Duele

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POV Nico

- ¡Es tu hija! - Grité con todas mis fuerzas.

- Lo es, por eso es que la oferta de Apolo es tan buena - Me dijo con tranquilidad mi padre.

- ¿De qué ha servido la apuesta y aquella tonta batalla entonces? -.

- Era una oportunidad perfecta pero admitamos que es tu amigo quien ha fallado -. Apreté los puños con fuerza al escucharlo. - Si él hubiese perdido como era mi intención, no necesitaría estar negociando con mi estúpido sobrino -.

Negué con la cabeza, mi padre no podía aceptar la propuesta de Apolo sobre tener a Zestia como esposa, él que había odiado por tanto tiempo a ese inmaduro Dios de cuarta. Traté de tomar aire y contar hasta diez antes de perder por completo los estribos. Al final Apolo era el padre de Will.

- No puedes aceptar que Apolo se quede con ella -.

- Apolo accedió a que ella me ayude con los asuntos aquí en el Inframundo -. Mi padre me miro durante un segundo, se detuvo del nervioso ir y venir que habíamos estado manteniendo en el pasillo y finalmente suspiró. - Nico, cada día tengo más trabajo, el inframundo no hace más que crecer y he tenido muchos fallos en los últimos siglos. Tú mismo has sido testigo de ellos, incluso el punto cero que desgraciadamente tuviste que visitar, no está completamente cerrado -.

Sentí escalofríos al escuchar aquello, había sido hace varios años pero aún recordaba la travesía que Percy, Jason y yo tuvimos por allí. Pensar en Ay, el demonio, aún me ponía los pelos de punta y me dejaba un pésimo sabor de boca. Traté de evitar pensar en cómo mi padre se aferraba a tener a Zestia a su lado pero no nos tenía como opción a Hazel o a mi. Sabía de las habitaciones que preparaba para el momento de nuestra muerte y si es que deseábamos permanecer con él, lo que notaba que nos quería, pero la manera en que se aferraba a su primogénita me dolía un poco.

- Entiendo pero... ¿no ves que es imposible? Zestia debe hacerse cargo del campamento, Apolo no quiere despegarse de su lado y además quieres que ella esté aquí ayudándote. Lo veas como lo veas no puede hacerse - Suspiré. - Una persona no puede estar en tres lugares al mismo tiempo, padre -.

- No, una persona no - Dijo, regresó a su frialdad habitual y sonrió de la forma más tétrica posible. - Pero una diosa sí -.

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POV Leo

- Largo -. Le lancé a Calipso su blusa, camine hasta lo que quedaba de mi mesa de trabajo, quería trabajar en algo, quizá podría arreglar todos los inventos que había destruido en mi último ataque de ira.

- Puedo traerte algo de comer o si quieres prepararé café -. Dijo la castaña mientras me abrazaba.

Aparte sus brazos de mi cuerpo y cubrí el rostro con frustración. Quería estar solo, no, lo necesitaba y por culpa suya no había podido hacerlo. Admitía que parte de mi furia la había cargado en ella, no en la manera que hubiese deseado pero ya era suficiente.

No quería más besos, abrazos ni su compañía en mi cama porque no importaba cuantas veces me acostara con ella el dolor en mi pecho no desaparecería y eso era demasiado para mí. Me sentía herido de una manera inimaginable, ni siquiera cuando Calipso se marchó me había sentido tan roto. Sonreía ante la idea de que en aquel momento llegue a pensar que entendía lo que un corazón roto podría ocasionar pero ahora veía que me había equivocado por completo.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now