Como el sol

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POV Nico

- ¡Percy, hermano, vuelve! - Jason empezó a correr detrás de Percy mientras el otro reía y le gritaba que lo siguiera hasta el cuarto de videojuegos. - Lleva a Zestia hasta la habitación, le avisaré al resto - Gritó antes de desaparecer en uno de los pasillos.

Giré a ver a la chica, por fin estábamos a solas y quería preguntarle cientos de cosas pero antes de poder decir si quiera una palabra ella se lanzó a mis brazos y me abrazó de la misma forma que hacía antes.

- Nico, lo siento tanto. Lo de Bianca, yo me enteré, quería buscarte, de verdad que sí pero no podía y yo...-.

- ¿Querías buscarme? Sabías desde un inicio que éramos semidioses y no nos lo dijiste -. Le reclamé al tiempo que la alejaba de mi. Parecía sinceramente arrepentida, esos ojos tranquilos y la alegría que siempre parecía irradiar habían sido algunas de mis cosas favoritas de ella cuando era pequeño pero ahora no dejaban de molestarme; era más que el hecho de que nos ocultara la verdad, era como si tuviera un manto gigante cubriéndola y diciendo: "Todo está bien, el sol sigue brillando". Su cabello rubio no ayudaba mucho a quitarme esa molesta idea. - Debiste decirnos, advertirnos, ayudarnos, escondernos, decirnos que eras una semidiosa... - De repente me faltaba el aire. - Eras nuestra única amiga, pero nos abandonaste y cuando perdí a Bianca yo no tenía a quién acudir, no podía buscarte y... Y...-. Maldición, no sabía por qué me sentía tan enojado.

Zestia había sido de las primeras personas que Bianca y yo conocimos al llegar al hotel. Aunque no hablábamos con casi nadie, ella se había vuelto una gran amiga. Nos cuidaba, nos invitaba a comer juntos, me había enseñado a jugar Mitomagia pero jamás mencionó que ella también fuera de otra época; desde que salimos y entendí cómo funcionaba el Lotus pensé que ella era otra víctima atrapada pero Hades me había explicado la verdad.

- Nico, en verdad lo siento. No podía decirles nada, sabía que eran hijos de Hades y si los sacaba de aquí Zeus los habría asesinado de inmediato. Eran tan jóvenes, no podía permitirlo -. Estiró sus brazos hacia mi.

Quería odiarla, desde la platica con Hades, la asignación a la misión, el camino desde el campamento; todo el tiempo pensé en lo que le diría pero al verla frente a mí era como tener una parte de mi pasado que aún mantenía sin odio ni sufrimiento. - Odio tu cabello rubio -. La abracé y me sentí en casa.

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POV Piper

- Tienes que estar bromeando - Alcancé a escuchar antes de que Annabeth saliera corriendo detrás de Percy que parecía un niño dentro de una dulcería. Jason iba detrás suyo gritándole para que se detuviera, al vernos y sobre todo al ver a mi amiga correr, el color se fue de su rostro.

- La chica está con Nico, vayan allí - Gritó y siguió corriendo. Por un momento temí que alguno de los botones o las chicas de charolas le oyeran pero al parecer estaban demasiado ocupados.

Suspiré y me dirigí  junto con el resto del grupo a la habitación, no tenía mucho tiempo desde que nos reunimos. Los dos rubios nos alcanzarían después y yo podría tener una buena charla con mi novio sobre el cómo un plan tan sencillo le había salido mal.

- ¿En serio? Sería la primera vez que disfruto una playa -. La voz de Nico se escuchaba desde afuera de la habitación.

- Te encantará, es la única playa submarina del inframundo que existe -. Le contestaba una voz femenina.

Abrí la puerta y me encontré ante una escena que no esperaba. Una hermosa chica rubia sentada a lado de Nico sobre la cama, ambos comiendo papas fritas de Mc Donald, como si fueran dos viejos amigos juntos. El pelinegro sonreía de oreja a oreja, aunque su sonrisa desapareció al vernos entrar; en verdad yo podría contar con una mano las veces que había visto a ese chico sonreír con sinceridad así que no podía más que contemplar con asombro.

- Hola... - Saludé tratando que mi voz sonara confiada y amistosa.

- Wow, es linda.

- ¡Frank! - Regañé a mi amigo, sólo los chicos podrían salir con esas cosas aún teniendo novia. Aunque no podía negar que la chica fuera linda, en cierta forma y no sé bien cómo explicarlo pero tenía un aire que me recordaba a alguien.

- Gracias - Contestó ella con una sonrisa. Nos recorrió a los tres con la mirada y se levanto de la cama. - Más semidioses, bueno Nico no lo hizo así que quisiera que alguien me diga su razón para estar aquí -.

- Mi nombre es Piper, hija de A...- Me mordí la lengua antes de revelar el nombre de mi madre, aún recordaba lo que había dicho Ares. - Ellos son Frank y Will. Te llevaremos al campamento mestizo, es un lugar seguro para las personas como... - Me detuve un segundo y la mire con extrañeza. - ¿Tú sabes que eres una semidiosa? -. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, había algo raro en ella.

- Tú... Me recuerdas a alguien - Soltó Will, lo mire y me sorprendí de verlo tan serio, normalmente solo estaba así cuando atendía a algún herido en el campamento, como todo hijo de Apolo solía pasar el tiempo relajándose o cantando o con poesías o bueno con cosas de hijos del dios del sol.

- Su nombre es Zestia, hija de... - Nico se levantó y se colocó a lado de la rubia. Hablaba de ella con tanta naturalidad que tendríamos que interrogarle después, de dónde la conocía y por qué. - ¿De quién eres hija? - Le preguntó, quizá no la conocía tanto como parecía.

Zestia se encogió de hombros. - Will, hijo de Apolo. Tienes los ojos tan hermosos como tu padre - Sentí como mi estomago daba un vuelvo, era una sensación rara que solo me pasaba cuando prevenía problemas o me encontraba frente a algún monstruo en extremo peligroso. O aún peor, cuando algún dios quería hablar conmigo, no que me hubiera pasado mucho pero aun así recordaba el sentimiento. - Un hijo de Ares... O Marte - No parecía muy convencida. - Conozco su campamento pero para su desgracia... -.

Por un segundo agradecí que no terminará de hablar, no quería saber qué pasaría para nuestra desgracia, pero de inmediato caí en cuenta que nada de lo que pasaba tenía sentido. Will había corrido a los brazos de Zestia, la abrazaba con tanta fuerza y cariño que todos nos quedamos un segundo congelados, incluso ella.

- Eres como el sol, como mi padre -. La voz de Will parecía muy feliz.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió dejando pasar a Percy que parecía más tranquilo, Jason y Annabeth. Todo pareció ir en cámara lenta. - Sostengan a  la chica, es peligrosa - Dijo mi rubia amiga pero era demasiado tarde.

Zestia giró sobre sí misma, empujando a Will en el proceso, tomó la espada de Nico quien ante el asombro no pudo reaccionar a tiempo. Como si fuera una acróbata profesional saltó por sobre nuestras cabezas y aterrizando en el marco de la puerta nos sonrío. - Bye, bye -. Se despidió antes de cortar el aire frente a nosotros provocando que unas extrañas flamas negras surgieran de la espada que arrojó en nuestra dirección, y salió corriendo.

Por lo menos una vez (Leo Valdez)Where stories live. Discover now