieres que me guste un capricho— aclaré.

— ¡Podrías dejar de ser tan...!— gritó frustrada, pero yo le lancé una mirada de pocos amigos antes de que terminara su frase—... Ethan— cambió repentinamente la oración.

— Claro, me cambiaré el nombre a Pepito— bromeé—. Creo que eso sería más fácil que hacerme cambiar de opinión.

— ¿Sabes qué? Dejemos el tema a un lado— se rinde—. Mejor disfrutemos de lo que te preparé.

Después de decir aquello, ella se va a la mesa decorada y se sienta no muy amable.

Quizás esté siendo muy duro con sus esperanzas. Pero es muy difícil hacer que yo cambie mi pensar, muchos lo han intentado, pero nadie ha logrado que lo haga totalmente.

Yo imito su acción a los segundos, sentándome en la silla libre que quedaba.

No pude evitar notar que, a pesar de que el claro oculto no es alumbrado por alguna energía eléctrica, la luz de la luna llena ilumina todo el lugar en donde nos encontramos.

Es un escenario muy romántico, casi pienso que ella lo planificó absolutamente todo a la perfección.

— Me gusta mucho el lugar ahora, a pesar que no me guste el motivo— comenté.

Ella me lanza una mirada llena de decepción, a pesar de que sólo tenía frustración minutos atrás.

Y sé lo que significa eso de parte de ella.

Quiere que reflexione acerca de mis acciones, que me arrepienta de lo que hago sin siquiera haberlo pensado bien. Y simplemente lo logra, no sé cómo hace para que yo me sumerja profundamente en mis sentimientos y ensueños.

— Lo siento, ¿Bien?— dije finalmente—. Es sólo que... no quiero que te caigas en una abismo de realidad absoluta al hacerme cambiar de opinión. Quiero lo mejor para ti, y por eso desde ahora te digo que no soy fácil al momento de cambiar mi ideal. Nadie lo ha logrado, y tampoco creo que alguien pueda.

— Yo puedo decir lo mismo— contraataca.

Yo suspiro ante su terquedad, pero luego le sonrío al pensar algo.

Prometo encontrarme © (Completa)Where stories live. Discover now