Capítulo 14 | Bajo la lluvia.

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— ¡No, no sé nada, porque al parecer todos en este maldito pueblo me ocultan algo! Así que, ¿Podrías iluminarme señor sabelotodo?— grité con toda la furia que trataba de mantener encerrada.

— ¡Yo...!— Thomas iba a decir algo, pero se detuvo de golpe, cambiando su rostro de frustración a uno de arrepentimiento en cuestión de segundos—. Yo no soy el más indicado para decírtelo— habló aparentemente calmado—. Tarde o temprano sabrás la verdad, pero mientras te tenga alejado de ella estarás mejor.

¿Verdad?, ¿Cuál verdad? Sí tiene algo que ver conmigo, quiero saberlo. Pero no presionaré más a Thomas para que me lo diga, sé que no me lo dirá y tampoco soy el tipo de personas que tiende a rogar. Lo hago en casos extremos, cuando la culpa me carcome. Pero esta no es la situación y no dejaré que me vea débil en medio de la discusión.

El rostro de Thomas volvió a cambiar de expresión cuando sus facciones se contraen y sus labios se fruncen ligeramente; ahora noto preocupación.

— Tu nariz— empieza a decir él.

— ¿Qué con ella?— cuestiono con una ceja arqueada.

— Estás sangrando por la nariz— explica aún preocupado.

Yo llevo mi mano a la nariz y puedo sentir un líquido. Y sí, evidentemente era sangre ligada con un poco de agua de la lluvia. Thomas trata de acercarse a mí, pero yo me aparto rápidamente.

— No importa— le digo calmado, sólo es una hemorragia—. Sí no me dices la verdad, entonces vete. No le veo el sentido a seguir con esto, ya hiciste lo que querías. Ya no puedes obtener nada de mí. Seguiré como el chico nuevo del instituto, no aparentes preocupación emito con una frialdad jugando en mis cuerdas vocales. Ese tono me sorprendió mucho, nunca lo había usado.

Él se queda pensativo por unos segundos, pero luego simplemente asintió y giró sobre sus talones para caminar hacia su moto. Pero, antes de montar en ésta, se dio vuelta otra vez.

— Sólo puedo decirte que nada de lo que viste en el pasillo fue real, no estábamos jugando con tus sentimientos; Yo no soy el ex de Daniela. Si quieres conocer la verdad acerca de su ex, búscalo: Ethan Lauce— aclaró con algo de sinceridad, o al menos eso deduzco—. Yo no te hablé el primer día porque quería jugar de esta manera, sólo lo hice porque sentía que eras un buen chico y en tu sonrisa vi un futuro en el que podríamos tener una gran amistad. Y es raro que yo diga eso, ¿Sabes?— sonríe levemente y da un vistazo rápido hacia el suelo. Creo que está nervioso, o algo similar—. Es difícil que yo forme una amistad, porque me conocen como el chico asocial del instituto. Sólo he tenido un verdadero amigo en mi vida y, cuando busques al ex de Daniela, sabrás lo que le sucedió. Supongo que esto de discutir y perdonar fuera de mi zona familiar es algo extraño para mi persona— me observa a través de sus ojos cafés—. Nunca antes algo había surgido tan natural como lo fue con tu llegada y quizás esto es algo... nuevo para mí.

Y sin más que decir, se dio vuelta, subió a su moto y arrancó. Perdiéndolo de vista en la larga carretera mientras sentía que la lluvia se intensificaba.

Entré a mi casa antes de agarrar un posible resfriado y cerré la puerta detrás de mí. Agarré una de las toallas del perchero y me fui secando con ella mientras me dirigía a la cocina a agarrar un algodón del botiquín de primeros auxilios. Me empecé a limpiar la sangre con esa suave lana.

Una vez limpia mi nariz y dejando de salir sangre, me desplazo hacia el baño para ducharme y luego me coloco mi pijama para poder dormir un rato después de todo este desastre. Quizás el olor a lluvia me ayude a relajarme.

O quizás no, porque los próximos treinta minutos sólo era yo dando vueltas en mi cama para tratar de buscar una posición cómoda.

No lo entiendo, estoy cansado física y psicológicamente, pero no puedo dormir. Hasta tuve una hemorragia causada por el estrés, o al menos eso pienso. Aunque médicamente no tenga tanto sentido, se ha dado casos.

Prometo encontrarme © (Completa)Where stories live. Discover now